Otra Semana Santa diferente
Pasaron pocos días tras la celebración de la Epifanía de nuestro Señor el pasado 2021, para que se difundiera la comunicación del ahora obispo emérito Mons. Jesús Murgui en el que se realizaba el anuncio de la suspensión de todas las procesiones y estaciones de penitencia en la vía pública. La situación era esperada por toda la comunidad parroquial y acogida con total entendimiento, a la vez que tristeza, debido a que la situación pandémica seguía sin estabilizarse, ya que todavía no había comenzado el proceso de vacunación contra el COVID19.
La pena de no poder disfrutar por segundo año de ninguna manifestación pública de Fe, se paliaba con el anuncio de que, al contrario que en 2020, se podrían celebrar los actos litúrgicos propios de la festividad de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo y asistir los fieles con las medidas sanitarias marcadas, así como los actos litúrgicos de las cofradías y hermandades propios de Cuaresma.
Todos ellos se desarrollaron, a indicación del Consiliario, sin dar lugar a las aglomeraciones que se producen en las diferentes presentaciones de cargos o nuevos cofrades y costaleros que se realizan a la finalización de las Misas de Culto de las diferentes cofradías y hermandades. Sin embargo, todo ello sirvió para que la comunidad cofrade se reuniera en la Oración, en torno a la Eucaristía, para retomar fuerzas y reflexionar sobre nuestra Semana Santa.
La Asamblea había decidido mantener un año más el cartel que protagonizó la Cofradía de San Juan en 2020, debido a que no había podido ser disfrutado el año anterior, así como los cargos de honor nombrados ese año hasta el presente 2022 para que les fuera posible disfrutar de una Semana Santa con manifestaciones públicas de Fe por las calles de nuestra Callosa. A su vez, decidía no realizar ningún tipo de muestra escultórica, tal y como se había planteado por parte de la Junta Directiva, con tal de evitar la exposición al COVID por relación interpersonal en la organización y en la celebración de las mismas.
Con ello, discurrió la Cuaresma entre actos de culto y el patrimonio gastronómico típico de la vigilia cuaresmal. Con sabor cofrade puso en valor la vigilia y la tradición culinaria callosina cada uno de los viernes entre Miércoles de Ceniza y Domingo de Ramos, difundiéndose por redes sociales y por las páginas de los entes participantes. Esta iniciativa obtuvo gran aceptación y participación, sobre todo de los callosinos que se encontraban lejos de nuestra ciudad.
Entre este particular contexto, se recibía una de las noticias más esperadas por esta Junta Central: la finalización de las obras de rehabilitación del Museo de Semana Santa ‘José Noguera Valverde’. Tras haber sufrido años de goteras y preocupaciones por la conservación del patrimonio de las cofradías y hermandades, al fin se conseguía tener un Museo en condiciones y a la altura de la Semana Santa callosina, con imagen interior renovada en lo que al cromatismo se refiere para, con el asesoramiento de Bartolomé Roca, realizar una adecuada exposición de nuestro patrimonio en él. El objetivo de la Junta Directiva fue, en el periodo cuaresmal acondicionar el museo, con la colaboración de todas las cofradías y hermandades, para que durante la Semana Santa todos los visitantes pudieran disfrutar de nuestros tronos e imágenes. Éstos salieron de todos los almacenes particulares en los que permanecieron resguardados durante los meses en los que duró la rehabilitación, de la misma manera que sucedió hace más de 25 años cuando se inauguró el primer Museo de Semana Santa, volviendo al lugar que merecen con las medidas de seguridad necesarias y la adecuada prestancia.
Teniendo que evitar la congregación multitudinaria de personas, se optó por una presentación a los medios de comunicación y unas jornadas de puertas abiertas con limitaciones de aforo para hacer posible la visita de todos los cofrades y callosinos que ansiaban ver la renovada imagen de nuestro Museo.
Llegado el viernes de la tradicional Bajada de la Virgen de los Dolores, su imagen se asomó a la plaza que lleva su nombre para recibir a todos aquellos fieles que, cumpliendo las medidas de seguridad marcadas, se acercaban a verla en su día. Asomada bajo el dintel de su puerta, entre los toques de la campana de la Ermita, los timbales de la Hermandad de los Moraos y múltiples marchas que sonaban en el hilo musical instalado, acogía a los que se acercaban a rezarle y fotografiar la particular estampa.
Unas imágenes que también cruzaban fronteras a través de la emisión en directo que se realizaba del día en las redes sociales de su Cofradía, al igual que se hacía con la Misa de Culto de la Junta Central y cada uno de los rezos del Septenario de la Virgen y de la Novena de Nuestro Padre Jesús que organiza su Cofradía con la voz de su Consilario, el padre German.
Entrada la Semana de Pasión, se impulsaba la actividad denominada Ruta Cofrade, que servía de guía a los visitantes y amantes de la Semana Santa para descubrir la historia y el patrimonio cultural callosino a través de la Semana Santa, visitando los lugares más simbólicos y representativos de la Semana Santa callosina.
Y el Viernes de Dolores arrancó ‘Semana Cofrade, día a día’; un documento gráfico que se había preparado con mucho esmero y cariño por parte de la Junta Directiva de la Junta Central, así como por todas las cofradías participantes, y de manera especial por Francisco Zaragoza Braem y Miguel Martínez Aparicio. Ambos fueron los encargados de dirigir y moderar los coloquios programados cada uno de los días clave entre Viernes de Dolores y Lunes de San Vicente. Difundidos a modo de programas televisivos por Redfibra-Telecallosa, en cada una de estas charlas se analizaron cada una de las celebraciones particulares de Callosa contadas desde el punto de vista de diversas personalidades de cada cofradía o hermandad que protagonizan cada día de la Semana Santa.
Grabado cada episodio desde un particular emplazamiento escogido por su importancia en cada jornada, el museo, las ermitas, templos parroquiales y demás lugares significativos fueron testigos de excepción de múltiples testimonios que se realizaron desde el corazón y la experiencia vivida en la Semana Santa. Se recogieron valiosos testimonios de relevancia y aprecio por toda la comunidad cofrade, que desde la seguridad de sus casas, esperaba escuchar cada uno de los relatos que ponían en valor pequeños fragmentos de historia o experiencias de alta afectividad y sensibilidad sobre las celebraciones pasionales callosinas.
Al mismo tiempo que las cofradías y hermandades coordinaban la apertura del Museo y las ermitas en los días que se debían realizar sus salidas procesionales, se aprovechaba para organizar jornadas de oración y encuentro con diferentes imágenes. Sábado de Pasión se podía visitar a María Santísima de la Victoria en la Ermita del Rosario a la vez que se presentaba la restauración del grupo escultórico del calvario por Víctor García Villalgordo y se realizaba meditación ante el Cristo de los Moraos que presidía, bajo el umbral de la puerta, la ermita de los Dolores.
Domingo de Ramos era turno para la titular de la misma, quedando la Virgen engalanada con todo su patrimonio procesional para toda la Semana Santa, mientras en la ermita del Rosario se agolpaban los cofrades de las Santas Marías para acompañar a las Santas mujeres en este particular año. Lunes Santo la Orden Franciscana realizaba su tradicional Via Crucis intramuros del templo parroquial, Martes Santo la parroquia de San José abrió sus puertas para acoger la oración de los hermanos nazarenos ante el Cristo de la Caída y Jueves Santo los hermanos del Silencio se reunieron en torno al Cristo que este año no cruzaba la oscuridad de las calles de Callosa, mientras que María Santísima de la Victoria lucía velo negro en muestra de luto ante la muerte de su hijo entre los sones de sordos timbales, la tradicional bocina y la campana de madera.
Viernes Santo la imagen de Santa María Magdalena asomó bajo la puerta de la ermita de los Dolores para recibir, entre su patrimonio procesional y toques de timbales y clarines, a sus cofrades que se acercaban el día que la acompañan al Calvario, mientras que la cofradía de Nuestro Padre Jesús retransmitía en sus redes el tradicional Vía Crucis y los cofrades de la Santa Cruz se reunían en torno al Cristo de la Agonía en la ermita del Rosario.
Y acabando la Semana más esperada por todos los cofrades, en este año tan particular, amanecía Domingo de Resurrección con el Cristo Resucitado presidiendo en el altar Mayor de San Martín tiñéndose de blanco los mantos de las imágenes de María en las ermitas de los Dolores y el Rosario, celebrando así que Jesús había resucitado y dando fin a otra Semana Santa diferente a la habitual. Una celebración marcada por las precauciones tomadas ante la mortalidad de la pandemia, en la que las redes sociales volvían a ser clave, sustituyendo a las calles como el marco ideal para evangelizar el mensaje de Jesús, promulgando así la Pasión, Muerte y Resurrección del hijo de Dios 2021 años atrás, en ese sacrificio sin igual realizado por amor a su Padre y a toda la humanidad.
Vicente Mora Manzanaro
Cronista de la Junta Central de Semana Santa
El año 2020 comenzaba con diversas muestras artísticas que anticipaban lo que se esperaba fuera una Semana Santa como las anteriores. La exposición ‘Enfoques’ recogía las obras creadas por Andrea Poveda, ganadora del concurso libre Joaquín Ramón Almira, con sus alumnos del Centro Sociosanitario Cristo de los Mineros (Fundación Diagrama) de La Unión, así como las fotografías finalistas del Concurso de Instagram. La cuarta muestra escultórica del Ciclo de exposiciones ‘Adrián Prieto’, Ángeles de Pasión y Gloria, ponía punto final a uno de los proyectos clave de esta Junta Directiva habiendo puesto en valor, de nuevo, la calidad escultórica y patrimonial de la imaginería ‘semanasantera’ levantina, con el agradecimiento a todas las partes implicadas. Y la exposición pictórica del pintor Bartolomé Roca, ‘Pinturas para Retablos’, complementaba las anteriores muestras, exponiendo, en la Casa de cultura ‘Reina Sofía’ las magníficas dotes de este artista cuya obra disfruta Callosa en su sala monográfica del Museo de Semana Santa.
Mientras que los colores e imágenes conmemorativos de la Pasión de Cristo, el incombustible Hermano Mayor de Honor de esta Junta Central, don José Mora Moreno presentaba el libro ‘Esperando la procesión’, muestra del amplio archivo del que dispone de nuestra Semana Santa. Y entrada la Cuaresma, en su primera semana, tenían lugar los dos actos cuaresmales que pudieron realizarse organizados por la Junta. En primer lugar, la presentación de cargos el primer viernes, como viene realizándose desde años atrás, que se arrancaba con los versos de Adrián Prieto con los cuales también se dio inicio a la primera Cuaresma de esta Directiva y en la que destacaron las emotivas presentaciones y los sones de los Cantos de la Pasión, patrimonio cultural popular callosino, y de nuestra Semana Santa. En segundo lugar, la realización del XXV Certamen de Bandas más numeroso en participación de los últimos años, en la que destacó la participación de la Banda de CCTT de Nuestro Padre Jesús de nuestra localidad, que se ausentó el año anterior, y el estreno en este evento de la Banda de clarines y tambores de Santa María Magdalena y Jesús del Perdón en su, también, XXV aniversario. Además, también participaron en dicho certamen la banda infantil de los Moraos, San Pascul de Dolores, del Santo Sepulcro de Oliva, del Stmo. Cristo de la Buena Muerte y Mª Stma. del Monte de Guardamar y la Flagelación del mismo municipio.
Los actos de culto comenzaron a realizarse con normalidad las primeras semanas, pudiéndose desarrollar el Acto conmemorativo del XXV Aniversario de la Banda de clarines y tambores de Santa María Magdalena y Jesús del Perdón en la Casa de Cultura, pero una sombra que se cernía desde unos meses atrás nubló todas expectativas de la Semana Santa callosina.
Un virus que se apreciaba lejano, en la china región de Wuhan, venía copando los focos de los noticiarios y se presentaba en Italia como una realidad cercana. La Semana Santa, reflejo de la sociedad europea en general, no acababa de ser consciente del peligro que se cernía sobre la población.
El repunte de casos detectados a principios de marzo hizo que, pasado el fin de semana del 8 de marzo, comenzaran a suspenderse todo tipo de celebraciones. El 12 de marzo, a la interrupción de clases escolares, le seguía el anuncio de la Junta Mayor de Alicante, primera ciudad en cancelar la Semana Santa, que fue seguida de un goteo de suspensiones en los diferentes pueblos de la comarca y de todo el país. Mientras tanto, esta Junta Central anunciaba que la presentación de la revista anual se realizaría a puerta cerrada, además de la limitación de aforo en la exposición del concurso Joaquín Ramón Almira, el cual finalmente se acabaría suprimiendo.
Un día después, la Organización Mundial de la Salud declaraba la Pandemia Global por la situación provocada por el conocido como COVID-19 y la Generalitat cerraba bares, cafeterías y todo establecimiento regulado por la ley de espectáculos públicos. La suspensión de la Semana Santa callosina se daba por hecho a falta de la toma de decisión por parte de la Asamblea. Entretanto, se presentaba, en los salones vacíos de la Cooperativa Eléctrica, una revista de alta calidad que recuperaba la tapa dura y mantenía el nivel habitual en maquetación y contenidos bajo la dirección de doña María Dolores Martínez Garri. Una revista que más adelante, dada la imposibilidad de hacer efectiva la entrega comercio a comercio por el riesgo que podía ocasionar, se puso a disposición de compradores y colaboradores en 4 puntos de venta de productos de primera necesidad incluyéndola, muchos de ellos, en el servicio a domicilio de sus productos.
Ante el anuncio del gobierno de declaración de estado de alarma, con medidas de confinamiento para minimizar el contagio y combatir así el virus, el 14 de marzo Sevilla y Orihuela se sumaban a las suspensiones mientras la directiva de la Junta Central de Semana Santa convocaba en Callosa una asamblea extraordinaria y urgente que se celebraba por medios telemáticos ante la recomendación de evitar reuniones. En ella se cancelaba, por unanimidad de los presentes, la Semana Santa 2020 y los actos programados de Cuaresma en su totalidad, conscientes de la gravedad de la situación. La comunicación en redes sociales no sorprendía a nadie, encontrándose con las muchas solicitudes de elevar oraciones a nuestro Patrón San Roque, Santo Protector ante las epidemias, para que nos salvara en tal necesidad.
Entrábamos en una particular Cuaresma, sin siquiera actos de culto, en la que el ayuno y abstinencia de vida social, de trabajo y de salir a la calle se nos presentaba como nuestra penitencia, con tal de ayudar a sobrepasar una situación que nos hacía ver lo frágiles que somos ante Dios.
Los días de confinamiento se sucedían mientras los callosinos lidiábamos la situación con aplausos, canciones populares o el himno español. Se animaba con ello a todas las vidas humanas que luchaban contra el virus desde hospitales o que participaban en la provisión de alimentos y productos esenciales, es decir, a todos esos trabajadores expuestos al virus cuyo trabajo era imprescindible.
También se luchaba, en las calles de Callosa, durante esta especial Cuarentena invocando a lo divino. Resonaban los toques de clarines, tambores y cornetas que acompañan a nuestras imágenes cada año, de todas esas bandas que tuvieron que interrumpir sus ensayos y reuniones. Y el paseo de San Roque se convertía en un continuo ir y venir de devotos que subían, en soledad, a rezar al Patrón o hacían resonar sus gozos en las calles, mientras su ermita brillaba sobre la Vega como lo hace en su novena, iluminando la Fe del callosino contra la pandemia.
Pasada una atípica festividad de San José, sin celebración ni procesión en su Parroquia, el día 20 la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos del Vaticano emitía un comunicado dirigido a los obispos con directrices en relación a cultos de Semana Santa, concretamente los de Pascua, Misa Crismal y Triduo Pascual de Jueves y Viernes Santo. En el mismo se planteaba la posibilidad de que «las procesiones de piedad popular y las procesiones que enriquecen los días de la Semana Santa y del Triduo Pascual, a juicio del obispo diocesano, podrán ser trasladadas a otros días convenientes, por ejemplo el 14 y 15 de septiembre».
Esto suponía un halo de esperanza a los amantes de esta celebración, aunque incierta y extraña. En cualquier caso, el foco del Cristiano estaba en el presente.
Cristo, que en la Semana de Pasión daba su vida por la humanidad, estaba presente en cada médico, enfermero y demás personal sanitario, camionero y policía, que dejaban sus vidas, sus comodidades y sus familias por todos.
Cristo se encontraba presente en cada uno de los templos, en los que se seguía oficiando Misa en el silencio y soledad, así como en los medios de comunicación en donde se facilitaba la Misa diaria a todos.
Cristo también se encontraba presente en la pérdida de aquellos que, enfermos, no podían superar los efectos del virus, teniendo que ser enterrados en soledad, sin ser velados por amigos y familia.
Pero también encontrábamos a Cristo en la esperanza de encontrarnos con ellos en la Paz de la Gloria de la Resurrección, así como en la esperanza de superar esta enfermedad que impedía al cristiano expresar su Fe como es costumbre, en las calles de Callosa.
Y en el día en que comienza la Semana Santa en el corazón de los callosinos, el día de la Bajada de la Virgen de los Dolores, la lluvia caía reflejo de las lágrimas de todos los fieles que la esperan y acompañan cada año. Los balcones de toda la ciudad se llenaban de aplausos y toques de los tambores moraos que siempre guían su caminar, mientras desde su Ermita se retransmitía en directo por redes sociales la imagen de María acompañada de la música con la que siempre se celebra su salida en las calles de Callosa.
Desde este día comenzaba la tradicional novena a nuestro padre Jesús y el septenario a la virgen de los Dolores, que este año se realizaba desde la seguridad sanitaria que confiere el hogar de cada feligrés, llegando a ellos por el tan necesario Whatsapp, básico para la comunicación entre allegados y que servía de receptor de comunicaciones de diferentes entidades públicas y religiosas.
Y es que, como nos recordaba por este medio don José Luís Satorre en sus diarias predicaciones desde Santa Justa, Santa Teresa nos decía que “entre los pucheros anda Dios”. Los callosinos ocupaban su confinamiento domiciliario recuperando tradiciones culinarias.
A las puertas de Semana Santa, acabado el septenario a la Virgen de los Dolores y la novena a Ntro. Padre Jesús, los sentimientos encontrados comenzaban a reflotar en los callosinos. En Sábado Santo las páginas de Facebook de las cofradías y hermandades se llenaban de tristes reflexiones, llamándonos a vivir en el recogimiento, sobre una Semana Santa especial, en la que nuestro deber era honrar a Dios siendo responsables, quedándonos en casa y orando por todos, manteniendo los valores que evangeliza la Semana Santa.
Pero las prohibiciones para procesionar no mermaron las ganas de recibir a la Virgen en Callosa. Un grupo de vecinos recreaba esta bajada con tronos artesanales que hacían discurrir entre balcones de la localidad, gracias a un ingenioso sistema de poleas, sobre las vacías calles de la ciudad; singular acción que puso los focos de la prensa autonómica y comarcal en nuestra ciudad.
La Junta Central, en colaboración con Redfibra emitía en directo en Facebook la programación que la televisión local emitía. Y a estas procesiones de años anteriores se sumaban las marchas procesionales que tenían que sonar desde los instrumentos de la filarmónica y las diferentes agrupaciones y bandas. Estas marchas resonaban por todas las calles de la ciudad desde el hilo musical instalado en la avenida Constitución, el campanario de nuestra Arciprestal y en decenas de altavoces de vecinos que sintonizaban para hacer sonar al unísono.
Y ya caído el sol y en el silencio de la asolada noche, la ciudad entera seguía sonando a Semana Santa bajo la imagen de la emblemática fachada iluminada de San Roque, los timbales de los Nazarenos de Cristo y de los Verdes resonaban acompañando, desde cada balcón, el canto de la Saeta.
Domingo de Ramos amanecía con palmas en los balcones de niños y mayores, que a iniciativa del Excmo. Ayuntamiento, se realizaron en papel y diferentes materiales en los días anteriores. Los niños, además, a iniciativa de la Junta, realizaban y pegaban en sus ventanas las siluetas de capuchinos y costaleros que se facilitaron a modo de libro para colorear desde la web de esta entidad.
Y al igual que sucedía el día de la bajada, Jesús de Nazaret se recibía en las calles de Callosa. En diversos rincones aparecían mas tronos que los vecinos hacían discurrir sobre el asfalto, tirados por cuerdas, o entre balcones.
Estas representaciones improvisadas, se repetían con otros singulares momentos de la Semana Santa callosina como son el encuentro de la Virgen de los Dolores y Jesús del Perdón, las procesiones de jueves santo de Ntra. Sra. de la Esperanza Macarena y el Cristo del Silencio y el culmen de nuestra Semana de Pasión: el Encuentro Glorioso y la retirada del luto de la Virgen.
Entre tanto, los cofrades hacían sonar tambores y clarines en los momentos en que sus Cofradías o Hermandades debían estar en estación de penitencia, por el hilo musical se hacía sonar los sones propios de cada uno de los días de Semana Santa en cada momento, la televisión local rememoraba momentos vividos en años anteriores y las redes sociales servían para coordinar y promover toda esta actividad así como diversos mensajes e iniciativas de cofradías y hermandades de la Junta Central y de la Parroquia.
Jueves Santo volvían a apagarse las luces de nuestro casco histórico, iluminando la oscuridad centenares de velas que enchufadas en los balcones anunciaban, entre el sonido de la campana de madera, del cuerno y el timbal, que Jesús había descendido a los infiernos. La madrugada del jueves al viernes, como es tradicional, se celebraba el tradicional Vía Crucis de Ntro. Padre Jesús, que este año guiaba el Padre Germán, transmitiéndose por redes sociales, y está marcado como el origen de nuestra Semana Santa. La televisión local también retransmitía en directo el Triduo Pascual desde la Arciprestal de San Martín, de Jueves a Sábado, día en que se colocaban lazos negros en los balcones en señal de luto por la Muerte de Jesucristo.
Cerrando este día en el que Callosa celebra el Santo Entierro de Cristo, tras la realización de la Vigilia Pascual, en el momento en que las campanas de San Martín celebran la Resurrección de Cristo, tambores de todas las cofradías y hermandades se unían a las cacerolas de cada vecino que pregonaban la victoria de la vida sobre la muerte; la Resurrección de Cristo Jesús
Domingo, las calles de Callosa amanecían sin los tradicionales aleluyas y la alegría de cada año, pero los balcones se tornaban blancos conmemorando la pureza del que había derrotado al pecado y nos había conferido la vida eterna.
Se cerraba así una completamente inesperada y atípica Semana Santa en Callosa, que había servido para desprenderse de su habitual folklore en gran medida, realzar los verdaderos valores de la Muerte, Pasión y Resurrección de Jesús, así como para hacer más fuerte a una comunidad Cristiana cofrade, que ansía la vuelta a la normalidad y el cese de esta enfermedad que asola el planeta.
Habiendo iniciando la actividad cofrade anual con la presentación del libro del Hermano Mayor de Honor don José Mora Moreno, cuyo título hacía alusión a esta ansia del cofrade por el inicio de nuestras procesiones, quién iba a decirnos, ese 31 de enero de 2020, que aún en 2021 seguiríamos ‘esperando la procesión’.
Vicente Mora Manzanaro
Cronista de la Junta Central de Semana Santa
La Semana Santa se presentaba tardía en Callosa, entrada la segunda semana del siempre inestable e impredecible mes de abril. Quedaban atrás cuarenta días de rezo de ‘Los Pasos’ por parte de los incondicionales seguidores de Jesús, motivados por la devoción que sembraron en el corazón de los callosinos los Padres Franciscanos Alcantarinos y la insigne y venerable callosina doña Juana Ángela Godoy, cuya diaria Fe conduce al cristiano callosino a la conmemoración de la Pasión de Cristo. Todo ello teje durante cuarenta días, con el fino y resistente hilo de la tradición cristiana, toda la actividad cofrade que se viene desarrollando en Callosa por la feligresía de San Martín y San José agrupada, bajo el amparo de sus parroquias, en las 15 cofradías y hermandades que componen esta Junta Central.
Sobre la regular actividad anual que desarrollan todas ellas alrededor de las Eucaristías y actos de culto, destacan la celebración del 20º Aniversario de la constitución del tercio de costaleras de la Madre del Amor Hermoso, el 40º Aniversario de la fundación de la Hermandad de los Moraos y el inicio de los actos programados por el 50º Aniversario del Patronato de la Pasión de Callosa.
Toda una programación cuyo fin se adivina el séptimo día anterior a Viernes de Dolores, jornada marcada en el calendario cofrade con nombre propio: el día de la Bajada. Esta popular celebración, que sirve de antesala a la Semana Santa callosina, anticipaba la incertidumbre que se viviría en los días posteriores. La lluvia amenazó con alterar la celebración de esta tradición, que desde el siglo XVIII se viene realizando con la salzillesca advocación de la Dolorosa como protagonista, pero un radiante sol ganó la batalla a las previsiones, posibilitando el normal discurrir de la misma, hecho que celebró Callosa con los tradicionales Cantos entonados en su honor.
Tras la celebración del Septenario a la Virgen y habiendo tenido lugar la ‘Subida’ a la Ermita que lleva su nombre, el Evangelio comienza en Sábado a narrar la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, teniendo presente la imagen del Nazareno que nuestra antecesora, la ‘Beata Godoya’, veía con los ojos del alma, tal y como relataba en sus crónicas el Padre Antonio Panes. Este extenso relato de la Pasión, que recoge San Lucas en su Evangelio, sirve de antesala de lo que comienza a representarse en las calles de Callosa, cada año a partir de este instante, desde que la Reforma católica promulga mediante las órdenes religiosas acercar al ciudadano la vida de Jesús a través de la religiosidad popular. En este día, las cofradías que renovaron el movimiento devocional callosino de la Semana Santa en los años 80, vienen haciendo partícipe al Santo Patrón de nuestra ciudad de la muestra Amor realizada por Jesús por todos nosotros con la sobriedad que caracteriza a Moraos y Nazarenos de Cristo.
La noche cae, como cada año, a la luz de las antorchas y a la espera de un sol resplandeciente que vuelve a no fallar en el día de la Procesión Litúrgica que Domingo de Ramos que sale a las calles de toda ciudad cristiana para celebrar la llegada de Jesús a Jerusalén. El movimiento ondulante de espigadas palmas amarillas marca el camino Triunfante de Jesús entre el pueblo que anuncia su llegada. El soleado día permitió que la respuesta de los callosino fuera, si cabe, mayor a otros años, siendo cientos los que siguieron al Cura Párroco ante los pasos de costaleros sin dolor, por ser a Cristo a quien se lleva, tal y como recitaba el Patronato por boca de la distinguida voz de don Miguel Ángel Ferrández.
Y al caer la tarde, el entorno de ‘la bacalá’ se inunda de una nube de incienso que envuelve los corazones de los callosinos que esperan la nueva ‘bajada’. En esta ocasión, la Madre engalanada se encuentra con su Hijo prendido ante la multitud, cayendo de rodillas a sus pies al son de la marcha que compuso el maestro bigastrense don Francisco Grau Vegara, general de brigada del Cuerpo de Músicas Militares, tristemente fallecido en julio de 2019.
Con los sentimientos a flor de piel, Madre e Hijo se despiden al son del Ave María de ‘Encarnación Coronada’ para dar paso a la procesión de las Mantillas. La Dolorosa espera su salida este año desde la puerta principal de San Martín aprovechando la rampa colocada por la Junta Central, por primera vez, entre los ‘monos’ situados inmediatamente frente a esta joya del gótico que posee Callosa. Salvar el desnivel en este acceso a la plaza de la Iglesia permite la salida de la Dolorosa con mayor amplitud, favoreciendo el giro de su trono, que destaca por sus grandes dimensiones, facilitando también la habitual salida de los pasos de las Negaciones de San Pedro y del Cristo de la Caída, así como del Cristo de la Expiración al hombro de sus portadores, Lunes, Martes y Miércoles Santo respectivamente.
Además, destaca la continuidad en la gestión de sillas de alquiler, donde la inmensa mayoría de vecinos renovaron sus abonos, sumándose algunas decenas más. La cantidad de sillas ocupadas el domingo hizo duplicar la recaudación del primer año en el que se realizó la gestión, cuestión que denota que Callosa está respondiendo positivamente a este servicio.
En este sentido, cabe mencionar que se decidió no colocar sillas de alquiler en el tramo final de la calle convento, así como el inicio de la calle Antonio Calvo, en el perímetro del solar conocido como el de la ‘Chichina’, por las problemáticas que alteraban su normal gestión. Por otro lado, la grada, que en los últimos dos años se viene instalando en la plaza Reina Sofía, fue sustituida por una tarima que concedió la concejalía de Cultura permitiendo, sin el alto costo que suponía, tener dos alturas en este enclave tan arraigado en la Semana Santa callosina. Además, en el final del recorrido, a partir de donde finaliza la colocación de sillas, en las calles Desamparados y Alameda, volvieron a colocarse los cubrepiés granates que tanto engalanan el itinerario y contribuyen a un mayor orden de las procesiones al evitar el cruce de personas entre los nazarenos. Con ello se consigue definir el ancho de la procesión de manera más ajustada, permitiéndose la colocación de sillas libres bajo el acerado y dejándose, detrás de estos elementos, la propia acera libre para el discurrir de los peatones y nazarenos que ya han finalizado su estación de penitencia.
Como novedad, hay que señalar la suma de nuevas tecnologías en el control de la procesión, ya que, además del uso de las llamadas telefónicas grupales, la Junta Central gestionó los tiempos del recorrido de las diferentes cofradías y hermandades en base a una hoja de cálculo compartida entre los mayordomos coordinadores. Esta herramienta contribuyó a darle continuidad a la procesión, al eliminar los parones, haciendo coincidir los tiempos estimados de paso con los tiempos reales de los diferentes estandartes e imágenes por los puntos intermedios marcados en los dos cruces con la rambla y a mitad de la calle Antonio Calvo, a la finalización del Jardín Glorieta.
En la procesión, como viene sucediendo décadas, las Mantillas siguen el rastro de la palma que la mañana proclamaba alegría por la llegada de Jesús y, ahora en la mano de San Juan, la noche ha convertido en el anuncio de Dolor de una Madre que sabe del camino de Pasión que espera a su Hijo en los siguientes días. Él encabeza esta procesión seguido por una multitud de la que emergen las Santas Mujeres que acompañarán a su Madre hasta dar Fe de su Resurrección a toda la humanidad.
La actividad penitencial de Lunes Santo comenzó con el Vía Crucis que realiza cada año el reducto Seglar Franciscano que perdura en Callosa desde los Alcantarinos dejaron la ciudad en 1834 en el contexto de la desamortización de Mendizábal. Como viene sucediendo desde hace años, retorna a la Capilla de la Orden acompañado por gran parte de las personas que han venido cumpliendo con el Vía Crucis diario de Cuaresma, iniciándose con cierto retraso. Deberá por tanto reconfigurarse el horario de salida marcado, las 20 horas, para permitir el normal desarrollo de su Acto de Culto a las 19,30 y hacer cumplir con los tiempos en sucesivos años.
La Hermandad de los Moraos, que aguardaron la salida de San Pedro a la llegada del Cristo de las Siete Palabras al Convento, retomaron el recorrido que discurría por la calle abajo. Itinerario más acorde, a mi entender, por el mayor recogimiento de esta calle, frente a la amplitud de la avenida, en el contexto de una procesión construida para sobrecoger a todo aquel que acude a contemplarla, escuchando la prosa de nuestro Adrián Prieto.
El discurrir de las procesiones de Martes y Miércoles Santo se desarrolló con normalidad. El Martes el fuego, flotando en el aire, guió en su traslado al Cristo de la Expiración a San Martín, que siempre mira al cielo con el genial gesto de inmensa transcendencia que le caracteriza. Marcado el punto de encuentro en la Arciprestal, corazón de nuestra Semana Santa, emprende su camino el Cristo que, sin dejar mirar al Padre, sufre por levantar su rodilla del suelo, cargando con una pesada Cruz que comparten los nazarenos que le preceden.
Miércoles, la imprevisible climatología del mes de abril comenzó a anunciar más que probables lluvias para los siguientes días, por lo que Callosa salió de nuevo a inundar las aceras de sus calles de la ilusión por recibir el esperado caramelo, en previsión de que pudiera no recogerse Viernes. Iniciando la procesión las imágenes de las cofradías que nacen en el esplendor ‘semanasantero’ callosinos del ecuador del siglo XX: la Oración en el Huerto de los olivos, Jesús Flagelado por dos sayones, Jesús presentado al pueblo de Judea en el balcón que conforma su trono, y la venerada imagen del Nazareno que carga, desfigurado de dolor, la cruz sobre su hombro. Toda una muestra gráfica del Evangelio enmarcada por los olores y sonidos característicos de esta Semana de fervor en las calles, que prosigue con la Amargura de una Madre que, aupada a hombros de sus costaleras, sigue los pasos de su Hijo, partiendo desde la antesala de la renacentista fachada de la Capilla de la Comunión y hasta el final de sus pasos, la verdadera imagen (del lat. vera icon) de Jesús sobre el lienzo de una mujer que limpia el rostro de Cristo enjugando su sudor; Cristo crucificado portado por sobre su rígida Cruz con los hombros de los que le siguen desde el interior de la Puerta del Cielo (del lat. porta celi); y, cerrando este Vía Crucis itinerante, resurge la viva imagen de la Angustia de una Madre que llora con ojos secos la inconsolada pena de soportar a un Hijo yacer sobre sus rodillas, frente al grupo joven que ha cogido las riendas de esta histórica Cofradía movidos por su pasado e ilusionados por un futuro encabezado por doña Isabel Belda.
Jueves Santo las probabilidades de lluvias y la expectación sobre la realización de las salidas procesionales centraba toda conversación en las calles de Callosa en el día que más se ha amado. Es el día en que Jesús dio su vida por Dios y todos nosotros; el día que se celebra aquello que el Nazareno de Honor, Cáritas Interparroquial, pregona 365 días al año: el Amor Fraterno.
Tras la celebración de la Institución de la Eucaristía en San José y San Martín, albergando ya el Monumento al Altísimo, comenzaron a llegar noticias de la suspensión de procesiones en pueblos vecinos. Todo ello anticipó las primeras suspensiones de esta Semana Santa de 2019: la del Acto Conmemorativo de la Santa Expiración del Señor y Meditación sobre las Siete Palabras en la mañana del Viernes y la Procesión de Ntra. Sra. de la Esperanza Macarena la noche del Jueves.
La salida de la Macarena, que aplazaba su decisión a las 21,30 horas, acaba siendo cancelada, comunicando por sus redes sociales al igual que lo hacían las Siete Palabras. La página ‘Semana Santa Callosa de Segura’ en Facebook comienza a hacerse eco de todas estas decisiones y, lamentablemente, la atención de los callosinos se trasladó a estos medios digitales que marcan la inmediatez del siglo XXI, en lugar de al fervor de sus calles. Los medios de comunicación convencionales también se hacían eco, dejando constancia gráfica de la triste estampa que se daba en el Museo de Semana Santa, en el que se agrupaban los costaleros de una Macarena, ya sin Esperanza de pisar el asfalto, tal y como comunicaba su presidente en el año que su hermano, don Manuel Serrano había pregonado la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús.
La incertidumbre se mantuvo los siguientes minutos por la decisión de la realización del Encuentro en el Calvario. Tras una reunión convocada frente a la puerta gótica de la Iglesia con las cofradías implicadas, a las 22 horas se decidía suspender, en pos de la seguridad de cofrades y costaleros en las, previsiblemente, húmedas calles del Calvario al alba del Viernes.
Mientras, en el interior de San Martín solo se vislumbraban las cruces blancas de la hermandad bordadas en las negras capuchas. Y afuera, el reloj parado, el sonido de la bocina, de la matraca y del tambor abren camino a más de 100 luces que discurren saliendo de San Martín, bajo una gran cruz de luz que reluce señalando la casa del cristiano. Brillan centelleantes como perlas en la oscuridad de la noche nublada para alumbrar al Cristo que, en Silencio quiso salir a las calles de Callosa. El pueblo entero recibió a Jesús en las calles, como es costumbre, reafirmando sus creencias antes de esconderse bajo el dintel de la Capilla de la Comunión.
Continuaba en el aire, por entonces, la decisión de la realización del Vía Crucis de Nuestro Padre Jesús cuya negativa se desveló a las 6 horas, ya del Viernes, al no remitir la lluvia que ya se predijo días atrás. La suspensión de la Procesión de la Exaltación de la Cruz se comunicó a las 14 horas, por decisión unánime de los que componen la misma
El Sábado Santo siguió sin traer buenas nuevas ya que, a las 12h, prosiguió suspendiéndose la Procesión del Santo Entierro debido a la predicción meteorológica y ante la imposibilidad de trasladar al Cristo Yacente a la Arciprestal para preparar su salida.
Sí fue posible, gracias a Dios, la celebración de la Resurrección de Cristo al cerrar sus puertas San Martín, tras la celebración de la Solemne Vigilia Pascual, con el estruendo de los tambores iniciados por el ‘magdaleno’ don Fco. Roque Aparicio. Este año discurrieron en sentido inverso al anterior, desde San Roque a San Martín pasando por la Ermita de los Dolores, albergando un número de tambores ligeramente inferior, suponemos, debido al cierto riesgo de lluvia que había acechado durante todo el fin de semana a Callosa.
Tras la reunión que determinaba la cancelación de la procesión del Santo Entierro y el inicio de la Vigilia Pascual, se hizo saber que el Encuentro Glorioso se realizaría en el interior del Templo Parroquial. La preocupación de la Hermandad de los Nazarenos de Cristo ante la nueva suspensión de este evento en su turno del ciclo de Caballeros y Damas Portaestandarte fue aliviada gracias a la decisión tomada por don Juan Bautista al permitir que este acto pudiera realizarse a salvo de las precipitaciones, bajo la mirada de los ángeles de las bóvedas baídas proyectadas por don Andrés de Vandelvira.
El amanecer del Domingo se iniciaba con la Iglesia engalanada y repleta de gente. Una alfombra verde, repleta de pétalos de rosa blanca y flanqueada por banderines de la insignia de la Hermandad de los Nazarenos de Cristo, marcó el camino de los cargos, representantes de la Junta Central, estandartes y representantes de la propia Hermandad. Todos ellos, cubiertos portaron y acompañaron a la Virgen de la Portería en el discurrir entre la Capilla de la Comunión al Altar Mayor. Y situándose los estandartes envolviendo el baldaquino y los representantes de las cofradías y hermandades en los bancos delanteros, comenzó el protocolo que viene desarrollándose por años sobre el adoquín del exterior.
Se sucedieron las genuflexiones del Caballero y nuestra Madre sobre la verde alfombra, ante la presencia en el altar el Santísimo bajo el palio de la parroquia de San José. Envuelto en un silencio expectante, don Antonio Bernal retiró el luto de María, haciéndole ver que Jesús se encontraba entre los hombres. En ese momento se abrió la espléndida cúpula de San Martín convirtiendo la lluvia del exterior en pétalos y aleluyas mientras que sonaba la gloriosa marcha Triunfal, proclamando gloria a Cristo Jesús y honor por siempre a Dios, Rey de la Gloria, tal y como pregonaba don Manuel semanas atrás.
Acto seguido, la Virgen salió a la plaza de la Iglesia, desafiando las inclemencias, para anunciar la Resurrección de su Hijo, con el Caballero al frente portando el pendón blanco y envuelto en la euforia de este gran momento para Callosa y la humanidad. La emoción se reflejaba también en las lágrimas de los rostros de los Nazarenos de Cristo que, desde 1987 no veían culminar tal glorioso acto por un hermano. El Caballero hizo entrega, en ese momento, a su antecesor, don Antonio Serrano Garri, del pendón blanco compartiendo con él la celebración de lo que en 2004 la lluvia le impidió realizar.
En una Iglesia engalanada, la Misa Pascual sucedió a este acto con la presencia en el altar de la Madre del Amor Hermoso rodeada de sus costaleras. Por desgracia, a estas no les fue posible aclamar la alegría de este día por las calles de la ciudad en el año que cumplían 20 años, decisión que se tomó al finalizar del Encuentro Glorioso.
Tras la Eucaristía, entre las felicitaciones de los asistentes, se mostraba el agrado por cómo se desarrolló el acto, en el que el público pudo ver el mágico momento con mayor comodidad de la habitual, al realizarse en el altar envuelto en marco único e incomparable.
De esta manera, finalizaba una Semana Santa complicada en la que se vivieron momentos únicos en la historia de Callosa, motivada por las especiales circunstancias que se dieron, quedando sin procesionar las cofradías del Santo Sepulcro y de la Virgen de la Soledad, que este año estrenaba directiva, dirigida por la Dama doña Leticia Serna.
Y ya en Pascua de Resurrección, cabe destacar el desarrollo del Comulgar de San Vicente en el que, siendo el año jubilar del Santo, su imagen procesionó en andas, portado por la Cofradía del Sepulcro. Los seguidores de este Santo, cuyas predicaciones y milagros levantaron tanta devoción en toda la España del siglo XV en general, y en el levante en particular, fueron fundadores de multitud de cofradías, hoy día vinculadas a la Semana Santa, llevando el nombre de la Sangre de Cristo. La devoción que tiene en Callosa y la inmemorial tradición del Comulgar que lleva su nombre, hace plantearse un posible paso del mismo por Callosa como ya barajaba nuestro Cronista Oficial de la ciudad, don Miguel Martínez; hecho que pudo ser la brizna que encendiera la llama de la tradición devocional 'semanasantera' en, aquella, nuestra Callosa, entonces, de Orihuela.
Roguemos al Santo valenciano que proteja esta tradición por muchos años, dotándola del ‘Alma’ de Fe que necesita, y nos dé fuerzas para transmitir su significado y la devoción que sentimos por la Semana Santa a nuestros descendientes y sucesores.
Vicente Mora Manzanaro
Cronista de la Junta Central de Semana Santa
Tras la polémica retirada de la Cruz de la plaza de la Iglesia, esta permanecía en la retina de todo el que pasaba en las noches de la Cuaresma. Su silueta relucía sobre la pared del Templo mientras se perseguía la proyección del símbolo del cristiano.
Mientras tanto, el Paseo de la Estación se inundaba de blanca flor para una temprana Semana Santa, que precedían a las habituales Eucaristías y Actos de Culto de las cofradías y hermandades, que se sucedían desde Miércoles de Ceniza. Entre ellas destacaban por singularidad los actos realizados en honor al 25 aniversario de la llegada de la Madre del Amor Hermoso, el 20 aniversario del tercio de costaleras de Jesús del Perdón, así como los referentes a la restauración del Cristo Resucitado.
Llegando los cuarenta días a su fin, la tradicional Bajada anuncia las procesiones de Semana Santa, como viene siendo desde hace siglos. En un día soleado, en el que los cohetes habían resonado toda la mañana, volvió a descender las calles del casco histórico la Madre Dolorosa desde la Ermita que lleva su nombre, que tan necesitada de restauración está.
Las calles vuelven a coparse de sus fieles, para poderla ver en este día que tanto espera Callosa por su singularidad y por lo que significa, ya que la Semana Santa abre sus puertas en la ciudad, siendo siempre San Juan y San Pedro los primeros que la observan adentrarse en el gentío, esta vez situándose este último bajo el Cristo de los Moraos.
Callosa vuelve a cantar los Cantos de la Pasión a la Dolorosa, con voz dulce y melodiosa, resonando en las naves de la Arciprestal que cada año la recibe, señal del amor que le profesa.
El fin de semana que inicia la Semana Santa se venía desarrollando con normalidad. Sábado de Pasión, San Roque fue testigo, un año más y a la luz de las antorchas, del acto de confraternización de las primeras hermandades penitenciales de Callosa. Innumerables penitentes con túnicas verdes, alzándose la Cruz desnuda, subieron como viene siendo habitual para dar paso al descenso de otros de morado, siempre todo ello entre los fríos sones del timbal. El despertar de la mañana adquiere otro cariz, otro color: es Domingo de Ramos. El incesante toque de campanas convoca a toda Callosa en el conocido como barrio Lucas, frente a la renovada Parroquia de San José.
Como es habitual, la procesión litúrgica de las Palmas la encabeza el Rvdo. Sr. Cura Párroco de San Martín, don Juan Bautista, rodeado de los Consejos Parroquiales y Económicos de San Martín y San José, en representación del movimiento parroquial en Callosa. Tras ellos, la comunidad Cristiana reluce con sus mejores hábitos como es tradición en este día en el cual se celebra la entrada de Jesús en Jerusalén.
Palmas y olivos lo anuncian llegar, hasta que emerge sobre el pollino por encima de las cabezas de sus cofrades, que vitorean su nombre al grito de Hosanna y lo portan hasta la Arciprestal, lugar donde se realiza la Solemne Eucaristía que da inicio Litúrgico a la Semana Santa. Al frente de la presidencia de la imagen, Dña. Rocío Pajares Salinas, Dama Portaestandarte, comienza la Semana que le llevará a anunciar la Resurrección del que tal día como ese, siglos atrás, entraba victorioso a Jerusalén.
Pero a media tarde, la alegría y el júbilo se tornó en temor. El cielo cubierto y la amenaza meteorológica que anunciaba precipitaciones en un 70% de probabilidad, hizo que las cofradías, temerosas de dañar el patrimonio dudaran en realizar estación procesional.
Tras diversas reuniones para decidir lo que se hacía, el elemento menos deseado en esta Semana hizo acto de presencia. La lluvia entristecía las caras de los niños e hizo ensordecer los instrumentos. Una plaza de la Bacalá, como comúnmente se sigue llamando, llena a abarrotar esperando ver el Encuentro y la tradicional procesión de las Mantillas, se destartalaba tras los rumores previos de suspenso y las posteriores gotas, dejando un triste panorama de sillas vacías sobre el suelo mojado.
Unos Santos Juanes reconstituidos que volvían a su Callosa a tocar, despidieron a la Virgen Dolorosa que no procesionará en 2018 por las calles de Callosa con sus mejores galas en su única salida nocturna, a la vez que resuenan clarines bajo la lluvia para también despedir a las imágenes de Sta. María Magdalena y Jesús del Perdón en un día triste. Sus costaleras, en el 20º aniversario de su formación de la no pudieron hacer la estación de penitencia de Domingo con ese Cristo que rebosa redención.
El Vía Crucis penitencial de Lunes Santo comienza, desde la Arciprestal, al caer las luces del ocaso con ayuda de voluntarios que se ataviaron las túnicas que facilitó la Orden. Se desarrolló con normalidad y se aprecia una disminución notable de público, en una actividad que se le debe dar una solución para su pervivencia. Tras la llegada del Cristo de las Siete Palabras a la capilla de San Francisco, el conjunto escultórico que se estrenaba el pasado año volvía a presidir su portada gótica para de ahí San Pedro partir ‘huyendo’ del gentío y negando 3 veces a Jesús entre la multitud. Entre los siempre presentes tambores de su Hermandad, realizó su salida con 25 minutos de retraso con respecto a la hora programada, cuestión que deberá de ajustarse para no hacer esperar al público congregado que aguarda para ver al Apóstol negar al Nazareno.
Martes Santo el convento Carmelita contempla la salida de Jesús, que acaba expirando entre su Madre, en San Martín, tras su traslado; la Inmaculada, Alcaldesa Honoraria del pueblo; y el Santo Patrón que guía al callosino en su día a día. Y el mismo Jesús, el Cristo, caído sobre su diestra, llega también a la Arciprestal tras una duradera procesión desde su parroquia de San José, pausada por el canto del saetero y guiada por cruces de madera, en lo que supone el día más austero de la semana.
La procesión de Miércoles Santo se desarrolló con la normalidad habitual, volviendo a estar presente la alegría de los niños que, por fin, lograban recoger el característico caramelo sin que la lluvia lo impidiera. Oración en el Huerto; Ecce Homo y la Flagelación; Ntro. Padre Jesús y María Stma. de la Amargura; la Verónica; el Cristo de la Expiración; y la Virgen de las Angustias realizaron en los 90 minutos previstos el recorrido, a pesar de la presencia de alguna parada no deseada recuperada con tramos de mayor velocidad. Una de ellas, como curiosidad, fue provocada por la presencia de un cable a la finalización de la Calle Canónigo Hidalgo que paralizaba por breves momentos la procesión al engancharse en el palio de María Stma. de la Amargura. La novedad prevista, es la ausencia del misterio del Santo Calvario tras la decisión de su Hermandad de alternar la presencia de éste y de la Verónica frente al madero en las procesiones de Miércoles y Viernes.
Y da comienzo el día en que se rememora el mayor gesto de amor de la historia de la humanidad, Jueves Santo. Jesús dio su vida por todos tras servir a sus discípulos y compartir con ellos el Sagrado Sacramento, rememorándose, por ello, el día de la Eucaristía y el Amor Fraterno en este día en el que el azahar comenzaba a caer de los naranjos, en el día en el que Callosa acude a Misa y reza sus Estaciones.
Tras ello, petaladas abren paso a María, nuestra Madre que anda, empujada por el sonido de instrumental de viento-madera, esperanzada por saber que el Hijo de Dios, nacido de su vientre, iba a salvar a la humanidad.
Poco más tarde, Jesús en su Cruz es Evangelio vivo en las calles de una Callosa en silencio y penumbra, con las referencias de la primera luna de primavera en el cielo y de una roja y luminosa línea cruciforme en el horizonte sobre el que se enmarca el Hijo del Hombre.
Largos rosarios de luces que guían a las imágenes en la oscuridad de la noche hasta llegar a la Arciprestal dónde el reflejo blanco de una Cruz de Luz marca el final de su salida procesional.
En cuanto a contratiempos en este día, cabe destacar el retraso en la salida procesional de la Macarena por el tardío apagado del alumbrado público y el percance con el arbolado de la calle Cervantes que, falto de poda, hizo caer la corona de espinas del Cristo del Silencio a su paso.
Al alba del siguiente día comienzan a escucharse sones de las diferentes bandas de las cofradías que, históricamente, participan de esta mañana. Nuestro Padre Jesús guía a la feligresía por la calle que toma el nombre del Vía Crucis que, cada Viernes Santo, viene realizándose desde el siglo XVI entre el que era el convento Franciscano y lo que se conoce históricamente como el Calvario.
Es dicho evento el que motiva la presencia de la Semana Santa en sus orígenes y a partir del cual surge el movimiento que actualmente abarca la Semana de actividades que podemos disfrutar. Momento clave en el mismo supone la celebración del Encuentro en la calle Amargura, aguardando para la escenificación del mismo la Virgen de los Dolores, San Juan, Santa María Magdalena y las Santas Marías, arropadas por sus cofradías, las cuáles participan, desde su nacimiento, de este especial momento.
Baja, tras ello, Callosa de su sierra, con las luces del alba al frente, sobre el resplandeciente verde de la huerta, uniéndose Sierra, Huerta y Semana Santa, tres de sus distintivos más característicos. La panorámica, espectacular, cambia de golpe al adentrarse la procesión en el casco histórico para acabar ante la imponente fábrica de piedra caliza que está presidida por el Cristo de la Expiración, que este año medita una hora antes de lo habitual, a las 11, sobre esas Siete Palabras que Jesús pronunció desde su Cruz.
Para ello, la Cofradía designó al sacerdote callosino D. Agustín Marco Ruiz, guía de su acto de meditación, en el año en que su hermano D. Moisés Marco Ruiz fue reconocido por su labor en la Semana Santa con el nombramiento de Nazareno de Honor. D. Agustín realizó alusiones al perdón, la bondad, la paz, la esperanza, el amor, el papel de la mujer y la oración, tomando la música papel protagonista en diversos momentos del acto, así como San Agustín y, cómo no, Jesucristo. A su fin, el Cristo de la Expiración volvió al convento de las Hnas. Carmelitas, como es habitual, a pulso entre sus costaleros.
Al atardecer, a pleno sol y tras la realización de la Acción Litúrgica de la Pasión y Muerte del Señor, Adoración a la Santa Cruz, Oración Universal y Comunión, dio comienzo la procesión de la Exaltación de la Cruz. Jesús orando junto a sus Apóstoles, Jesús prendido ante sus fieles compañeras tres Marías, la de la Magdala, Salomé y Cleofás, Juan el hijo de Zebedeo, Jesús flagelado y coronado con espinas, Jesús cargando la Cruz ante su madre llena de Amargura, cayendo hasta tres veces, antes de ser crucificado en el monte Calvario, dónde agonizará hasta caer en los brazos de su Madre repleta de Angustia y, tras ella, una Cruz vacía repleta de significado. Un completo evangelio en la calle para dar testimonio de la Fe y el amor por la Semana Santa del pueblo de Callosa. Al finalizar, por segundo año consecutivo, todos los pasos fueron situados en el Paseo de la Estación, para unirse en una oración dirigida por el párroco en esos momentos, de trance de nuestro Salvador Jesucristo entre su descenso a los infiernos y su Resurrección. Por segundo año viene teniendo mucha aceptación el acto por parte de los cofrades, siendo ejemplar la recogida de los tronos, aunque se echó en falta que la gente se incorporara al final de la procesión, cuestión que el año anterior se produjo en mayor medida.
Sábado Santo tiene lugar la procesión del Entierro del Señor. La Semana Santa en pleno abre la procesión, encabezando el Cortejo la Dama Portaestandarte, que unos minutos antes era recogida por la Junta y el encabezamiento musical que después marcaría el inicio de la procesión con los solemnes sones de Funeral of Queen Mary de Henry Purcell.
Tras realizar el recorrido habitual, y con la gran afluencia que se viene teniendo desde que la procesión, pasó a celebrarse Sábado Santo; Jesús amortajado llegaba a la plaza de la Iglesia flotando sobre las cabezas de los que se congregan para su espera. Su Madre llega empujada por la comunidad cristiana femenina, abanderada por la familia Amat, verdadero corazón de la Cofradía que moviliza a la mujer callosina para guiar en el dolor a su Madre, acompañándola en el sentimiento de Soledad, en el eterno duelo ante la pérdida de su preciado Hijo.
Y tras la celebración de la Vigilia Pascual retumba Callosa que espera en San Martín a que su Párroco anuncie la buena nueva: Cristo ha resucitado. D. Jorge Más Cayuelas inició el toque del tambor, que serviría para que prácticamente todos los componentes de las bandas de las cofradías y hermandades de Callosa se reunieran en torno al ruido atronador del tambor y con único objetivo: el anuncio de la Resurrección. Arropado por el casco histórico, llegando hasta el Santuario de San Roque y asomando al balcón que domina la Vega, se pudo anunciar a toda Callosa que Cristo Vive entre nosotros.
La mañana de Domingo de Resurrección se presentaba melodiosa en la Capilla de San Francisco. La Virgen de la Portería portando su luto, que aúna Dolor, Esperanza, Amor, Agonía y Soledad y representa a toda mujer que ha perdido a su ser más querido, parte hacia la Arciprestal precedida por la representación de las cofradías y hermandades de la Semana Santa de la ciudad, unidos en torno a una misma Madre y con un único objetivo.
La plaza Reina Sofía se presenta ante los ojos de los callosinos reflejando el color del cielo y repleta de margaritas blancas, que servían de presagio para lo que iba a suceder. Una vez más, Callosa da testimonio de que Jesucristo vive entre nosotros, y volvía a ser una mujer la que iba a dar fe de ello. Con reverencias y el ondeo del pendón negro, Dña. Rocío Pajares hacía ver a la Madre de todos que frente a ella se encontraba Jesús Sacramentado bajo palio; que el Hijo de Dios no yacía bajo una fría lápida, sino que se encontraba, tal y como predicaba, bajo el abrazo del Padre.
Una mujer, de nuevo, es la encargada de dar tal noticia, al igual que en su día lo hicieron las mujeres que al subir al Gólgota corroboraron, tal y como reivindicaba en el pregón el Rvdo. D. Joaquín Rodes Roca, que al retirar la piedra que cerraba el Santo Sepulcro no se encontraba el cuerpo de Jesús. Y conociéndolo todo el mundo, estalló el júbilo entre los hombres. Palomas, pétalos de flores y aleluyas se entremezclaron entre la música y la alegría de los allí presentes y, sumándose Cristo Sacramentado a la procesión, el luto se convirtió en gloria para la insignia de la Dama, el atuendo de la Virgen y todos los presentes que, descubiertos, anunciaban a los vecinos la Gloria de Dios.
Tras la celebración de la Eucaristía, el cortejo volvió al Convento encabezado por la Dama Portaestandarte, abriendo la Procesión del Resucitado. Esta vuelta se viene realizando, cada año, con menor número de cofrades que la procesión de la mañana, dejando en algunas ocasiones sólo el estandarte para volver. Este hecho debería de cuidarse para que no fuera así.
Tras acabar este tramo de procesión, los estandartes de las diferentes cofradías y hermandades, así como la Virgen de la Portería se retiran. Prosiguen la Madre del Amor Hermoso y el Cristo Resucitado, que estrenan para en este 2018 renovadas vestimentas y policromías respectivamente, con sus cofrades despojados de sus capirotes. La restauración del Cristo fue realizada por D. Domingo García Chauán, siendo el vestido, fajín y manto de la Madre del Amor Hermoso, confeccionados a mano, en hilo de oro en terciopelos bordados, por los talleres de Carmen García de Orihuela, además de estrenar mantilla y corona de doce estrellas cincelada a mano con baño de oro, elaborada en los Talleres de Benedicto e Hijos.
Ambas imágenes continúan hasta la Arciprestal donde se finaliza con un Encuentro entre ambas imágenes a su llegada. La Madre vuelve a alzarse al cielo, en el año que Callosa puede contemplar por 25ª vez su hermosura, a la llegada de Cristo glorioso a la plaza de la Iglesia, con la figura de la Portaestandarte presente como testigo de excepción que ondea la bandera blanca, llena de alegría ante el Milagro de saber que Cristo se encuentra ante Dios Padre.
Acabada, la Semana Santa y con la salvedad de la tarde de Domingo de Ramos, destacar que el buen tiempo ha permitido la normal celebración de las procesiones programadas, contando con una buena respuesta de público en términos generales, que han llenado las calles en todas y cada una de las procesiones.
En otro orden de cosas, querría desde aquí invitar, a los responsables de tronos y bandas, a no cesar en el empeño de mejorar, tanto en el aspecto cualitativo como en el sentido de grupo, con tal de asegurar la permanencia de estos activos que dotan de singularidad y masa social a las cofradías. Haber llevado un trono o banda 20 o 25 años no implica que se lleve de la mejor manera posible. Y la mejora no tiene otra vía que no sea buscar referencias más consolidadas y trabajadas; aumentar el número de ensayos, para mejorar la técnica y la resistencia; y promover convivencias, para fomentar la unión y garantizar la continuidad.
Por último querría también solicitar a todo callosino, así como ruego que lo hagan extensivo todas las cofradías y hermandades, que en este 2019 nadie deje su vesta en el armario e inunde de las calles de Callosa de vocación por su Semana Santa para seguir dando continuidad a esta tradición evangelizadora.
Vicente Mora Manzanaro
Cronista de la Junta Central de Semana Santa
Abril de 2017 no deparaba una Semana Santa plácida.
Por un lado iniciaba su andadura una nueva y joven Junta Directiva, coja de un puntal básico tan competente y versátil como Adrián Prieto, aunque henchida de ánimos y nuevas ideas, algunas de las cuales podían ser divergentes del habitual proceder de la Semana Santa callosina. Con ello, y siempre en búsqueda de una mejora continua, se trabajó desde el diálogo y la flexibilidad con las diferentes cofradías, entidad parroquial y local, y vecinos con la meta de ir un paso más allá en el cumplimiento de nuestros proyectos, promesas y sueños, pero siempre desde el respeto por lo existente.
Por otro lado, y no siendo suficiente la superación de problemáticas relativas a lo arriba citado, que llevó implícito incluso faltas de respeto por parte de algunas personas a miembros de la Junta y a la institución en sí misma, el abril de 2017 se vivió la primavera con mayor fractura social vivida en Callosa por las generaciones criadas en democracia. La decisión de pleno celebrado el 4 de marzo de 2016 de retirar la Cruz que flanquea por años la puerta de la Iglesia, no caló en los vecinos hasta meses más tarde. Nadie acababa de creerlo hasta que tuvo lugar el primer intento de retirada, evitado por la comunidad parroquial, que visibilizó la afrenta que suponía la pretensión del consistorio para la comunidad cristiana, la Parroquia en sí y por ende gran parte del pueblo de Callosa, una ciudad nacida y crecida en la fe de su pueblo, en torno a una plaza que siempre ha sido de la Iglesia.
La Navidad sufrió la división latente de la población, que en su mayoría salió a la plaza a reivindicar que la Cruz no es otra cosa que un elemento que representa a Cristo y su mensaje de Amor y Paz. Y, por extensión, está realidad pasó a instalarse en el seno de Cofradías y Hermandades. La historia de la democracia en la que vivimos presenta, hace unas décadas, a otro alcalde que se autoproclamaba ateo y el párroco de entonces, al igual que el actual, supo diferenciar la ideología personal del cargo institucional en su labor consiliaria. Sin embargo hay que destacar que el recientemente fallecido D. Fernando Belda (D.E.P.) respetó la simbología del cristiano y no participó de actos en los cuales no se consideraba partícipe del sentimiento religioso, enfocando su labor política en poner en valor la reconciliación social, erigiendo incluso monumento a ello.
El Sr. Alcalde de la primera luna llena de 2017, por contra, no solo había atentado contra el más importante símbolo del cristiano, pretendiendo eliminar la Cruz sin llegar a acuerdo con la Parroquia, sino que realizó el intento la misma mañana en que se había fechado reunión para intentar llegar a un acuerdo. Con la mitad de la población contrario a su presencia en actos de carácter cristiano, Francisco Maciá reivindicó su papel de autoridad municipal en todo acto religioso al que se le invitó, con su perspectiva de valorar la manifestación popular de fe más importante de Callosa, desde el aspecto cultural y turístico. En ellos, el hecho de que no realice la señal de la Cruz en misa cuando ocupa puesto reservado a su cargo, al igual que se considere que mantenga posturas no muy acordes al lugar de culto que representa el Templo y unido al hecho de que en sus intervenciones adoctrine a la comunidad cristiana realizando interpretaciones parciales del evangelio, fueron actitudes tomadas por muchos como desafiantes mientras otros consideraban que su cargo como Alcalde prevalecía frente a todo.
Y esto, como es lógico, ha llegado a provocar fracturas internas en alguna Cofradía o Hermandad, dubitativas en posicionarse en un sentido u otro, habiéndose dado incluso situaciones de crispación y reproches entre las mismas a pesar del apoyo manifiesto a la Semana Santa proclamado por la corporación.
He de aclarar que para nadie es agradable escribir estas líneas en una crónica de la Semana Santa local, pero el ataque recibido en la línea de flotación de la comunidad cristiana de Callosa, así como sus consecuencias, es tal que debe ser reflejado.
Con todo ello, durante la Cuaresma se desarrollaron los actos sin ningún percance, dentro de la normalidad y del sentido común de una comunidad educada en base a los conocimientos que representa la misma Cruz. Iniciada con las Misas con imposición de ceniza en todas las ermitas y parroquias con misa diaria, se iniciaron los habituales Vía Crucis que se celebran en Callosa toda la Cuaresma y las misas tradicionalmente celebradas por las cofradías y hermandades fueron sucediéndose junto a los actos de culto de aquellas que celebran algo especial para conmemorar anualmente su participación en la vida cristiana y los actos organizados por la Junta Central.
Previa a la entrada de Jesús entre palmas y olivos, esperaba como siempre la bajada de su Madre Dolorosa de su Ermita a la Arciprestal, siendo recibida por el jovial gentío en este día tan especial para Callosa en que tradicionalmente detiene su actividad comercial para esperar este momento en que se percibe la proximidad de Domingo de Ramos.
Y ya a las puertas de la semana de Pasión, que el cofrade espera con deseo por su reencuentro con Jesús y María en común unión con sus hermanos y cofrades, una Cruz y sudario parten con puntualidad pregonando la entrada de la Semana Grande en Callosa. Inician nazarenos de Cristo la subida al hermanamiento que se celebra, esta vez bajo la supervisión de la Junta Central, que estrenan vestas granas con capucha tipo verdugo y cinturón de fibra natural bajo el mas estricto anonimato. Al son de la saeta y entre breves palabras de ambas cofradías, se cumplieron estrictamente los tiempos establecidos.
Tras la sobriedad de las hermandades que inauguran la actividad penitencial, se pasa al enorme júbilo. La comunidad parroquial, con su máxima autoridad al frente flanqueada por sus Consejos Pastoral y Económico, abren la Procesión Litúrgica de las Palmas, a los que le sigue toda Callosa en el trayecto que discurren entre la Parroquia de San José y San Martín. Entre nubes y claros, el párroco bendice las palmas que durante este trayecto provocarán olas amarillas que ondean en el caminar que marca el camino de Jesus, que entra Triunfante a la plaza de la Iglesia al igual que lo hizo en Jerusalén. Abarrotada de la gente que sigue al párroco ataviada con sus mejores galas para celebrar que Jesús va a dar su vida por todos, entre el gentío, interviene el Patronato de la Pasión, que siempre recibe a Jesús al grito de Hosanna, agitando sus cofrades palmas y olivos, y abriendo paso al Hijo de David. A hombros de sus costaleros, levantado al cielo sabiendo que va a morir por todos nosotros, el himno triunfante resuena por megafonía, abriendo turno para la foto familiar de rigor, tanto frente al Cristo como frente a la Cruz, siempre presente en la vida cultural callosina, y dando comienzo la misa entre campanas. Una celebración clave en la liturgia cristiana, ornamentada con las palmas bendecidas que portaba los consejos y que la comunidad cristiana parroquial no respalda en la medida que se merece con su asistencia.
Al llegar la oscuridad a las calles de Callosa en Domingo de Ramos, vuelve a encontrarse María Dolorosa con su hijo ante el expectante gentío. Bajando del que fue hospital de la villa, estrena saya, corona, campana y bacalá el año de su restauración, y se encuentra con un Jesús rebosante de Perdón que camina misericordioso entre la multitud. Tras minutos de emociones a flor de piel da comienzo la estación de penitencia de las cofradías que nacieron a finales del siglo XIX en Callosa para acompañar a María y Jesús en la Pasión. Magdalena, Juan, María Salomé y María Cleofás, siguen a Jesús fieles a su mensaje de paz y perdón, guiando a María que avanza sin rumbo en un baño de lagrimas. Al finalizar la estación, todos esperan llegar a la Dolorosa que prosigue su camino hacia la Arciprestal.
Lunes, San Pedro es acusado ante la multitud de seguir a un Jesucristo que contempla la escena en la puerta del templo mientras un soldado amenaza al que niega ser amigo del Nazareno. Los versos del eterno D. Adrián Prieto resuenan en la plaza de la Iglesia en este año que la lluvia no ha impedido que la Hermandad estrene a su reconvertido San Pedro en su jornada procesional, ahora hombros de nuevo trono y con recorrido distinto al del habitual, saliendo y entrando de la Arciprestral pasando por la Alameda. Previo a lo cual, la Orden, con sus sombríos hábitos marrones, realiza su tradicional Vía Crucis de nuevo por las calles de la localidad, portando al Cristo de las Siete Palabras desde su capilla, reducto del Convento Franciscano que presenció el origen de nuestra Semana Santa.
Junto a su Madre Inmaculada, en este caso erguido entre su imagen y el altar a la Virgen de La Luz, permanece Martes Santo el Cristo de la Expiración recientemente trasladado desde el mismo Convento, ahora Carmelita, para iniciar en el siguiente día, su estación de penitencia, portado sobre el hombro firme de sus portadores. Y tras éste, el Nazareno de San José, caído sobre su rodilla, es portado también a la Arciprestal para permanecer, bajo la luz de la Esperanza a su salida de Viernes, seguido por penitentes portadores de la Cruz que Jesús nos dejó como inequívoco símbolo de amor, perdón y reconciliación.
Miércoles llega otro día esperado para los niños, que tras Domingo de Ramos salen a la calle ansiosos de caramelos. Los protagonistas de esta Procesión llamada ‘de la Pasión’ son las cofradías que surgen a mitad del siglo XX en el esplendor de la Semana Santa vivido por aquellas épocas, Oración en el Huerto, Ecce-Homo y Ntro. Padre Jesús, seguidos de las penitenciales Moraos y Siete Palabras, y de la histórica cofradía que antaño fuera de la Vera Cruz.
Y un día mas tarde, tras la celebración de la última cena en la Eucaristía, se abre el Triduo Pascual. Callosa reza las Estaciones en familia, preparándose para una noche oscura. Una noche que comienza con una luz de Esperanza que aglutina al pueblo de Callosa arrojándole sus deseos y plegarias entre música de cámara. Una noche que culmina con un rastro rojo sangre iluminando a Cristo, en Silencio, que tras oración, procesión y el rezo del credo, vuelve a San Martín guiado por decenas de negros capiruchos puntiagudos que se muestran en la oscuridad como una larga corona de espinas desplegada por las calles de Callosa. Cristo crucificado este año procesional con dos ángeles con motivo de su 75 aniversario, un cráneo de Adan, símbolo de la salvación de la vida sobre la muerte, habiendo sido recién restaurado tanto el Cristo como la luminosa Cruz.
Llegada la madrugada de Viernes Santo, baja callosa de su monte calvario ante el perfil de la arciprestal reluciente, amaneciendo sobre la huerta. Arriba se han vivido las escenas mas cruentas que un ser humano puede vivir, desarrollada a los ojos de su madre que es consolada y guiada en su dolor por Juan, Magdalena, y las Marías Salomé y Cleofás, que nunca fallan a su amigo Jesús ni al desconsuelo de María. Al llegar a la Arciprestal se entonan los ultimos Cantos de la Pasión en un día glorioso para Callosa que celebra el origen de su Semana Santa con este particular Vía Crucis. Pasa la dolorosa al son de las voces del pueblo que aman a María y a la Cruz de Cristo en una plaza que minutos más tarde escuchará pregonar las Siete Palabras de un Cristo que se presenta crucificado a la diestra de la eterna Cruz de mármol que lo hace presente en el día a día callosino.
Horas más tarde, el mismo Viernes por la noche, tiene lugar la procesión que venía denominándose como ‘General’ y que en este 2017 pasa a denominarse ‘de la Exaltación de la Cruz’. Jesús orando ante el Caliz en la Oración en el Huerto de de los olivos en Getsemaní, Jesús prendido lleno de Perdón seguido de María de Magdala, su amigo Juan, María Cleofás y Salomé, Jesús Flagelado y coronado con espinas ante Pilatos, Jesús Nuestro Padre portando la Cruz seguido de una María llena de Amargura, Cristo el Nazareno caído sobre su rodilla vencido por la atrocidad cometida con él, Jesús ante la mujer Verónica con su rostro reflejado antes de ser crucificado sobre el horizonte del monte Calvario, Jesús Agonizando en sus últimos minutos de vida mortal y, por último en los brazos de su Madre llena de Angustia, configuran un testamento iconográfico sin igual en las calles de Callosa repletas de gente en sillas de madera.
Todos, con gran esfuerzo de sus cofrades aguardan, al finalizar, la llegada de una incorporación a esta estación de penitencia: una Cruz de Pasión, una Cruz desnuda envuelta en simbología referente a la Pasión de Jesús que las cofradías han prestado para permitir su salida. Un timbal, un clarín, un sudario, clavos, una corona de espinas, un puñal, el craneo de Adán, frascos de esencia, un cáliz, antorchas, palmas y olivos enmarcan y sintetizan la Pasión y Muerte de Jesús envueltos de nubes de incienso. Pero Jesús no está en ella. Cristo ha desciendido a los infiernos para resucitar y vivir eternamente, y por ello salimos a dar un testimonio de fe que D Juan Bautista, nuestro Cura Párroco, contextualiza al llegar arropado por gran parte de la comunidad parroquial callosina que sigue a la Cruz y su significado sin complejos.
Tal esfuerzo, con cuestiones organizativas a mejorar en cuanto a posicionamiento y organización de pasos, se trasladó en la recogida de los tronos al museo, cuestión que se ha de destacar se realizó con relativa fluidez y con la colaboración de personas de todas las cofradías y hermandades. Sin duda esta iniciativa, que surgió este año a modo de prueba para paliar las problemáticas que manifestaban tenerse en esta larga procesión de Viernes Santo, ha conseguido ser un éxito en cuanto a participación, agradando a los asistentes el colofón que se había planteado a esta salida procesional cuyo final quedaba algo desmembrado y vacío.
El sepelio de Cristo se desarrolla Sábado Santo, día en el que las cofradías históricamente vinculadas a la huerta y a la burguesía, son protagonistas. El cortejo fúnebre es abierto por un quinteto musical que sustituye a la habitual banda para dotar de la sobriedad que merece tal acto y es seguido por el Caballero Portaestandarte, la representación de todas las cofradías y la Junta Central vistiendo el luto. Tras ellos decenas de hombres guían al Santo Sepulcro de Jesús portado por sus costaleros, y decenas de mujeres a la Virgen de la Soledad que este año estrena un azul intenso bajo su saya, color de su estrella en el cielo.
Tras ello, se inicia la Vigilia Pascual con la tradicional bendición del Cirio Pascual y el bautizo de niños. El fuego en la plaza de la Iglesia otorga un carácter muy particular a esta celebración, a las puertas de la Capilla de la Comunión, que en unas horas presenciará la salida del Santísimo. Se enciende él cirio pascual, dando luz a todos y cada uno de los presentes, reunidos alrededor de él y la noche transcurre tranquila hasta que llega a oídos de todos. ¡Cristo ha resucitado!
La mañana de Domingo se inicia con la Inmaculada Virgen de la Portería, que con tanto cuidado guardan las Hermanas Carmelitas, rodeada de representantes en vesta de todas las Cofradías y Hermandades abanderadas por sus estandartes. Tras recorrer los metros hasta el centro histórico, tiene lugar el momento mágico que Callosa espera con anhelo. María se encuentra ante el Altísimo reconociendo a su hijo Jesús resucitado, y comienza el protocolo en el que el caballero genuflexiona ante Él guiando los pasos de María envuelta en luto. En una calle engalanada con pétalos y dibujos florales sobre la calzada como nunca, D. Luis Mora Salinas levanta el manto a María otorgándole visión de lo que no podía ser de otra forma. Cristo vive entre nosotros y globos, pétalos y aleluyas se levantan al aire entre el sonido de la música gloriosa que ensalza este gran encuentro. El caballero pasa a tomar el pendón blanco para anunciar por las calles de Callosa la dicha a sus vecinos. La Virgen de los Dolores, en su ermita presencia frente a la imagen del Cristo Resucitado la alegría en las caras de todos los participantes de esta procesión, que da paso a la Misa que proclama la Pascua de Resurrección.
Tras ella, el Cristo Resucitado y María, la Madre del Amor Hermoso celebran el triunfo de la Cruz sobre el mal recogiendo a muchísimos niños y no tan niños que con sus vestas y sin sus capuruchos, se disponen a dar, con más alegría si cabe, los dulces caramelos característicos del levante semanasantero. Al llegar al Convento, la Virgen de la Portería vuelve a su capilla portada por sus entusiastas portadores de la Virgen de los Dolores, y el cortejo de cofradías acaba aquí siguiendo la procesión del Resucitado hasta la Arciprestal, celebrándose el encuentro que vuelve a poner en marcha la cuenta atrás para una nueva Semana Santa en Callosa.
Sin más, y siempre insistiendo en el fomento de la participación y la inclusión de toda persona en el seno de las cofradías y hermandades, así como el aumento de su participación en forma de actividad religiosa y cultural, destacar que 2017 ha supuesto una Semana Santa digna de la tradición y el sentimiento que tiene el callosino en ella.
Destacar en lo relativo a cuestiones procesionales, que el cumplimiento de los tiempos ha cumplido lo establecido por la Asamblea de la Junta Central y que se han utilizado matracas para el control y la organización de las procesiones, siendo utilizadas para un homogéneo arranque y parada de los penitentes. Además, se han colocado faldones – cubrepiés al final de recorrido de Domingo de Ramos, Miércoles y Viernes Santo, lo cual ha producido un final de procesión más aseado en cuanto a respeto por el espacio procesional. En general, se finaliza con un sentimiento generalizado del buen trabajo realizado, de esta nueva junta central junto a todas cofradías, ejemplares en predisposición y adaptabilidad a las circunstancias.
Vicente Mora Manzanaro
Cronista de la Junta Central de Semana Santa
Sufro la inmensa pena de tener que escribir estas líneas que pertenecían a un caballero callosino, Adrián Prieto, al que por desgracia no le es posible, como siempre ha hecho lleno de orgullo por su Semana Santa y su pueblo, maravillar con su prosa a todos los amantes de esta última semana de Cuaresma.
Son estos párrafos, por tanto, no sólo una cronología histórica sobre la Semana Santa del pasado año 2016, sino también un homenaje a este amigo que tanta ilusión tenía por escribir estas líneas, por llenar de corazón y de actividad cofrade los 365 días del año desde esta nueva Junta Central y por siempre engrandecer, así, ‘su’ Semana Santa. El 22 de marzo marchó en Martes Santo, rindiéndole el homenaje que merecía Callosa y sus cofradías el día de su despedida, aunque siempre quedará entre nosotros en cada una de las actividades que, dada a su imaginación, experiencia y multitud de recursos, ha dejado en herencia a germinar por esta Junta.
Por ello, creo que es de justicia que ‘Adri’ escriba esta crónica junto a mí. Algo que, seguro, enriquecerá este documento con su elocuencia poética habitual y su elegante retórica.
En lo personal, también he de agradecer la herencia transmitida por mis padres Vicente y Ana, modelos para mí en todos los sentidos, en forma de amor a la Semana Santa. Una pasión alentada por la gran comunidad cofrade que Callosa tiene la suerte de poseer y por la actual Junta con la que comparto aventura.
Se acerca la Semana Santa y Callosa sale a la calle. La habitual actividad cuaresmal prepara al cofrade para la estación de penitencia y el arsenal de recuerdos que genera en cada uno esta Semana. Reuniones y ensayos se suceden, siempre con el nerviosismo de que lo que se avecina. Las misas de culto de las cofradías y los actos de Cuaresma, se suceden tras la imposición de Ceniza, la presentación de el Patronato de la Pasión, Telecallosa y David Marco Canales como Cargos de Honor el primer viernes, el traslado a San Martín del Cristo de los Moraos el primer sábado y el inicio de los rezos de Los Pasos.
Viernes anterior al de Dolores, colegios y comercios cierran sus puertas ya que es un día grande para Callosa. Bajo el sol de mediodía, la pequeña campana de la ermita lo anuncia, la Madre vuelve a abrir sus brazos para acoger al pueblo. La gente abarrota las calles en su discurrir, acompañando a la Madre de Callosa hasta que se sumerge en la Arciprestal inundada por centenares de voces que entonan los Cantos de la Pasión aclamando su presencia. A la salzillesca imagen tan venerada le aguarda Ntro. Padre Jesús en el Altar Mayor, para, así, Madre e Hijos presenciar el Pregón y apurar las horas de desasosiego de los callosinos antes de vivir en las calles la Pasión de Cristo.
Una semana después, tras la vuelta de la Dolorosa a su ermita, en Sábado de Pasión el sonar de los timbales resuena en el Barrio Lucas, marchando cofrades como sombras verdes, a la luz de las antorchas, al encuentro del Santo Patrón. La cruz cubierta por el lienzo blanco, y la extraordinaria compostura de sus nazarenos, toman la interminable cuesta hasta encontrarse con la Puerta Sagrada. Bajo los pórticos de la Ermita de San Roque aguardan nazarenos que relumbran en un morado vivo, y tras celebrar décadas de hermanamiento bajan envueltos de misterio y silencio dos hileras de luz, que guían a Jesús ante su Madre en la Ermita que la guarda.
La mañana siguiente, se detiene el reloj en la mañana más inocente de la primavera. Son agujas las palmeras del Jardín de Gilabert, que parece el paraíso, un retazo del edén, donde vienen los vecinos para ver a San José. Lugar en el que todo callosino ha sido niño alguna vez. Nace desde aquí una marea de callosinos que Domingo de Ramos, entre palmas y olivos, celebran la entrada del Mesías a la ciudad de Callosa, que llega Triunfante a San Martín, a hombros de sus costaleros, al grito de ‘Hosanna!’, pregonando que ha llegado el Hijo de Dios.
Al caer la noche, la mujer callosina se engalana y sale con su mantilla al Encuentro de María, que llena de Dolor contempla cómo su Hijo aparece entre la multitud y el aroma del incienso. El Perdón, humilde y maniatado, parece querer desprenderse de la soga cruel para acoger en sus brazos a María. Jesús mira a la tierra, la Madre clama al cielo. Y el pueblo entero aplaude ese gran amor que es Dolor y Perdón a un mismo tiempo.
Tras el encuentro, se suceden las Cofradías que históricamente participan en esta tradicional estación de penitencia de Domingo. A lo largo del recorrido oficial al Cristo, que es portado por las mujeres que sobriamente le acompañan en su andadura, le sucede su fiel amiga María Magdalena guiada por nazarenos de morado, granate y oro, las mujeres María Salomé y María Cleofás siguiendo a sus penitentes cubiertos ataviados de crema, tierra y verde oliva, su incondicional discípulo Juan sosteniendo su palma y en compañía de sus fieles de marfil y rojo, y, por último, María, que marcando su caminar sus elegantes costaleros y acompañada por la mujer callosina que orgullosa porta tocados coronados por mantillas, sigue los pasos de su Hijo hasta un final anunciado. Durante la procesión, la sucesión de imágenes que compungen al espectador y contrastan a la vista, son acompañadas por los sonidos y ritmos que las bandas de tambores marcan abriendo el procesionar de las tres primeras cofradías, y las bandas de música que acompañan a cada imágen con sus características marchas. Al finalizar la estación de penitencia y con la cúpula y el campanario de la Arciprestal como telón de fondo, Cristo, Magdalena, Cleofás, Salomé y Juan esperan el paso cansado pero firme de María que se pierde entre la estrecha calle, camino de su Ermita al son del Himno Nacional.
El Lunes Santo se cumplian los peores de los presagios que se pueden dar en estos días. La lluvia hizo acto de presencia impidiendo el normal proceder de la programación. Pese a ello, el Cristo de las 7 Palabras mantuvo su Vía Crucis Penitencial, realizándose por primera vez en su totalidad en el interior de la Arciprestal, dirigido por el párroco de San Martín, D. Juan Bautista, y arropado por los seglares de la Orden de San Francisco y la feligresía parroquial callosina que, pese a las inclemencias meteorológicas, no faltó a la cita.
Por contra, San Pedro no pudo negar bajo la lluvia del último Lunes que negaría a Cristo en solitario sobre sus andas, por lo que de manera excepcional la Hermandad de los Moraos volvió a procesionar, tras muchos años, Martes Santo coincidiendo con las Cofradías callosinas que nacieron como penitenciales, esta vez con aquel pescador de Galilea que extiende sus redes sobre el canto del gallo. El que, aunque va buscando el perdón, en el eco de las calles resuena ‘No conozco al Nazareno’. Palabras escritas por aquel que esa misma mañana doblaba la rodilla ante el estupor de una comunidad cofrade callosina, que seguirá escuchándole por siempre. Momentos antes, el Cristo de la Expiración era aupado con sumo cuidado por sus portapasos que, sintiendo la madera sobre los hombros, le hacían mirar al cielo camino de San Martín guiado por el fuego, contemplando la marcha de un orgulloso cofrade fundador. Y tras el tercer cacareo, se abren las puertas de San José y su Hijo vuelve a caer en el Barrio Lucas, y sus numerosos nazarenos harán de Cirineo hasta llegar a la Arciprestal. Decenas de cruces son portadas con andar pausado, deteniéndose al son de la matraca, entre cantos de saeta y el golpeo del timbal.
En Miércoles Santo tiene lugar la primera representación amplia del Vía Crucis. En la que nació con el nombre de ‘Procesión de las Insignias’ durante la esplendorosa para el cofrade década de los sesenta, ahora Procesión de la Pasión, se suceden los ‘pasos de misterio’, abriendo así el evangelio en la calle y pudiendo contemplar el pueblo de Callosa, de manera iconográfica, los difíciles y últimos momentos de la vida de Jesucristo. Así, haciendo estación de penitencia las diferentes cofradías, aparece ante el callosino Jesús orando en el huerto junto a sus discípulos con el cáliz ante él y al que acompañan Pedro, Santiago, Juan y serenos nazarenos de blanco, verde y negro colorido; Jesús insultado y azotado por toscos y burdos sayones, apresado y expuesto al pueblo: ‘He aquí el hombre’, ante brillantes túnicas blancas y azules sobre magenta; Jesús cargando con la cruz como pesada losa sobre su hombro, entre nazarenos morados de semblante inclinado al sufrir su mismo peso y caminando al compás del sonido de la corneta, que se encuentra con su Madre en la calle de la Amargura; Jesús exhausto ante Verónica, mujer que seca y limpia su cara en su camino hacia el monte Calvario, donde entre Magdalena, Juan, María y decenas de capuruchos morados es clavado a la Cruz entre redobles de timbal; Jesús que es portado sobre su Cruz, entre serios penitentes de negro y rojo con faroles de fuego vibrantes al son del tambor, en el último aliento que expira tras pronunciar sus últimas palabras; y Jesús que agoniza antes de ser descendido de su Cruz y descansar en paz en los brazos de su angustiada Madre, a la que intentan consolar cofrades de azul y roja capa sobre blanca vesta.
El Jueves amanece con Callosa expectante ante un día especial para los cristianos. Tras la celebración de la Santa Misa en la Cena del Señor, el párroco custodia el Santísimo en la Capilla de la Comunión en el monumento a tal fin reservado y ornamentado. Al caer la noche la oscuridad toma Callosa. La candelería que ilumina su imagen muestra una luz entre las tinieblas: la Esperanza, la Esperanza Macarena. ‘Ave Marías’ son cantados en su honor mientras serpentea por el callejero junto a la numerosa feligresía que alumbra su caminar al compás de sus costaleros, uniformados para la ocasión. Mientras, dentro del Templo, meditan en recogimiento los hermanos que acompañarán a Jesús, en Silencio sepulcral, que es portado en su vigésimo quinto aniversario por su tercio de costaleros, y guiado, por primera vez sin ‘tiradas’, por la multitud de cofrades de este Cristo, cuyos pies desgastados muestran la devoción que arrastra. Nuevos pebeteros y un escudo relucen en su recorrido procesional, que como siempre culmina en San Martín afirmando firmemente que creemos en los principios de la fe cristiana.
Viernes amanece y Callosa sube a su monte Calvario, donde tiene lugar una de las joyas cofrades que Callosa posee. A la plaza llega, desde el Convento, Jesús en el Vía Crucis realizado desde hace centenares de años y que consolida las celebraciones pasionales en la ciudad. En él, callosinos orgullosos de su historia entonan los Cantos de la Pasión hasta llegar a la calle de la Amargura. Desde la Ermita de los Dolores parten Magdalena, María Salomé y Cleofás, Juan y la Madre Dolorosa, que se encuentran con Cristo en sus momentos más difíciles. Teatralizadas las escenas clave en el Vía Crucis, se desciende hasta la Arciprestal en procesión, precedidas cada Cofradía de bandas de tambores, timbales, cornetas o clarines. Al llegar a la Plaza de la Iglesia, San Juan indicará el camino y de nuevo las Tres Marías envueltas en el canto ancestral derramarán en sus cálices la sangre del Dios Hijo. Alabando su paso y entrada a San Martín, Juan y la Madre volverán a su Ermita sobre la Salve Virgen Dolorosa.
Al mediodía, y en el magnífico marco del frontis de la Iglesia, realzado por la excelente talla del Cristo de la Expiración, predican D. Joaquín Rodes y D. José Luís Úbeda, Vicario General de la Diócesis. Tras las nobles últimas siete palabras de Cristo y bajo un intenso sol primaveral, el siempre cuidado Cristo se traslada al Convento de las Hermanas Carmelitas a su custodia, donde D. José Luis Satorre clausura el acto de esta joven cofradía.
En la tarde de Viernes Santo, participando en la llamada Procesión General, la Hermandad del Silencio, con su paso de la Oración en el Huerto, la Cofradía de Santa María Magdalena con su imágenes de Cristo del Perdón y Santa María Magdalena, Cofradía de las Santas Marías con sus imágenes titulares, la Cofradía de San Juan Evangelista y Ntra Sra. de la Esperanza Macarena con su imagen titular, la Cofradía del Ecce-Homo con sus pasos Flagelación y Ecce-Homo, la Cofradía de Ntro Padre Jesús y María Stma. de la Amargura con sus dos imágenes, la Hermandad de los Nazarenos de Cristo con el Cristo de la Caída, la Hermandad de los Moraos con el Cristo del Madero y la Santa Mujer Verónica y el paso del Calvario, y la Cofradía de la Santa Cruz con el Cristo de la Agonía y el conjunto escultórico de Ntra Sra. de las Angustias. La estación de penitencia discurrió con normalidad, existiendo algún corte en el procesionar en los tramos finales de recorrido, coincidentes entre las cofradías que carecen de costaleros y los que sí portan en andas sus pasos.
Al día siguiente, Callosa se viste de luto para velar la Muerte de Jesucristo. A las 19 horas, media hora antes de lo habitual, comienza la Procesión del Santo Entierro, la cual los callosinos siguen respondiendo masivamente con su participación desde que de nuevo se celebra en la tarde de Sábado. El cortejo de la Junta Central de Semana Santa sigue a D. David Marco Canales, Caballero de Callosa, aquel que tiene el honor de abanderar al pueblo en su honra al Cristo Yacente, al que acompañan como siempre hombres de traje negro y portan al cántico de ‘La muerte no es el final’, y a su Madre, desconsolada en Soledad, que precedida de mujeres enveladas, llora sin lágrimas la pérdida reciente de su Hijo, y de su más fiel devoto.
Y, por fín, llegó el gran día. La comitiva de cofrades parte del Convento atravesando el casco antiguo, acompañando al Caballero Portaestandarte y guiando a una madre enlutada que marcha al son de marchas fúnebres. Bajo palio, Su Divina Majestad, Cristo Sacramentado, sale de las puertas de San Martín. Tras las reverencias, el Caballero quita el manto de luto, y la plaza se vuelve algarabía, aplausos, vítores y palmas. Ondea la Bandera Blanca que anuncia la Pascua.
Las campanas dejan de sonar sordo y ensordecen los oídos de todo callosino, anunciando que Cristo ha resucitado. Tras la celebración de la Eucaristía, la comitiva vuelve al Convento entre cánticos y Aleluyas, donde la Madre de la Portería permanece con sus hermanas, siguiendo en procesión una hermosa Madre repleta de Amor verdadero y Cristo Resucitado, que envueltos entre niños y mayores sin capucha celebran el triunfo del bien y de la vida.
Por nuestra parte, felicitar a todas las cofradías por el esfuerzo material y humano que supone en estos días sacar adelante las procesiones y el fomentar la actividad cofrade, y animar en que persistan en ello. Desde aquí también pedir, tanto a las Cofradías como a todos los cofrades, que se persiga pulir cuestiones de orden interno y uniformidad por el engrandecimiento de la Semana Santa, así como voluntad para la mejor organización de unas procesiones sin cortes.
A partir de este año lleno de contrastes, dado principalmente el fallecimiento de nuestro compañero y amigo, pretendemos cumplir un ciclo de cuatro años lleno de alegrías, mejoras y metas cumplidas, donde pedimos que todos y cada uno aporte su grano de arena por el bien común y con tal de constituir un ejemplo cristiano para toda la sociedad.
Vicente Mora Manzanaro
Adrián Prieto
Un año más, y será el último, me acerco hasta estas páginas como cronista de la Junta Central de Semana Santa con el ánimo de relatar los acontecimientos vividos en la Semana Mayor de nuestra ciudad, función que me llena de satisfacción al permitirme narrar hechos en los que se conjugan dos elementos por los que tengo una gran pasión: la Semana Santa y mi ciudad de Callosa de Segura.
La lluvia se hace presente en este viernes de 2015, día de la Bajada de la Virgen de los Dolores y año en el que conmemoramos el 75 aniversario de la llegada de esta querida y bellísima imagen, obra del escultor José Noguera Valverde.
Se acerca la hora de este enraizado y emotivo acto, el líquido elemento cesa y se puede producir la salida de la Dolorosa y su posterior traslado hasta la Arciprestal de San Martín Obispo. En la presidencia podemos ver a la cofrade de honor 2015 de la Cofradía de Nuestra Señora de los Dolores, doña Ascensión Gilabert Ortiz, acompañada de su hija doña Mª Dolores Manresa Gilabert, miembro de la Junta Directiva de la cofradía; así como de otras componentes de la misma. Al llegar a la Arciprestal se entonan los Cantos de la Pasión.
SÁBADO DE PASIÓN
La Hermandad de los Nazarenos de Cristo, efectúa su tradicional subida al Santuario de Nuestro Patrón San Roque, donde, junto a la Hermandad de los Moraos, realizan el acto de hermanamiento entre ambas, a su conclusión, los Moraos, protagonizarán su arraigada bajada hasta la ermita de Nuestra Señora de los Dolores, acompañados por el cura párroco de San Miguel de Redován, canónigo de la Santa Iglesia Catedral de Orihuela y cofrade de esta Hermandad, el sacerdote callosino don Eloy Martín García.
En la mañana de Domingo de Ramos, las calles de nuestra ciudad se inundan de niños que con palmas y olivos, acompañados de sus mayores, salen para recibir a Jesús que, Triunfante, llega a lomos de un pollino. Las gargantas callosinas, en su recorrido desde la Parroquia de San José hasta la Arciprestal de San Martín Obispo, le aclaman: ¡HOSANNA al Hijo de David! ¡HOSANNA en el cielo!
Precediendo a la procesión vespertina, Jesús del Perdón y Nuestra Señora de los Dolores se encuentran en una concurrida Plaza Reina Sofía, donde la emoción contenida de los espectadores, da paso, en el momento en que ambas imágenes se hallan frente a frente, a aplausos, lágrimas y vítores.
Da comienzo la Procesión de las Mantillas con la Cofradía de Santa María Magdalena y Jesús del Perdón, en cuya presidencia podemos ver a los Cargos de la Semana Santa 2015, le sigue la Cofradía de las Santas Marías y Madre del Amor Hermoso, que en este año, celebran su 125 aniversario . Sigue, en esta procesión de la tarde, el Discípulo Amado, San Juan Evangelista y, cierra la misma, la Virgen de los Dolores con mujeres ataviadas con sus mantillas y vestidos negros.
En el Lunes Santo callosino es la Orden Franciscana Seglar la que realiza el Vía Crucis Penitencial con el Santísimo Cristo de las Siete Palabras, en esta ocasión el Párroco de San Bartolomé, don Ramón Rodríguez Illán, es quien efectúa las meditaciones en cada una de las estaciones que jalonan el recorrido de este Vía Crucis desde la Arciprestal hasta la Capilla de San Francisco.
Cuando en el reloj de la torre de la Iglesia de San Martín suenan las veintidós horas, la Hermandad de los Moraos, sale de la ermita de Nuestra Señora de los Dolores para efectuar su procesión de penitencia con la imagen de San Pedro. Les acompaña nuestro cura párroco don Juan Bautista Samper Sellés.
MARTES SANTO
El Santísimo Cristo de la Expiración, titular de la Cofradía de las Siete Palabras, es trasladado, con toda solemnidad, desde el convento de las Hermanas Carmelitas hasta la Arciprestal de San Martín Obispo.
A las diez de la noche, la Hermandad de los Nazarenos de Cristo, con su titular el Cristo de la Caída, comienza la procesión penitencial desde la Parroquia de San José hasta la Arciprestal. Les acompaña el administrador de la Parroquia de San José y cura párroco de San Martín Obispo, don Juan Bautista Samper Sellés.
MIÉRCOLES SANTO
En la Procesión de la Pasión de Cristo, diferentes Cofradías y Hermandades recorren las calles de nuestra querida ciudad de Callosa de Segura. En primer lugar la Hermandad del Silencio y Oración en el Huerto, con este último grupo escultórico. Ocupan la presidencia del mismo el Nazareno de Honor 2015, don Francisco Bernabéu Canales acompañado de su familia. Tras la mencionada Hermandad aparece la Cofradía de la Flagelación, Ecce-Homo y Cristo Resucitado, con sus pasos de la Flagelación y Ecce-Homo, esta última imagen cumple, como señala el sacerdote callosino don Francisco Miravete Poveda en el Libro de la Semana Santa de este año, 75 años de presencia en nuestras vidas. En la presidencia el señor Alcalde, don Francisco Javier Pérez Trigueros; así como don Trinitario Grau Martínez y don José María Pina Ribera, Pregonero y Caballero portaestandarte de la Semana Santa
2015 respectivamente. Seguidamente es la Cofradía de Nuestro Padre Jesús y María Santísima de la Amargura la que discurre con sus pasos a hombros de costaleros y costaleras respectivamente. Continúa la procesión con dos hermandades penitenciales: Hermandad de los Moraos consus pasos de la Verónica y el Santo Calvario y Cofradía de las Siete Palabras con el Santísimo Cristo de la Expiración. Cierra el procesionar de este Miércoles Santo la Cofradía de la Santa Cruz con el Cristo de la Agonía y el magnífico trono de la Virgen de las Angustias acompañado por el Presidente de la Junta Central de Semana Santa, el de la propia cofradía y la cofrade de honor doña Carmencita Mora Serrano.
JUEVES SANTO
El silencio y la oscuridad inundan Callosa, tras el rezo de las estaciones, siendo las veintidós quince horas, es la Cofradía de San Juan Evangelista y María Santísima de la Esperanza Macarena, la que abre el procesionar en este Jueves Santo, con la Esperanza Macarena a hombros de sus costaleros y acompañada de fieles vestidos de negro, así como del vicario de la Arciprestal de San Martín, don Miguel Vicente Aparicio López. Posteriormente, a las veintitrés horas, es la Hermandad del Silencio y Oración en el Huerto con su titular, el Cristo del Silencio, que en este año del Señor de 2015, celebra sus bodas de diamante, el que discurre por las calles de Callosa con “capuchinos” con caperuza y túnica negras, así como, devotos de riguroso luto. El cura párroco, don Juan Bautista Samper Sellés, se encuentra entre la comitiva que le sigue, junto a representantes de cofradías, hermandades e instituciones.
VIERNES SANTO, de Vía Crucis matinal con la imagen de Nuestro Padre Jesús que, en su septuagésimo quinto aniversario, es seguido por numerosas personas en su camino desde la capilla franciscana hasta el Calvario; de sonido de timbales, cornetas, clarines, bombos y tambores que acompañan a la Virgen de los Dolores, Santa María Magdalena, imagen que también cumple 75 años de existencia entre nosotros; Santas Marías y San Juan Evangelista desde la ermita de Nuestra Señora de los Dolores hasta el Calvario, donde esperarán la llegada de Nuestro Padre Jesús para realizar la lectura dramatizada de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo y posterior plática de nuestro cura párroco para, seguidamente, todos juntos, encaminarse hasta la Plaza de España donde se entonarán los ancestrales Cantos de la Pasión.
Al mediodía, organizado por la Cofradía de las Siete Palabras, se efectúa en la Plaza de España el Acto de la Expiración del Señor, con la intervención del párroco de las Santas Justa y Rufina de Orihuela don José Luis Satorre, teniendo como epílogo el traslado del Santísimo Cristo de la Expiración hasta la capilla de las Hermanas Carmelitas, con el acompañamiento de representantes de las diferentes cofradías y hermandades.
La procesión vespertina de Viernes Santo es introducida por la Banda de la Junta Central, tras la que aparecen los siguientes pasos de la Semana Santa callosina: Oración en el Huerto, Jesús del Perdón, Santa María Magdalena, Santas Marías, San Juan Evangelista, Flagelación, Ecce-Homo, Nuestro Padre Jesús, María Santísima de la Amargura, Cristo de la Caída, Verónica, Santo Calvario, Cristo de la Agonía y Virgen de las Angustias realizando el itinerario oficial.
SÁBADO SANTO
Cofradías y hermandades, cargos de honor de la Semana Santa 2015, miembros de la junta directiva de la Junta Central de Semana Santa, conforman el cortejo de esta procesión del Santo Entierro, que antecede al paso del Santo Sepulcro, al que acompañan un numeroso grupo de hombres vestidos de riguroso luto, los cargos de honor de la Semana Santa 2014, miembros de la Junta Directiva de la Cofradía y los cargos de honor de la misma, nombrados este año. El Cristo yacente es escoltado por el Benemérito Cuerpo de la Guardia Civil, que en este 2015 ha sido nombrado Presidente de honor de la Cofradía del Santo Sepulcro.
Seguidamente cientos de mujeres ataviadas con traje y velo negros vienen con la Madre, Virgen de la Soledad, que en su 75 cumpleaños vuelve a recorrer las calles de su ciudad de Callosa para recordarnos que no estamos solos, que Ella nos acompaña en el caminar de cada día. Cierra el cortejo procesional el Excelentísimo Ayuntamiento.
DOMINGO DE RESURRECCIÓN
La Virgen enlutada precedida de miembros de cofradías, hermandades, Junta Central de Semana Santa y cargos de honor de 2015, se dirige a encontrarse con Jesús Sacramentado. En la Plaza Reina Sofía, decenas de personas se agolpan para contemplar el momento culminante. Se hace el silencio en la plaza, el Caballero Portaestandarte realiza las reverencias protocolarias al Santísimo, y se acerca hasta la Virgen, le quita el luto y, los clamores se adueñan del lugar. Ya podemos contemplar el bellísimo rostro de la Virgen de la Portería. Tras una corta procesión, toda la comitiva, con la imagen de la Virgen y el Santísimo Sacramento entra en la Iglesia para la celebración de la Misa Pascual. Finalizada ésta se traslada a la Virgen de la Portería hasta el convento para, posteriormente, seguir procesión con las imágenes de la Madre del Amor Hermoso y Cristo Resucitado. La alegría inunda las calles de Callosa. ¡CRISTO HA RESUCITADO! ¡ALELUYA!
No quiero finalizar esta crónica, sin expresar mi agradecimiento al Presidente de la Junta Central de Semana Santa por la confianza depositada en mí y mi reconocimiento a todos los que contribuyen al engrandecimiento de nuestra Semana Grande.
¡Feliz Semana Santa y Pascua 2016!
Estimado lector a través de los hechos que aquí se narran, quiero acercarte a una Semana Santa con carácter distintivo, genuina, única, una Semana Grande que conjuga pasado y presente, que camina hacia el futuro con paso decidido infundido por la perseverancia, el entusiasmo, la dedicación, de ese gran número de personas que conforman las Cofradías y Hermandades de esta nuestra querida ciudad de Callosa de Segura.
Se acerca el fin de semana, ya estamos en viernes, pero no es un viernes cualquiera en Callosa de Segura. En las casas todo se acelera. Los niños, en los colegios, esperan, deseosos, que sean las doce y media. Hoy, hay una cita ineludible: es el día de la Bajada de la Virgen de los Dolores.
Fiel a su cita, cuando pasan treinta minutos de la hora del Ángelus, la Virgen, abandona su ermita para dirigirse, portada por sus costaleros, hacia la Arciprestal de San Martín Obispo. En su procesionar no está sola; la contemplan o acompañan sus devotos, callosinos y foráneos, que no han querido perderse su traslado por las calles de esta ciudad mariana. A su llegada, ya en el interior de San Martín, son entonados los ancestrales Cantos de la Pasión.
El Sábado de Pasión, se produce, teniendo como testigo a nuestro Patrón San Roque, el acto de hermanamiento entre dos de las hermandades de la Semana Santa callosina: los Nazarenos de Cristo y los Moraos. Ambos, realizan sendas procesiones de subida y bajada, respectivamente, por las calles de nuestra ciudad, acompañados del único sonido de los tambores y bombos de sus bandas.
La Hermandad de los Moraos, a las puertas de la ermita de Nuestra Señora de los Dolores, tributa, un emocionado recuerdo, al que fuera, hasta su reciente fallecimiento, portapasos de la Verónica: don José María Gómez Seva.
Se inicia el Domingo de Ramos en la Parroquia de San José con la Santa Misa y la Bendición Solemne de las palmas y olivos portados por pueblo, en su inmensa mayoría niños, que acompañan a Jesús Triunfante en su entrada en nuestra ciudad, cual Jerusalén, portado a hombros de hombres con traje de hebreo que lo mecen y “poco a poco” lo encaminan hacia la Arciprestal de San Martín Obispo.
La tarde del Domingo de Ramos se inicia, en la Plaza Reina Sofía, con el Encuentro entre el Hijo y la Madre, entre Jesús del Perdón y la Virgen de los Dolores. El envolvente aroma del incienso y el enorme silencio, a pesar de la gran cantidad de gente aglutinada, unido a la enorme emoción del momento, transporta a los allí congregados, a un estado de máxima elevación del alma, casi al éxtasis. Acabado el encuentro, se inicia la procesión vespertina. Unos magníficos faroles, elaborados en Coria del Río por don Francisco Franco, el estandarte de Jesús del Perdón y el peculiar toque de la Banda de clarines, timbales y bombos, nos anuncian que llega la Cofradía de Santa María Magdalena y Jesús del Perdón. Una cruz “ in memoriam” recuerda a los cofrades difuntos. Jesús del Perdón se acerca a hombros de sus incondicionales cos taleras. El estandarte de Santa María Magdalena, acompañado de nazarenos, abre paso a la imagen de Pinazo, que, en su esplendoroso trono, es admirada por su indiscutible belleza. Cierra el discurrir de esta cofradía la presidencia en la que se hallan, junto a miembros de la Junta Directiva de la misma, el Alcalde de la ciudad y los cargos de honor de la Semana Santa 2014. A continuación, es la Cofradía de las Santas Marías y Madre del Amor Hermoso, la que continúa el desfilar de este día con su Banda de tambores que, este año, estrena nuevo guión estandarte. Las hermosas imágenes de las Santas Marías, lucen este año restauradas gracias al trabajo de los callosinos don Pascual Martínez Alfosea y don Agustín Martínez Hernández. La maestría y delicadeza de doña Inmaculada Ribera Salinas, ha hecho, que las imágenes de Molera, porten, en sus manos, primorosos nuevos pañuelos. En la presidencia figuran costaleras de la Madre del Amor Hermoso y cargos directivos de la cofradía.
Aparece ante nuestros ojos, flanqueado por sus capuchinos, la Cofradía de San Juan Evangelista y Nuestra Señora de la Esperanza Macarena. El Discípulo Amado, avanza en su magnífico trono, del cual se cumplen sesenta años de su llegada a nuestra ciudad. Tras el Apóstol, en la presidencia de la cofradía, podemos ver a fami liares del que fuera vicepresidente de la misma, fallecido recientemente, don Luis Enrique Galiana Manresa.
Cierra el procesionar de Domingo de Ramos la Cofradía de Nuestra Señora de los Dolores. Los sones de la Banda de los Santos Juanes, ya son percibidos por nuestros oídos. Portando su majestuoso trono, que presenta una nueva imagen de Nuestra Señora del Pilar en su capilla trasera, sus entusiastas costaleros. Mujeres ataviadas con mantilla y traje negros, la escoltan. En la presidencia, la cofrade de honor 2014 de esta cofradía, doña Amparo Pérez Cayuelas y algunos de sus familiares.
El Lunes Santo se realiza, recorriendo las calles callosinas que fluyen entre la Arciprestal de San Martín Obispo y la capilla de San Francisco de Asís, el tradicional Vía Crucis de la Orden Franciscana Seglar con el Cristo de las Siete palabras llevado por portapasos. Concluyen, las meditaciones del Vía Crucis, a cargo de un padre franciscano, en el Jardín Glorieta con la entonación de los Cantos de la Pasión.
Posteriormente, la Hermandad de los Moraos, lleva a cabo su procesión de penitencia, con la nueva imagen de San Pedro Arrepentido del escultor murciano Galo Conesa, bendecida, en su acto de culto, por nuestro vicario, don Miguel Vicente Aparicio López, que también acompaña en esta ocasión a los Moraos.
El Martes Santo, se realiza, por la Cofradía de las Siete Palabras, el Solemne Traslado del Santísimo Cristo de la Expiración desde el Convento de las Hermanas Carmelitas hasta la Arciprestal de San Martín.
Posteriormente, es la Hermandad de los Nazarenos de Cristo, con nuevas antorchas, la que desde la parroquia de San José hasta la Arciprestal de San Martín realiza su procesión de penitencia. Los cargos de honor de la Semana Santa 2014 y el cura párroco de San Martín y administrador de San José don Juan Bautista Samper Sellés figuran en la presidencia de esta procesión.
Se inicia la procesión de la Pasión de Cristo, Miércoles Santo, con la Hermandad del Silencio y Oración en el Huerto. El magnífico grupo escultórico del paso de la Oración en el Huerto, junto a su majestuoso trono, del que se cumplen sesenta años de su venida a Callosa, no deja a nadie indiferente. La Cofradía del Ecce-Homo, Flagelación y Cristo Resucitado, procesiona en este Santo día con sus pasos de la Flagelación y el Ecce-Homo, en cuya presidencia figuran el cofrade de honor de la mencionada cofradía don Agustín Rocamora y miembros de las familias Guilló Sánchez y Guilló Amat en memoria de sus familiares difuntos. Continúa el desfile procesional con la Cofradía de Nuestro Padre Jesús y María Santísima de la Amargura. En esta cofradía, se ha producido el relevo en la función de capataz de Nuestro Padre Jesús; don José Manuel Amorós Sola, pasa a ocupar el mencionado puesto, dado el fallecimiento de la persona, que durante tantos años lo fue, don Francisco Estañ Ruiz y, al que los costaleros de Nuestro Padre Jesús, rinden homenaje en el cruce de las calles Avenida de la Constitución con Rambla Baja colocando la imagen de “cara” a la casa del finado. María Santísima de la Amargura luce en este año, nueva candelería realizada por el orfebre del vecino pueblo de Redován, don Benedicto Martínez. En la presidencia, tras Nuestro Padre Jesús, los cargos de honor de la Semana Santa 2014. Seguidamente, es la Hermandad de los Moraos con sus pasos de La Verónica y el Calvario la que prosigue en la comitiva procesional. Al llegar el paso de La Verónica a la confluencia de las calles Canónigo Hidalgo con Rambla Baja, lugar en el que se localiza el que fuera domicilio del costalero de la misma don José María Gómez Seva, se realiza, un minuto de silencio, por parte de todas las Cofradías y Hermandades participantes en esta procesión de Miércoles Santo, en sufragio de todos los cofrades que nos han dejado en el período que se extiende desde la pasada Semana Santa a la actual de 2014. El caminar de la procesión de la Pasión de Cristo, sigue con la Cofradía de las Siete Palabras, que marcha, con la bella talla del Santísimo Cristo de la Expiración del escultor torrevejense Víctor García Villalgordo. Cierra el cortejo procesional, la Cofradía de las Santa Cruz, que celebra la “Bodas de Diamante” del imponente trono y conjunto escultórico de Nuestra Señora de las Angustias. El Presidente de la Junta Central de Semana Santa, don José Manuel Cuneo Marco y miembros de la Junta Directiva figuran en la presidencia de esta cofradía.
El Jueves Santo, se realizan las misas solemnes de la Cena del Señor en las capillas, ermitas y parroquias de nuestra ciudad. Al término de las mismas, se procede al rezo de las estaciones. A las veintidós horas y quince minutos, con las luces apagadas, sale de la puerta de la Arciprestal, Nuestra Señora de la Esperanza Macarena, con nuevo palio, y, en cuya presidencia podemos ver a miembros de la familia Galiana Franco en memoria de su padre fallecido, así como, representando a los cargos de honor 2014, sus respectivos consortes. Concluye este día de la instauración de la Eucaristía, con la Hermandad del Silencio, que procesiona con su Cristo titular. En la presidencia de esta cofradía, encontramos al Alcalde de la ciudad, el Presidente de la Hermandad, el tesorero de la Junta Central y los cargos de honor de la Semana Santa 2014.
El amanecer de Viernes Santo viene marcado por el Vía Crucis que la cofradía de Nuestro Padre Jesús, realiza, con lectura dramatizada, del Santo Evangelio, comenzando su recorrido en la capilla franciscana y, que subiendo por la calle Vía Crucis concluye en la Plaza del Calvario, donde, Nuestro Padre Jesús, se une a las imágenes que procedentes de la ermita de los Dolores, hasta la mencionada Plaza han llegado: Ntra. Sra. de los Dolores, Santa María Magdalena, que estrena nuevo traje, bendecido en su día de culto, confeccionado por sus cofrades doña Mª Carmen Escarabajal y las hermanas doña Josefina y doña Concepción Bañón; Santas Marías y San Juan Evangelista; para llevar a cabo la Ceremonia del Encuentro en la Vía Dolorosa y, posteriormente, la procesión de regreso que concluirá en la Plaza de España con la entonación de los Cantos de la Pasión para, seguidamente, efectuar el regreso de la Virgen de los Dolores a su ermita, donde se entonará la Salve Dolorosa.
Al mediodía, la cofradía de las Siete Palabras hace su acto conmemorativo de la Santa Expiración sobre las Siete Palabras en la puerta de la Arciprestal de San Martín, interviniendo, como predicador, don José Luis Satorre, párroco de las Santa Justa y Rufina de la ciudad de Orihuela para, seguidamente, en procesión con el Cristo de la Expiración, dirigirse hasta la capilla de la Hermanas Carmelitas.
Por la tarde, es la Procesión General la que ocupa este Viernes Santo, en la que, como su denominación indica, procesionan la casi totalidad de las Cofradías y Hermandades de nuestra ciudad por el itinerario oficial de la Semana Santa 2014.
El Sábado Santo se halla marcado por la Procesión del Santo Entierro, en la que, tras la Banda de la Junta Central de Semana Santa, continúa el cortejo procesional con el Caballero Portaestandarte, don Antonio Ballester Manresa, la Cruz parroquial, los ciriales y los niños vestidos de “garnacho”; tras ellos, la Nazarena de honor, doña Mª Asunción Ballester Garri y el Pregonero, don David Manzano Berná. Seguidamente, representantes de Cofradías y Hermandades junto a miembros de la Junta Central de Semana Santa, completan la comitiva procesional. A continuación, aparece la Cofradía del Santo Sepulcro con el Cristo Yacente acompañado por hombres de riguroso luto y niños de comunión. Lo escoltan miembros de la Benemérita.
Cientos de mujeres, ataviadas con traje y velo negros, se solidarizan con el sufrimiento de esa Madre que, rota de dolor, “camina” por la calles de Callosa, es la Cofradía de la Virgen de la Soledad la que se halla ante nuestros ojos, que contemplan sobrecogidos, la aflicción en el rostro de la Madre ante la pérdida de Su Hijo. Cierra el séquito procesional la Corporación Municipal.
La Virgen enlutada sale de la Capilla de San Francisco de Asís llevando, como acompañamiento, a los Cargos de Honor de la Semana Santa 2014, capuchinos con caperuza representando a Cofradías y Hermandades y miembros de la Junta Central de Semana Santa. Se dirige a hallar a Jesús Sacramentado, que bajo palio, sale de la Arciprestal de San Martín. El encuentro, se produce en una abarrotada Plaza Reina Sofía donde el Caballero Portaestandarte, tras rendir pleitesía al Santísimo, se dirige hacia la Virgen enlutada, un “sonoro” silencio se escucha en toda la plaza, le quita el luto a la Virgen, ya se ve el precioso rostro de la Virgen de la Portería, el silencio se convierte en júbilo, se oyen vivas, aplausos, caen flores de los balcones, los capuchinos se han quitado la caperuza. La bandera negra se convierte en blanca y el Caballero Portaestandarte la ondea con entusiasmo, la felicidad se evidencia en su cara, es Domingo de Resurrección, Cristo ha vencido a la Muerte y nos ha liberado del pecado original. Se forma una procesión que, con alborozo, recorre las calles que circundan la mencionada plaza hasta llegar a la Arciprestal donde, se celebrará la Misa Pascual. Acabada ésta, nos disponemos a celebrar por las calles de Callosa la Resurrección de Cristo. Con alegría, acompañamos a la Portería hasta su casa para continuar recorrido con la imagen de Cristo Resucitado y la Madre del Amor Hermoso que concluyen su camino en la Plaza de la Iglesia, donde el Caballero Portaestandarte enarbola la bandera blanca ante ambas imágenes, acción que comparte con sus compañeros: Nazarena de Honor y Pregonero.
Aquí concluye la narración de la Semana Grande 2014, esperando, haber suscitado en aquellos que se hayan aproximado hasta estas páginas, el deseo de compartirla con nosotros, bien sea como espectador o formando parte de las procesiones que durante la Semana Santa recorren las calles de esta nuestra querida ciudad de Callosa de Segura.
Os espero, si Dios quiere, para disfrutar de la Semana Santa 2015.
Quisiera comenzar esta crónica agradeciendo al Presidente de la Junta Central de Semana Santa, don José Manuel Cuneo Marco, la confianza que ha depositado en mí al designarme como cronista de nuestra Semana Santa, lo que me permitirá acercar, a través de esta narración, a los lectores de este Libro, la magnífica Semana Mayor, declarada de Interés Turístico Provincial, de la que disfrutamos en nuestra ciudad, gracias al tesón, esfuerzo y trabajo de nuestras cofradías y hermandades, a las que desde estas páginas quiero expresarles mi reconocimiento.
BAJADA DE LA VIRGEN DE LOS DOLORES
Cuando pasaba media hora del Ángelus y a los sones del Himno Nacional hacia su aparición, en la puerta de su ermita, la hermosa imagen de Nuestra Señora de los Dolores. En ese momento, la concurrencia, estalla en vítores y aplausos.
El recorrido hasta la Arciprestal se halla jalonado por numeroso público que espera, con expectación, la arraigada bajada de la Virgen de los Dolores.
Al llegar a la Iglesia se entonan los antiquísimos Cantos de la Pasión.
SÁBADO DE PASIÓN
Los Nazarenos de Cristo suben, con su peculiar sonido, desde la Arciprestal de San Martín hasta la ermita de San Roque, la Cruz desnuda.Acompañan su procesionar, don Juan Bautista y don Miguel, ambos, párroco y vicario de San Martín Obispo y San José. Junto a Nuestro Santo Patrón les aguarda la Hermandad de los Moraos para realizar su tradicional acto de hermanamiento. Tras la finalización del mismo, los Moraos, se disponen a bajar su Cristo crucificado hasta la ermita de la Virgen de los Dolores donde, tras una plática de don Juan Bautista, se guarda la imagen.
DOMINGO DE RAMOS
En la mañana de Domingo de Ramos, nuestro cura párroco, efectúa la solemne Bendición de las Palmas a las puertas de la Parroquia de San José, preámbulo, de la Procesión Litúrgica de las Palmas. Se inicia la procesión, la magnífica talla de Jesús Triunfante portada por costaleros vestidos de hebreos, hace su entrada en las calles de nuestra ciudad. Una gran multitud, con palmas y olivos, encabezados por el párroco y los Consejos de Pastoral y Económico acompañan la imagen hasta la Arciprestal de San Martín.
Por la tarde, en la Plaza Reina Sofía, con un envolvente olor a incienso y un gran número de personas, acompañados por los sones de la música interpretada por la Sociedad de Arte Musical “La Filarmónica”, portados a hombros de costaleras y costaleros, se produce la evolución del emocionante encuentro entre Jesús del Perdón y la Virgen de los Dolores. El colofón a este acto lo pone una gran ovación del público congregado y una lluvia de pétalos que caen desde los balcones de la plaza. Seguidamente, la Banda de la Junta Central de Semana Santa abre la Procesión de las Mantillas, le sigue la Banda de Timbales y Clarines de la Cofradía de Santa María Magdalena y Jesús del Perdón. El estandarte de Jesús del Perdón, abre paso a una gran cantidad de niños que, ataviados con túnicas con los colores de la cofradía, (granate, morado y amarillo), dan caramelos al público que presencia el desfile.Tras ellos, dos jóvenes costaleras nos dejan el dulce aroma del perfume a incienso y su humo asciende como símbolo de ofrenda a Dios. Inmediatamente, aparece la imponente imagen de Jesús del Perdón meciéndose a hombros de sus costaleras, le sigue el por taestandar te de Santa María Magdalena con dos hileras de capuchinos y, al fondo, se acerca con su magnífico trono decorado con un exquisito adorno floral, María Magdalena, tras la imagen, la presidencia con su cofrade de honor, miembros de su Junta Directiva y el párroco de la Iglesia de San Juan Bautista de Archena.
Precedida de su banda de tambores y nazarenos aparecen las imágenes titulares de la cofradía de las Santas Marías, María Salomé y María de Cleofás con sus cálices. En la presidencia, el Nazareno de Honor y el Caballero Po r taestandar te 2013 junto a miembros de su Junta Directiva. A continuación, la cofradía de San Juan Evangelista, con su banda de tambores y el trono insignia en el que portan los Santos Evangelios. Seguidamente, aparecen los niños y los capuchinos que preceden a la magnífica imagen del Discípulo Amado.
Se escuchan los sones de la Banda de cornetas y tambores de los Santos Juanes de la vecina localidad de Catral que anuncian que se acerca la Madre, la Virgen de los Dolores, a hombros de sus costaleros.Viene acompañada por mujeres ataviadas de traje y mantilla negros. Delante de la talla de José Noguera Valverde, van los acólitos con incensarios y faroles. Cierra el cortejo procesional la Sociedad de Arte Musical “La Filarmónica”.
LUNES SANTO
La Orden Franciscana Seglar, a las veinte quince horas, realiza su tradicional Vía Crucis penitencial partiendo, con el Cristo de las Siete Palabras llevado a hombros de sus “portapasos” desde la Arciprestal de San Mar tín hasta la capilla de San Francisco de Asís. A lo largo del recorrido, por par te de un padre franciscano del convento de Santa Ana de Orihuela, se realizan reflexiones sobre cada una de las estaciones que componen el Vía Crucis acabando con la interpretación de los Cantos de la Pasión.
A las veintidós horas, sale desde la ermita de Nuestra Señora de los Dolores, San Pedro Arrepentido, imagen con la que la Hermandad de los Moraos realiza su procesión penitencial.Termina su recorrido en la Arciprestal.
MARTES SANTO
Por segundo año consecutivo, la cofradía de las Siete Palabras realiza, a las veinte treinta horas, el solemne traslado del Cristo de la Expiración desde la capilla de las Hermanas Carmelitas hasta la Arciprestal de San Martín.
A las veintidós horas tiene lugar la procesión penitencial de la Hermandad de los Nazarenos de Cristo, partiendo desde la parroquia de San José hasta la Arciprestal de San Martín y con la interpretación de saetas a lo largo del recorrido. En la presidencia figura el autor del cartel de nuestra Semana Mayor 2013 y vicepresidente de la Junta Central de Semana Santa, don Moisés Marco Ruiz así como los cargos de honor de ese mismo año.
MIÉRCOLES SANTO
Comienza la procesión de la Pasión de Cristo. Abre el desfile procesional la Hermandad del Silencio con su paso de la Oración en el Huerto. En la presidencia se hallan representantes de su nueva Junta Directiva, a la que, desde estas páginas les deseo ventura en su nuevo cometido semanasantero. Le sigue la cofradía del Ecce-Homo con sus pasos de la Flagelación y Ecce – Homo, ambos pasos, llevan lazo negro en señal de luto por el cofrade de honor de este año 2013, a título póstumo, don José Guilló Sáez, cuya familia cierra la presidencia de esta cofradía.
Avanza la procesión y nos encontramos con la Banda de la cofradía de Nuestro Padre Jesús y María Santísima de la Amargura que nos anuncia la llegada, a hombros de sus costaleros y costaleras, de sus pasos. En la presidencia de Nuestro Jesús figuran los cargos de honor de la Junta Central de la Semana Santa 2012, dado que, el mencionado año, la Procesión de Miércoles Santo no pudo salir a causa de la lluvia. La pregonera de la Semana Santa 2012, que a su vez es presidenta de esta cofradía, doña Francisca Manresa Baeza, ha querido compartir el procesionar de su cofradía, en este día, con sus compañeros en el cargo, doña Josefina Bañón Ruiz y don Eliseo Belda Serrano, Nazarena de Honor y Caballero Portaestandarte 2012 respectivamente.
A continuación la calle se viste de “morao”. El peculiar sonido de los tambores y timbales de la cofradía de los Moraos resuena en la ciudad anunciando la llegada de La Verónica y el Santo Calvario. Discurre la procesión y se acerca el Cristo de la Expiración de la Cofradía de las Siete Palabras llevado por “portapasos” del mismo modo que los legionarios portan al Cristo de Mena en Málaga. En la presidencia encontramos al Caballero Portaestandarte y al Nazareno de Honor de este año.
Se acerca la última de las cofradías que procesionan en este miércoles. Los capuchinos de azul cielo y blanco dejan ver al fondo el magnífico paso de la Virgen de las Angustias. En la presidencia, acompañado por miembros de la Junta Directiva de la cofradía, podemos ver al Presidente de la Junta Central de Semana Santa don José Manuel Cuneo.
JUEVES SANTO
A las veintidós quince horas, Callosa recibe con las luces apagadas, en señal de luto por la muerte de Cristo, a Su Madre , a Nuestra Señora de la Esperanza Macarena que portada sobre los hombros de costaleros se abre paso con el único sonido de un tambor y el mimbrear del palio que la cubre. Más tarde, a las veintitrés horas, tras previa meditación de sus cofrades, sale de la Arciprestal, el Cristo del Silencio, acompañado de capuchinos y fieles de negro, algunos de ellos, con los pies descalzos para cumplir la promesa hecha, a ese Cristo, que ya no tiene dedos en los pies debido a que sus devotos, durante el año, lo acarician en su altar de la Iglesia de San Martín, haciéndole peticiones, dándole gracias, rezándole.
VIERNES SANTO
Cuando todavía la luz del día no se ha abierto paso, desde la capilla de San Francisco de Asís, sale Nuestro Padre Jesús para subir por la calle Vía Crucis hasta la plaza del Calvario realizando estaciones penitenciales a lo largo del recorrido. Prácticamente al mismo tiempo, salen de la ermita de Nuestra Señora de los Dolores, las imágenes de Santa María Magdalena, las Santas Marías, San Juan Evangelista y la Virgen de los Dolores, en cuya presidencia, se halla nuestro cura párroco don Juan Bautista Samper Sellés y miembros de su Junta Directiva para encontrarse, con Nuestro Padre Jesús en el Calvario, donde se realiza la lectura dramatizada del Santo Evangelio. Tras la ceremonia del Encuentro en la Vía Dolorosa, con plática de nuestro vicario, don Miguel Vicente Aparicio López, que venía acompañando a Nuestro Padre Jesús desde la capilla franciscana, se realiza la procesión de regreso, a cuya finalización, en la Plaza de España, se entonan los tradicionales Cantos de la Pasión para posteriormente acompañar, hasta la ermita de laVirgen de los Dolores, a su titular y a San Juan Evangelista, cantándosele antes de guardar ambas imágenes la “Salve Dolorosa”.
A las doce del mediodía, se realiza, en la puerta de la Arciprestal, el Sermón de las Siete Palabras ante el Cristo de la Expiración con prédica del canónigo de la Santa Iglesia Catedral de Orihuela don José Luis Satorre. Al finalizar, es acompañada la imagen hasta la capilla de las Hermanas Carmelitas por parte de los miembros de la cofradía de las Siete Palabras así como representantes del resto de cofradías y cargos de honor de la Junta Central.
El comienzo de la Procesión General de Viernes Santo, hubo de retrasarse media hora por problemas técnicos en el Museo de Semana Santa “José NogueraValverde”, que afectaron a que se produjera la salida, con suficiente antelación, para desarrollar su recorrido procesional, de los tronos de San Juan Evangelista y la Flagelación. A rreglada la avería, las cofradías afectadas toman decisiones distintas: San Juan decidió salir a procesionar con el Evangelista, mientras que la cofradía del Ecce-Homo, a la que pertenece el paso de la Flagelación, debido a que ya se encontraba en la carrera oficial de la procesión cuando se subsanó el problema, opta por dejarlo en el Museo de Semana Santa, quedando agrupados, sus nazarenos, en el paso del Ecce-Homo.
El resto de cofradías participantes en la Procesión General de Viernes Santo realizan su recorrido con total normalidad.
SÁBADO SANTO
Inicia la Procesión del Santo Entierro la Banda de la Junta Central de Semana Santa. Les sigue el Caballero Portaestandarte, junto con dos niños vestidos de “garnachos”, la Cruz Parroquial y los ciriales que abren paso a representantes de Cofradías, Hermandades y Junta Directiva de la Junta Central de Semana Santa. Posteriormente, aparece el estandarte de la cofradía del Santo Sepulcro. Hombres con traje negro y niños de comunión, nos anuncian la llegada de Cristo Yacente , escoltado por la Guardia Civil, a hombros de sus costaleros acompañados por los sones de la Agrupación Musical “San Roque”. Detrás, precedida de ciento noventa y seis mujeres vestidas de riguroso luto, la bellísima imagen de la Virgen de la Soledad. Cierra la procesión la Corporación Municipal y la Sociedad de Arte Musical “La Filarmónica”.
DOMINGO DE RESURRECCIÓN
Desde la capilla de San Francisco de Asís, acompañando a la Virgen de la Portería enlutada, parte la comitiva f ormada por el Caballero Portaestandarte, Nazareno de Honor, miembros de la Junta Directiva de la Junta Central y representantes de Cofradías y Hermandades, con sus respectivos estandartes, hasta la Plaza Reina Sofía donde se producirá el encuentro entre Jesús Sacramentado y la Virgen enlutada.
El Caballero Portaestandarte realiza las tradicionales reve rencias al Santísimo para posteriormente, con una plaza en la que sólo se escucha la respiración del público allí congregado, quitarle el luto a la Virgen, instante en el que la concurrencia prorrumpe en ovaciones y ¡vivas! Mientras desde los balcones cae un manto de aleluyas y pétalos.
La lluvia cae con intensidad. La Procesión del Encuentro Glorioso ha de acortarse, dirigiéndose directamente desde la Plaza Reina Sofía hasta la Arciprestal donde se realiza la Solemne Misa de Pascua. Como el líquido elemento sigue acompañándonos, se decide retrasar la procesión del Resucitado para ver si remite. Cuando la lluvia cesa, la comitiva se dispone a conducir, de regreso, a la Virgen de la Portería hasta la capilla franciscana; acompañados de las imágenes de la Madre del Amor Hermoso y Cristo Resucitado.
Los costaleros de la Virgen de la Portería, en esta ocasión de la cofradía de las Santas Marías, por corresponderle a ella la portada del Libro de Semana Santa 2013 y la designación de Caballero Portaestandarte, realizan un encuentro entre la mencionada imagen y la Madre del Amor Hermoso.
La Virgen de la Portería entra en la capilla de San Francisco de Asís a los sones del Himno Nacional interpretado por la Banda de la Junta Central de Semana Santa.
La Madre del Amor Hermoso y Cristo Resucitado se disponen a continuar su recorrido, pero, han de interrumpirlo ya que la lluvia vuelve a hacer aparición nuevamente . Las imágenes se cubren con plásticos para evitar posibles deterioros y se procede, en la calle Convento, a efectuar el encuentro, que tradicionalmente se realiza en la puerta de la Arciprestal de San Martín Obispo, entre Cristo Resucitado y la Madre del Amor Hermoso. El Caballero Portaestandarte ondea la bandera blanca ante ambas imágenes como símbolo de reverencia y júbilo. La procesión queda suspendida hasta el próximo año si Dios quiere.
Comienza esta crónica dejando atrás los numerosos Actos de Culto, Certamen de Bandas, Pregón, etc. que conforman una apretada agenda durante los días precedentes a los que se suman los ensayos de costaleros y costaleras, la puesta a punto del patrimonio de Cofradías y Hermandades y todo tipo de pormenores que hacen que todo esté dispuesto para afrontar la Semana Mayor.
La Procesión de la Bajada de la Virgen de los Dolores marca el inicio de los desfiles procesionales de Semana Santa. Aparece en la puerta de la ermita la Madre, que, abre los brazos para acoger a sus hijos que rompen en aplausos y vítores, al verla salir, a hombros de los costaleros que la balancean al son de la música interpretada por la Filarmónica.
Todo el recorrido se halla repleto de numeroso público de todas las edades. Los ojos de los callosinos se cristalizan al ver a la Virgen de los Dolores, alguna lágrima recorre el rostro de los hijos que la contemplan. La Virgen llega a la Iglesia Arciprestal de San Martín y se entonan los tradicionales Cantos de la Pasión.
En el Sábado de Pasión, la Hermandad de los Nazarenos de Cristo, con el sonido de timbales y portando teas, suben la Cruz vacía hasta la ermita de Nuestro Santo Patrón San Roque, donde les aguarda la Hermandad de los Moraos para intercambiar la Cruz y el Cristo crucificado. Marcado por la sobriedad y la seriedad se realiza el Acto de Hermanamiento, tras el cual, los Moraos, portando el Cristo crucificado y al son peculiar de sus tambores y timbales, descienden hasta llegar a la plaza de Nuestra Señora de los Dolores, donde la imagen, entra en la ermita de la Virgen.
Domingo de Ramos tiene lugar la Bendición y Procesión Litúrgica de las Palmas, desde la parroquia de San José hasta la Arciprestal de San Martín, encabezada por la Banda de Cornetas y Tambores de la Junta Central de Semana Santa.Tras ellos el nuevo estandarte, obra de Pascual Martínez Alfosea, y dos efigies de niños hebreos, obra del imaginero murciano José Hernández Navarro, conforman las novedades del cortejo de esta cofradía, que este año celebra el vigésimo quinto aniversario de su procesionar. A continuación, los miembros de los Consejos de Pastoral y Económico con el párroco al frente, seguidos, de una multitud con palmas y olivos, acompañan a Jesús Triunfante que, a lomos de un pollino, y sobre los hombros de sus costaleros, hace su entrada apoteósica en Callosa.
Llega la tarde y los pasos salen a la calle para ocupar el lugar desde donde van a efectuar su salida procesional.
La Virgen de los Dolores y Jesús del Perdón se dirigen a hombros de sus costaleros y costaleras, respectivamente, hacia la Plaza Reina Sofía, repleta de público, donde se va a realizar el tradicional, entrañable y emocionante encuentro entre la Madre y el Hijo. La Banda de los Santos Juanes cierra la comitiva. Las cámaras de Telecallosa inmortalizan el momento.
Abriendo la procesión de las Mantillas la Banda de la Junta Central de Semana Santa. Tras ella, iniciando el desfile procesional, la Cofradía de Santa María Magdalena y Jesús del Perdón, que en este año celebra el ciento veinticinco aniversario de su fundación, con su Banda de Clarines y Timbales y su particular sonido. A hombros de sus costaleras, llega hasta nosotros Jesús del Perdón al son de su marcha, obra del maestro Enrique Muñoz. Fija su mirada en Él sigue Santa María Magdalena, obra de Pinazo, en su magnífico trono plateado. Cerrando su procesionar, componentes de la Junta de la Cofradía acompañados de miembros de la Cofradía de la Magdalena de Archena. Le sigue la Cofradía de las Santas Marías Salomé y Cleofás, que comienza desfile procesional con su Banda de Tambores, cerrando con la banda de música interpretando la marcha de don Antonio Salas compuesta para esta cofradía. A continuación, la Cofradía de San Juan Evangelista con su trono insignia, seguido de los nazarenos que abren paso a la magnifica imagen del Discípulo Amado portando la tradicional palma blanca.
Precedida por la Banda de los Santos Juanes Bautista y Evangelista de Catral, se acerca la Cofradía de Nuestra Señora de los Dolores, que este año estrena nuevo trono, obra del orfebre Aragón Eleuterio de Motril y que fuera bendecido esa misma tarde por el Arcipreste callosino ante la presencia de autoridades, costaleros y cofrades. Las mujeres, ataviadas con traje y mantilla negros, acompañan a la bella imagen de la Virgen de los Dolores que, a hombros de sus elegantes costaleros, “bailan” la imagen a los sones de la música, por las calles de Callosa hasta llegar a la Plaza de España, donde es interpretada la Marcha Real en honor a la Madre Dolorosa.
Puntual a su cita de Lunes Santo, la Fraternidad Local de la Orden Franciscana Seglar, saca a la calle, a hombros de su Agrupación de Portapasos, al Santísimo Cristo de las Siete Palabras, para realizar el Vía Crucis Penitencial, con la colaboración del Grupo de los Pasos “Beata Godoya”.
Son las 22 horas cuando la Hermandad de los Moraos realiza su recuperada Procesión de Penitencia con la imagen de San Pedro arrepentido, saliendo de la ermita de los Dolores para acabar en la Arciprestal de San Martín.
Martes Santo, la Parroquia de San José abre nuevamente sus puertas para albergar a los Nazarenos de Cristo, que van a celebrar su Procesión de Penitencia. El Cristo de la Caída avanza al son de los timbales. Los nazarenos portan cruces sobre sus hombros que alzan cuando se interpreta una saeta a lo largo del recorrido. Tras la imagen, alumbrantes con velas y, cerrando la presidencia, el cura administrador de la parroquia.
Miércoles Santo, por acuerdo de la Junta Central con sus Hermandades y Cofradías que ese día desfilaban, se decide suspender la Procesión de la Pasión debido a la lluvia y con ánimo de preservar nuestro irreemplazable patrimonio cofrade.
Jueves Santo, tras la celebración de las Eucaristías Solemnes de la Cena del Señor, el traslado del Santísimo al Monumento y el rezo de las tradicionales estaciones, comienza a las 22:15 la Procesión de Ntra. Sra. de la Esperanza Macarena a hombros de sus esforzados portadores, con el alumbrado apagado y la luz de las velas de los devotos que la acompañan. Solo rompe el silencio de la noche el sonido del tambor y la voz de sus costaleros para piropearla.
Las Hermandad del Silencio reúne a sus hermanos en la Iglesia de San Martín minutos antes de la salida con su Titular, a las 23 horas, para realizar una meditación que les confortará en el recorrido por las oscuras, pero abarrotadas, calles de Callosa. La Procesión se inicia dentro del templo, pasando con el mayor respeto por delante del Monumento y, concluyendo su desfilar, con la oración de recogimiento que precede a la vuelta del Cristo a su lugar en la Arciprestal.
Viernes Santo, al amanecer, parte desde el convento Nuestro Padre Jesús acompañado de multitud de fieles que en oración se dirigen hasta el Calvario donde le esperan, acompañados de bandas de cornetas, clarines, timbales y tambores, así como del numeroso público allí congregado, la Virgen de los Dolores, San Juan, Santa María Magdalena y las nuevas imágenes de las Santas Marías, obras del escultor torrevejense Víctor García Villalgordo. Tras el encuentro del Calvario, con magnífica escenificación, descienden, “Pasos”, portadores, cofrades y público, entre cantos, repique de clarines y cornetas, y retumbar de tambores de las bandas, hasta la Plaza de España, donde, tras los Cantos de la Pasión, despiden a la Virgen de los Dolores alzando los tronos a su paso, correspondiéndoles la Madre. Al llegar la Virgen a la plaza de los Dolores se canta la “Salve Dolorosa” y la Virgen entra en su morada.
Al mediodía, y en el magnífico marco del frontis de la Iglesia, realzado por la excelente talla del Cristo de la Expiración, se predica, por vez primera a cargo del sacerdote don José Luís Satorre, en el Acto Conmemorativo de la Santa Expiración del Señor, la Meditación sobre las Siete Palabras de Cristo en la Cruz. Al finalizar, se lleva el Cristo en procesión hasta el convento de las Hermanas Carmelitas, desde donde había sido portado en Solemne Traslado el Martes Santo, con acompañamiento de timbales.
Llegada la tarde, se realiza la exposición de los pasos en sus puntos de partida.
A las 20 horas es la cita con la admirable Procesión General que, como siempre, abre la Banda de la Junta Central de Semana Santa, anunciando la llegada del cortejo procesional, y en el que por medio de las imágenes revivimos la Pasión de Nuestro Señor.
Abre la procesión la Hermandad de la Oración en el Huerto con sus tradicionales tiradas de cirios, palmera y olivo, descanso y oración. La Cofradía del Ecce-Homo y Flagelación, con cambio generacional de portaestandarte, con sus imágenes de Ponsoda y Hurtado Carré, humillación y vejación soportada para la redención de nuestros pecados. Cofradía de Ntro. Padre Jesús y Mª Stma. de la Amargura, esforzados hombres y mujeres que portan al Hijo y a la Madre en uno de sus momentos más dolorosos, y con los sones de su cada vez más considerada Banda de Cornetas y Tambores. La Hermandad de los Moraos: tambores y timbales, niños y mayores; costaleros y penitentes; Calvario, Madero y Verónica. Y, cerrando la comitiva, la Cofradía de la Santa Cruz, con su monumental grupo escultórico de la Virgen de las Angustias y el trono, este año, más modesto, del Cristo de la Agonía. Presiden la Procesión el Arcipreste de San Martín, Sr. Alcalde, Presidente de la Junta Central, Cargos de Honor de la Cofradía y Presidente-Caballero Portaestandarte de la Santa Cruz.
Sábado Santo, tras la recogida del Caballero Portaestandarte, don Eliseo Belda Serrano, éste se sitúa para el comienzo de la Procesión del Santo Entierro, con la bandera negra, símbolo de luto, seguido de la Pregonera, doña Francisca Manresa Baeza y la Nazarena de Honor, doña Josefina Bañón Ruiz, así como de representantes de todas la Cofradías y Hermandades, cerrando el cortejo los miembros de la Junta Central de Semana Santa, con su Presidente a la cabeza.
Tras el estandarte de la Cofradía del Santo Sepulcro gran cantidad de hombres, de riguroso luto, acompañan al Cristo Yacente, portado a hombros por sus costaleros, flanqueado por números de la Guardia Civil, y precedido por los niños de comunión que van tirando del nuevo trono insignia de la Cofradía. Cierran el cortejo los sacerdotes de la localidad. Seguidamente aparece el estandarte de la Soledad, con multitud de mujeres de mantellina y traje negros que, unidas a la Madre, que lleva entre sus manos los clavos y la corona de su Hijo, caminan, con profundo sentimiento, por nuestra ciudad.
Domingo de Resurrección, parte a las 8:30 horas, desde el convento, la Virgen enlutada portada por miembros de la Cofradía de la Santa Cruz, precedida por los Cargos de Honor, miembros de la Junta Central, cofrades y hermanos, con sus vestas sin capirote, acompañando a su estandarte.
La Plaza Reina Sofía, abarrotada de público expectante, deja ver al fondo al Santísimo Sacramento que, bajo palio, ha llegado desde la Arciprestal. La ceremonia tradicional fue realizada por el Caballero Portaestandarte que, con total precisión y destreza, arrebata el luto a la Virgen, desatando una pléyade de emociones y alegría desbordante. Desde los balcones caen aleluyas y pétalos para celebrar el Encuentro Glorioso y anunciar que cristo ha vencido a la muerte.
Al acabar la Solemne Eucaristía Pascual en la Arciprestal, en cuyo altar luce ya desde el Pregón el nuevo ajuar de manteles ornamentado con los escudos de las Cofradías y Hermandades, donación de un generoso cofrade callosino; la Virgen de la Portería es acompañada hasta el convento por las cofradías de las Santas Marías y el Ecce-Homo, iniciando así la Procesión del Resucitado, que, tras dejar la bella imagen en la capilla de San Francisco, continúan su procesión con los “pasos” de la Madre del Amor Hermoso y Cristo Resucitado, en un desfilar lleno de alegría y gozo por las calles de Callosa, hasta llegar a la plaza de la Iglesia, donde ambas imágenes realizan un emotivo encuentro con el enarbolar de la bandera blanca por parte del Caballero Portaestandarte.
Para finalizar, nuestra más sincera felicitación a las Cofradías y Hermandades que, a pesar de los tiempos que nos ha tocado vivir, siguen trabajando por engrandecer nuestra Semana Santa, y especialmente a los Cargos de Honor de la Semana santa 2012 por su cariño y compromiso.
Adrián Prieto Murcia
VIERNES DE DOLORES, 8 DE ABRIL
Las puertas de la pequeña ermita dieciochesca lleva horas abierta en un trasiego constante de gentes que quieren contemplar a la Dolorosa antes de partir a la Arciprestal. El recorrido de su antaño Solemne Translado, hoy multitudinaria procesión popular, se ve alterado por las obras de la antigua sede del Círculo Católico, habrá de cambiar su itinerario y es llevada por primera vez, al menos eso se deduce de las crónicas, por las calles de Ntra. Sra. de las Nieves y la Calle Nueva, desembocando en la plaza del Rosario, donde espera la Archicofradía del mismo nombre, con las puertas abiertas del eremitorio y tañendo la campana en señal de respeto y gozo. Al llegar a San Martín, una multitud aguarda la entrada de la Dolorosa, sucediéndose los vivas y los aplausos. En el interior del templo abarrotado se entonan solemnemente los Cantos de la Pasión.
SÁBADO DE PASIÓN, 16 DE ABRIL
Los Nazarenos de Cristo aguardan frente a las puertas de la Arciprestal para revivir, como cada año, este ascenso por las calles con más solera de Callosa hacia el Santuario de Ntro. Señor San Roque, que representa su subida al calvario. La cruz cubierta por el lienzo blanco, y la extraordinaria compostura de sus nazarenos, toman la interminable cuesta hasta encontrase frente a frente con la Puerta Sagrada.
En la plaza del Eremitorio se cumple de nuevo ese voto de confraternidad entre ambas hermandades. El Cristo de los Moraos, reconocible por su lienzo de pureza añil, encaminará las calles angostas y serpenteantes que conducen hacia la ermita de la Dolorosa, donde se guarda y se venera.
DOMINGO DE RAMOS, 17 DE ABRIL
Como cada año la maravillosa imagen del Triunfante espera a las puertas de la Parroquial de San José. El Párroco, investido de los ornamentos rojos, propios de este día, bendice las extraordinarias palmas blancas, las rizadas de gran labor artesanal, las lisas altas y espigadas, y varios ramos de olivo. Es él, como mandan las rúbricas, junto al Consejo Pastoral, quien abrirá esta procesión litúrgica. Es sin duda esta la estación de penitencia más colorida y festiva entre las que tienen lugar en nuestra ciudad, representando quizá la antesala de la Pascua, y donde los más pequeños comienzan su andadura cofrade. En la plaza de la Reina Sofía, se unen al cortejo algunos miembros del Patronato de la Pasión, escenificando la entrada triunfal en Jerusalén. Al llegar a la Arciprestal, se vuelve todo un revuelo de blancas palmas entre los vítores y hosannas que reciben a Aquel, que viene a entregarse al mundo.
La tarde presenta una espectativa triste e insospechada. Muchos medios de comunicación, se han hecho eco de un penoso suceso, y son más de los que acostumbramos a ver. La incomprensión humana y la falta de Amor Fraterno han desembocado en una situación, cuanto menos, esperpéntica. La Dolorosa, imagen señera y popularísima en nuestra ciudad, ha sido desprovista de su elegante trono de plata que realizaran, como magistralmente suelen hacer, los Talleres Orovio de la Torre. Los porqués de esta situación, nos deben hacer replantearnos lo que somos como cofrades, lo que queremos ser como dirigentes de un grupo de fieles que es ante todo sobre todo, cristiano. Quiera Dios que estos hechos nos hagan recapacitar, y que algún día, antepongamos nuestra fe a nuestros intereses. Solo añadir, que aquí, como en todo, en el pecado llevamos la penitencia.
Por la imposibilidad de hacerlo desde su ermita, la imagen de la Dolorosa, esperaba en la plaza del Rosario junto a su cortejo para acudir al multitudinario encuentro con su Hijo. Estaba portada sobre el trono de madera dorada que comenzara a realizar José Noguera Valverde y, que a causa de su fallecimiento, terminaran sus hijos en 1980. Lucía la toca de sobremanto realizada en hilo de oro que se rescatara de la sacrílega quema antes de la contienda civil.
Sublime e imponente, asciende la antigua calle de la Corte, Jesús del Perdón, precedido por su cortejo. Será en la plaza de España donde tendrá lugar este año, y por vez primera, el ansiado abrazo entre la Madre y el Hijo.Tras las reverencias y alzas, se inciensan ambas imágenes, y esta vez es la Madre la que cede el paso para dejar avanzar al Hijo, entre aplausos y abrazos.
Comienza el cortejo de la procesión vespertina con la banda de la Junta Central. La primera cofradía será la de Santa María Magdalena, en la que destaca su banda de clarines y timbales, que sólo posee esta cofradía en nuestra ciudad, las costaleras portan a Jesús del Perdón, única imagen cristífera en la Procesión de las Mantillas; le sucede la fabulosa talla de la Magdalena que realizara el maestro Pinazo. Le sigue la cofradía de las Santas Marías, Salomé y Cleofás, que en los últimos años están realizando un auténtico esfuerzo en aumentar su valioso patrimonio, y que se ve recompensado en la proporción de sus nazarenos. Tras ellas, la cofradía de San Juan Evangelista, en la que cabe reseñar la incorporación del trono insignia en el que figuran un águila, símbolo tetramórfico de este evangelista junto a unos pergaminos, sustentado en un pequeño pero maravilloso trono de plata, tras los nazarenos, la portentosa imagen del Amado sosteniendo, como le es propio, la palma blanca. La banda de cornetas y tambores de los Santos Juanes de Catral, que ostenta la dignidad de ser Hermana Mayor de Honor de esta Junta Central, precede a las mantillas. Un número de mujeres altamente acrecentado en los últimos años, ataviadas de la singular mantilla española anteceden a la Dolorosa, que camina sobre los pasos de sus costaleros.Tras el recorrido, como es costumbre, Ntra. Sra. de los Dolores asciende de nuevo hasta la Plaza de España, donde resonarán de nuevo los acordes del Himno Nacional.
LUNES SANTO, 18 DE ABRIL
Los Hermanos de la Venerable Orden Tercera, celebran su acto de culto en la Arciprestal de San Martín, desde la que realizarán el piadoso Via Crucis con el Cristo de las VII Palabras, que por su recogimiento y sencillez tanto se identificaron los seglares de San Francisco. Este acto que desde antiguo, con distinta estructura pero con un mismo carisma ha sido fuente del catecismo más esencial, y núcleo primogéneo de nuestras procesiones pasionales.
La lluvia, que llevaba amenazando toda la tarde-noche del Lunes Santo hizo que la procesión de San Pedro, instaurada el año anterior por la Hermandad de los Moraos retrasara su salida desde la ermita de los Dolores, al menos una hora. La climatología hizo que el numeroso grupo de gente que expectante aguardaba su comienzo, se disolviera en cierto grado, lo que no le quitó solemnidad, quizá la cubrió de mayor recogimiento. Esta estación de penitencia, que tendría en su recorrido tres paradas: la Arciprestal, le ermita del Rosario y la de los Dolores, hizo en cada una de ellas una dramatización de las tres negaciones que el Príncipe de los Apóstoles esgrimiera la noche de Pascua.
MARTES SANTO, 19 DE ABRIL
La iglesia parroquial de San José vuelve a abrir sus puertas para los nazarenos glaucos. Cristo vuelve a caer en el Barrio Lucas, y sus numerosos nazarenos harán de Cirineo hasta llegar a la Arciprestal. Sobrecoge su paso por la calle Pío XII, donde puede observarse la verde y penitente marcha que carga la cruz. Se vuelve esta estación de penitencia una de las que con más solemnidad abarca nuestras calles. Convertido este martes en un autentico auto de fe, anónimo, pero muy personal, que bien puede representarse en la multitud de hermanos que caminan descalzos y en el seguimiento que acompaña al Cristo al que se le une todo su barrio.
MIÉRCOLES SANTO, 20 DE ABRIL
Será de nuevo la banda de la Junta Central la que tendrá el honor de abrir el cortejo de la Procesión de las Insignias. Tras ella, la Hermandad del Silencio, en la que destaca el tercio infantil, con numerosos niños, tras los nazarenos, el misterio de la Oración en el Huerto, en la que sobrecoge la figura angélica que conforta a Cristo, y que le señala su inexorable destino, representado en un cáliz dorado sobre la palmera, símbolo del martirio, que junto a la extensión de las alas del mensajero y el olivo, acrecientan su verticalidad, los discípulos durmientes subrayan la soledad de Jesús. Le sigue la cofradía del Ecce Homo, con su estandarte y sus banderines. Siguen observandose en esta cofradía el atuendo de las mujeres nazarenas que guarda en color y estética semejanza con los utilizados por los varones, pero invirtiendo la cromática de los tejidos y destacando el velo de tul blanco que tanto les caracteriza. El Cristo de la Flagelación, con sus áureas y extensas potencias abarca toda la vista, junto a él los sayones que tanto miedo infundían en los más pequeños.Tras otro tramo de nazarenos hallamos la figura del Cristo del Ecce Homo, conocido como el Señor de la Cañica, y que es sin duda la imagen que aún en su espléndido patetismo iconográfico mejor representa la majestad de Cristo, que con tanto esmero realizara el maestro Ponsoda. Le sigue la cofradía de Nuestro Padre Jesús. Suenan los sones de una banda de cornetas y tambores que tras el trabajo de muchos años ha conseguido ser emblema patente del saber hacer, ya no de su cofradía si no de nuestra propia ciudad, y que con gran esfuerzo se han convertido en un referente a nivel autonómico. La única pega es que a un servidor, le fascinaría verlos tras su Cristo, lo que sería sin duda un precioso marco para su arte. Multitud de nazarenos alumbran a Ntro. P. Jesús, cuya imagen, como siempre es sobrecogedora, tras él, la Madre de la Amargura, con su extraordinaria mirada verde, envuelta en un trono plateado que nos recuerda al barroco andaluz.Tras ella, la Hermandad de los Moraos nos desvela, un año más, la maravilla de su patrimonio escultórico salido de las manos de los maestros Hernández y Liza, pero sublimándolo todo a su ascetismo y sobriedad. Destaca además de su uniformidad, en la que hasta el calzado está estrictamente reglado, el atronador sonido de su banda de timbales y tambores que hacen maestría de la percusión y solemnidad del estruendo. Le sigue la cofradía de las VII Palabras, que avanzan firmemente y paso a paso, con su propio carisma, por la senda cofrade, el Crucificado de la Expiración se ha vuelto horizontal, siendo así un igual para todos, y por ello es portado sobre el más sobrio trono que pudiera dar un hombre, su propio hombro. Finalmente cierra el cortejo la cofradía de la Santa Cruz, cuya directiva ha decidido este año procesionar la imagen del Cristo de la Agonía tan sólo Viernes Santo, tal y como lo llevaban haciendo desde mediados del siglo pasado. No obstante una numerosa representación de los costaleros abre tramo junto a la Cruz Guía, tras ellos, los nazarenos, con su artístico cirio. Finalmente, el monumental trono neobarroco de la Virgen de las Angustias, que forma un todo con a la Señora, el Cristo de las Penas, que yace en sus brazos y la Cruz Triunfal, tras ella, tal como la concibiera en 1954 el maestro Noguera.
JUEVES SANTO, 21 DE ABRIL
En este día, tras la cuarentena de ornamentos morados, veremos de nuevo al sacerdote celebrar de blanco, dando un claro simbolismo litúrgico centrado en la Institución de la Eucaristía.Tras la celebración de la Pascua, el Santísimo será reservado en el Monumento, magistral obra de arte creada en los talleres Rabasa, que reconvierten la capilla de la Comunión envolviéndola en majestad para el Rey de Reyes.
Al anochecer, cuando todo esté a obscuras, y tan sólo se vislumbren los cirios y la candelería, la Esperanza comenzará a caminar por las calles de Callosa. En el frontal de sus respiraderos de plata hallamos la reliquia de nuestro protector, San Roque. La vertical de su palio, que a cada paso zarandea las bambalinas, bordea las angostas calles de la antigua Villa, tras el palio, los faroles de cola iluminan el manto que recuerda al tapiz camaronero que luce la Esperanza hispalense.
La Capilla de la Comunión abrirá sus puertas y de entre los devotos adoradores de Jesús Sacramentado comenzarán a andar los hermanos del Silencio, túnicas negras, cruz y cirio blancos. Recortada en un rojo de sangre, atraviesa los dinteles de la Arciprestal una cruz que parece ígnea en sus extremos. En ella hay un Silencio clamante y sobrecogedor, que delata en la expresión de su rostro la afirmación que produjera en el huerto, hágase tu voluntad y no la mía.
VIERNES SANTO, 22 DE ABRIL
Amanece Callosa entre Cantos de Pasión y rezos, junto al antiguo convento alcantarino de la Purísima. Desde la plaza de los Dolores otro cortejo se encamina, por calles distintas, hacia el Calvario. Tras las estaciones del Via Crucis, vuelve a contemplarse el secular encuentro entre las imágenes sagradas. Como he expresado en otras ocasiones no debieramos olvidarnos de esta ceremonia ancestral, engrandeciéndola y conservándola como una de las piedras angulares de nuestra tradición. De nuevo bajarán hasta la Arciprestal, envueltas entre los Cantos de la Pasión, y a su recogida, ante la Virgen de los Dolores, volverá a entonarse el Salve Virgen Dolorosa.
Al mediodía, los muros de San Martín muestran la imagen del Cristo de la Expiración, donde entre la meditación pasionaria y la prédica del Párroco, revivimos de nuevo los fundamentos del Sermón de lasVII Palabras. La magistral imponencia del pórtico gótico, el inmejorable marco de los muros de la Arciprestal, la sobriedad de los cofrades, la expresividad de la talla y el verbo de la prédica hacen que este acto resulte conmovedor. Al terminar, la imagen es de vuelta en solemne procesión a las manos de las Hermanas Carmelitas, que lo custodiarán un año más en su convento.
De nuevo, la celebración litúrgica, hoy, con el altar desnudo y los ornamentos rojos nos disponen a la veneración y adoración de la Santa Cruz.
La banda de la Junta Central encabeza la Procesión General del Viernes Santo. Avanza la Oración en el Huerto, que esconde un cáliz que Cristo habrá de beber.Tras ella, Jesús del Perdón, traicionado y con sus manos cautivas, y la Magdalena, que guarda en plata los aromas del sepelio. La Flagelación, acentúa la mirada de cristo que se pierde en el cielo, y el Ecce Homo, nos muestra al Rey verdadero envilecido por el hombre. Las Santas Marías, son la fidelidad maternal hecha recipiente de plata. San Juan, el amado, siempre leal, indica el camino que habrá de andar el Salvador. Con la cruz sobre sus hombros avanza N. P. Jesús, seguido de su amantísima madre, la Virgen de la Amargura. Tras ella, el Cristo de la Caída, que clama al cielo con su diestra.Avanza el Cristo del Madero, que ya ha marcado para siempre el alma de la Verónica, y en el Santo Calvario veremos como Cristo encomienda a su Madre, llena de Amor, al discípulo.Vuelve el Cristo de la Agonía a pasear por Callosa, más sencillo, y más sobrecogedor. La Virgen de las Angustias, aferrada a su hijo muerto pone un broche magistral al Viernes Santo.
SÁBADO SANTO, 23 DE ABRIL
Tras la recogida del Caballero Portaestandarte, D. Fernando Íñigo, que procede a encabezar la procesión con el pendón negro, se forma el cortejo con la participación de todas las cofradías. Comienza la Solemne Procesión del Santo Entierro. La matraca, que suena desde nuestra enredada torre, nos anuncia que hoy es un día de luto y sobriedad.
Tras el estandarte de la cofradía del Santo Sepulcro se enfilan dos hileras de hombres vestidos de traje, el trono insignia con el escudo de la cofradía y los elementos del sepelio es llevada por las angelicales manos de niños comulgantes que ostentan un lazo negro en señal de luto. Portado por sus costaleros es sacado el Yacente de la capilla de la Comunión a los sones del Toque de Oración de nuestro ejército.Tras él, el Párroco revestido con el pluvial negro.
Junto al estandarte de la cofradía de Ntra. Sra. de la Soledad, una niña vestida a semejanza de la titular, antigua tradición que esta cofradía sigue manteniendo, y que vuelven a verse en otras dos niñas a lo largo del cortejo. Una multitud de mujeres, con su mantellina negra, algunas con peina de media teja, preceden a la imagen de la Soledad, vestida, como es costumbre, con espléndida sencillez. Le acompaña, como le es propio, nuestro Excmo. Ayuntamiento.
DOMINGO DE RESURRECCIÓN, 24 DE ABRIL
Como cada año, comienza la procesión del Encuentro Glorioso en la capilla franciscana, encabezándola D. Fernando Íñigo, Caballero Por taestandarte, acompañado por el Pregonero D. Antonio Roca de Togores, en representación de la Cooperativa Eléctrica Callosina, y el Nazareno de Honor, D. David Marco.
Tras ellos, la junta directiva de la JCSS y todas las cofradías. Portada por los nazarenos de la cofradía de San Juan, La Purísima enlutada. A causa de las obras del antiguo Circulo Obrero, se translada el acto del encuentro a la plaza de España, cosa inusual, y que nunca se había realizado, a tenor de las crónicas que provienen al menos del siglo XIX. Bajo palio, Su Divina Majestad, Cristo Sacramentado, sale de las puertas de San Martín. Tras las reverencias, el Caballero quita el manto de luto, y la plaza se vuelve algarabía, aplausos, vítores y palmas. Ondea la Bandera Blanca que anuncia la esperada Pascua.
Tras la Eucaristía de la Resurrección, comienza la procesión del Resucitado. La cofradía de las Santas Marías otorga la participación de todos los cofrades callosinos convirtiendo su procesionar en un verdadero revuelo multicolor, que caracteriza la festividad de este día. La Madre del Amor Hermoso porta en sus manos un tallo de flores blancas, como símbolo inequívoco de la Pascua.
Sobre su saya, luce una preciosa cinturilla o fajín, bordado ricamente en hilo de oro, en el que se aprecian múltiples matices dorados, y que ha sido donado por una de sus fieles costaleras.
Dos hileras de numerosos cofrades del Ecce-Homo, enarbolando la bandera victoriosa anteceden a Cristo Resucitado que este año ha sido restaurado por las magistrales manos de D. Pascual Martínez, realzando la luminosidad de la talla. Los dos ángeles que custodian al Redentor son ornados con guirnaldas floreadas como homenaje al nuevo renacer que simboliza la pascua.
A las Puertas de la Arciprestal, y este año por vez primera en el interior de la plaza de España, Madre he Hijo protagonizan un esperado encuentro mientras se ondea, gloriosa, la bandera blanca de la Resurrección.
Este ha sido un año de destacables cambios en el recorrido, y en los lugares tradicionales de algunos de nuestros actos más señeros. Los constantes cambios que en los últimos años está sufriendo nuestro casco antiguo, nos han ido obligando a amoldarnos a nuevos espacios, a cambiar incluso ancestrales liturgias populares. No obstante, como callosinos, debemos sentir orgullo de la remodelación que la Callosa secular está viviendo, pues es por y para su propio bien.
Por último, felicitar a las hermandades y cofradías, que aun en estos tiempos inciertos no dejan de lado el mantenimiento de su excelente patrimonio, y que aún más, lo enriquecen en la medida de sus posibilidades. Pero que ante todo se saben poseedoras de un patrimonio intangible y glorioso, el de la Caridad. Los que sabemos de su aportación secreta, de su labor callada, de su predisposición a entregarse a los más débiles, que hoy son tantos, tal como lo hiciera Nuestro Señor; lo admiramos y lo agradecemos, pues es este uno de los fundamentos primeros que debe imperar en cualquier actividad religiosa.
Introducción
Las inclemencias de nuestra era nos presentan a una ciudad abierta en canal. El corazón de Callosa henchido y subterráneo abre sus arterias para donar a sus hijos un sustento efímero pero necesario. La ciudad entrega adoquín y tierra en salvaguarda de los suyos.
Las calles por donde la Callosa ancestral hierve a diario en bullicio, y por las que cada primavera la ciudad vierte su fe, estrechan sus aceras como si en su intento quisieran abrazar el fervor que las cruza.
La buena voluntad de todos, la predisposición de nuestro Excelentísimo Ayuntamiento y la técnica se conjugaron para que una vez más la Semana Santa Callosina atravesara una nueva barrera sobre alfombra de madera marina.
Viernes de Dolores
A la hora señalada, cuando el astro rey rige en la bóveda celeste Callosa proclama un nuevo Angelus a la más dolorosa de las madres. Es un anuncio este, no de encarnación, sino de pasión y muerte pero a la vez de un amor sincero que vence al mayor dolor.
San Martín abre sus puertas y acoge a la madre recién anunciada por los cantos de la Pasión.
Sábado de Pasión
Las luces se apagan, los timbales suenan desde la Arciprestal Nazarenos penitentes se adentran por la Callosa Antigua ascendiendo al monte, van a llamar a una puerta, la más sagrada de todas. El penitente de Montpelliere los acoge en su santuario refrendando la unión fraterna entre los Nazarenos de Cristo y los Moraos.
Bajan envueltos en misterio y silencio dos hileras de luz. Relumbran en un morado vivo los hermanos que acompañan a un hombre que ya ha muerto, antes de su pasión. Lo llevaran ante la Madre doliente donde el color del lirio anunciará el drama que espera.
Domingo de Ramos
Enarbolando el sol en su frente viene el triunfo de Jesús. Sobre las huellas del noble pollino avanza sobre las calles nuevas de la nueva Jerusalén. Callosa estrena adoquín y calzada para recibir al Rey de reyes.
Las palmas blancas asemejan plumas que reescriben la historia sobre el suelo. Las miradas de los más pequeños esbozan unas sonrisas en la faz de un Hombre que viene a darlo todo.
Callosa entrega de nuevo a un Hijo que viene preso, maniatado. La Madre quisiera romper ese lazo y se entrega al llanto que la espada quiebra. Qué no daría ella por empuñar esa espada, cortando la cuerda que lo mantiene preso. Callosa contempla sobrecogida la fuerza de la trenza y la inutilidad del acero y con su aplauso sincero entona el Perdón que a ambas cautiva.
Los fieles al Nazareno acuden a su Pasión. Primero las mujeres, siempre las mujeres, nunca lo abandonaron. Detrás el amado, el valiente, el único amigo.
Magdalena sigue los pasos de su maestro mostrando en sus ojos el perdón del Nazareno. Salomé y Cleofás buscan el consuelo de aquel que quisieron como si fuera un hijo, pues la sangre que derrama es su propia sangre. San Juan se ha mantenido fiel entre los Doce. En él las palabras del maestro se han grabado como a fuego: el que crea en mi tome mi cruz y me siga. Tras ellos, la Madre abre sus brazos al mundo. Ella convertirá el dolor en el amor más puro.
Lunes Santo
Se hace la noche, y la noche nos habla de siglos, de historia, de una fe que sembraron en Callosa los hijos de Asís. Un rezo centenario enclava a las paredes de la ciudad 14 estaciones que hablan de un hombre, un buen hombre, un Reo e Hijo del Hombre. San Francisco abrazará de nuevo esas Siete Palabras calladas que son el corazón de la fe de un pueblo.
Por segunda vez en la noche la historia vuelve a darnos un espaldarazo y otra fe de siglos, que parece nueva, es renovada. El hombre vuelve a renegar de su fe. Aquel pescador de Galilea extiende sus redes sobre el canto del gallo. La ofensa es grande por que es el primero, y aunque va buscando el perdón, en el eco de las calles resuena “No conozco al Nazareno”.
Martes Santo
San José abre sus puertas para acoger, no solo a su barrio sino a toda la cuidad que solemne se arrodilla ante la caída de Jesús.Vienen a alzar su cruz sobre los hombros de verde oliva pues saben que el Nazareno, aunque en tierra caído, avanza decidido hacia el pueblo que le espera.
Miércoles Santo
La tarde huele a dátil y olivo, tres discípulos dormidos incumplen su vela. El ángel señala un cáliz que habrá de beber entero. Antesala de su pasión, por su frente y por su cuello se derrama gota a gota la sangre que ha de entregar.
Los sayones muestran su fiereza desgarrando una espalda que es el lomo del Cordero. Sus ojos miran al cielo pero no hace ninguna pregunta, pues conoce la respuesta.
Burla de los soldados, espinas, cetro y clámide son las insignias regias del hombre que ha de morir. Helo aquí.
Ha cargado de pecados el madero, el hombro hundido le deja, y aun doliente y callado, sabe que en esa vía dolorosa se halla un destino cruel que cambiará por siempre el mundo.
La Amargura ensombrece unos ojos verdes de madre que son la luz del mundo. En los alamanes brilla la gracia de un palio Nazareno.
Marcela abre los pliegues de su velo, en ellos resplandece la faz de un madero que abre en vuelo los brazos de Jesús.
Al pie de la Cruz, tres sombras de luz cuidan el calvario. Son lealtad, fidelidad y amor y que responden ante el reo que está en lo alto, pues es el Rey verdadero.
El tiempo recuerda siete susurros, como siete lamentos, y a la vez siete indulgencias sobre el hombro descubierto portan a un Cristo que expira y que siempre mira al cielo.
Ancestral como el tiempo se alza una Cruz herida, en ella muerta va la vida sobre un monte bermellón.
Bajo el martirio triunfal que el sudario ostenta hay una Angustia que abraza en su pecho al hijo yaciente.Y en su corazón un puñal habla de una Cruz Victoriosa.
Jueves Santo
Enmudece Callosa, obscura y solemne ante la Esperanza vestida de mujer. En la noche que amenaza tiniebla una luz permanece bajo el palio sometida.
Resuena como un eco un lamento en la oscuridad, es el Silencio que habla en un idioma que solo lo entiende el alma. Su Cruz de sangre y olivo volverá a San Martín entre el clamor callado que Callosa le profesa.
Viernes Santo
Al alba del Viernes Santo despiertan de nuevo los Siglos. La Madre hallará a Jesús en la vía dolorosa, San Juan indicara el camino y de nuevo las Tres Marías envueltas en el canto ancestral derramaran en sus cálices la sangre del Dios Hijo.
En la plaza de San Martín se yergue un cristo que clama siete veces su perdón.A la luz del medio día volverá sobre los hombros desnudos al claustro que tanto amor le profesa.
De nuevo la redención convertida por la gubia volverá a trascender por las calles de Callosa.
Jesús reza en el huerto contemplando su pasión.Ya es Reo, y maniatado va otorgando el perdón ahora igual que lo hiciera con la santa mujer de Magdala que sigue fiel a su maestro. Es azotado y coronado de espinas, convertido en la mofa de Pilato que cobarde lava sus manos de la sangre que supo justa. Es cargado con la Cruz y Nuestro Padre Jesús en su infinita bondad va pidiendo a las mujeres que no lamenten su pasión. La amargura de la Madre mece las bambalinas y en su gloria se presume su pureza sin igual. Jesús caído viene, le preceden sus nazarenos sobrios pero valientes, cargan su cruz junto a cristo.Vuelve el lirio a relumbrar bajo el madero y la mujer enjuga de nuevo el dolor del hombre. Habla de amor la madre al hijo crucificado mientras contemplan los dos fieles una conversación a corazón abierto. Avanza el crucificado repartiendo claveles en su agonía y la Señora recoge en sus brazos el misterio de la piedad.
Sábado Santo
El cortejo del Santo Entierro, espera para dar comienzo al más solemne sepelio, porta el Caballero el pendón negro de luto, la Cruz Parroquial, se alza revestida de duelo. Meciendo al Yacente, los hombres hechos solemnidad y fervor, pues bordado en su corazón llevan el rostro del cordero. Sobriedad rigurosa en las mujeres, porque han comprendido que aunque son muchas las que acompañan a la Madre, ella siempre está Sola. El templo acoge en sus puertas ese encuentro que es una despedida, de una madre sin vida y un hijo sin aliento.
Domingo de Resurrección
Se abren de nuevo las puertas del tiempo, los hijos de Asís dejan partir a una mujer de pureza sin igual que camina hacia el sepulcro cubierta de manto negro, junto a ella encapuchados y con porte serio todos los cofrades la guían.
Al llegar a la plazuela y ante Jesús Sacramentado, el duelo se ha vuelto gloria, pues de nuevo el Caballero ha descubierto la pureza de su rostro.
Qué Hermoso es el amor, el amor de una madre que goza en ver a su hijo de nuevo, realmente no se cansa de esperar y recoge en sus manos la flor triunfal que de nuevo renace.
Glorioso como un nuevo sol enarbolando la bandera blanca de la verdad y bordada en cruz de fe sincera, avanza por la ciudad el Hijo de Dios que ha vuelto. Ha reconstruido el templo que quisieron derribar y alza su mano solemne señalando el lugar que a sus fieles espera. Frente a San Martín Madre e Hijo se funden en singular encuentro. La alegría de la Pascua ha vuelto a Callosa, como cada primavera.
Conclusión
Felicito muy especialmente a todas las cofradías y hermandades que han hecho de la necesidad virtud, ajustándose a los nuevos parámetros arquitectónicos de nuestra querida ciudad.
Mención especial requiere la Hermandad de los Moraos, que ha devuelto a Callosa el fervor por la figura de San Pedro, que no solo se remonta a la talla de García Mengual, traída en 1993, si no que tiene en Callosa una raíz más profunda, nada menos que desde el s.XVIII, cuando la noble familia de los Reig fundaran el altar de San Pedro Arrepentido, con gallo y todo, donde decidieron que descansara tan noble estirpe callosina, y cuyo altar se mantuvo hasta la cruenta guerra, hoy dicho altar es presidido por Santa María Magdalena junto a la sede de la Arciprestal.
Es sorprendente comprobar que aun ante las contrariedades del mundo en que vivimos, en nuestra fe hallamos un lugar para el encuentro y la reconciliación. Y aun frente a las adversidades podemos unirnos para defender nuestro criterio con templanza y contundencia
La remodelación que nuestro casco antiguo sufrió el pasado año, puso muchas trabas a nuestro discurrir procesional, pero entre todos supimos encontrar soluciones para llevar a cabo nuestro mayor ministerio, Hacer Publico que Jesús de Nazaret, sufrió Pasión y Muerte a manos de los Hombres, pero que resurgió del Valle de la muerte para hacernos participes de su Reino.
Introducción
Mientras escribo esta crónica un nuevo presidente recoge el testigo de la directiva de la Junta Central de Semana Santa. Un ciclo termina, y otro comienza. Durante los ocho últimos años, D. Miguel Martínez, honra y prez de la cultura callosina, ha guiado el sino de nuestra Semana Santa.A lo largo de estas dos legislaturas, él y sus compañeros de viaje han dado lo mejor de sí en favor del mundo cofrade en nuestra ciudad. Es justo reconocerles, a todos y a cada uno de ellos, su encomiable tarea. Por ello he de destacar desde estas humildes líneas, el gran espíritu de trabajo y dedicación que les identifica. Gracias Miguel. Gracias a todos por vuestra labor y entrega.
Una nueva directiva presidida por D. J. Manuel Cuneo continuará perfilando el destino de nuestra Semana Mayor. Los objetivos son muchos, pero también lo es el entusiasmo y la predisposición que la actual Junta Directiva tiene marcada. Desde aquí, en nombre de esta gran familia semanasantera, mi felicitación al actual presidente.
Viernes de Dolores, 27 de Marzo
Un sol radiante espera a las puertas de la pequeña ermita, y la campana advierte el momento, la Madre Dolorosa ansía abrazar al pueblo. Los incontables fieles enfilan hacia la Arciprestal, mientras el translado de la venerada imagen se convierte en la prueba palpable de la fe multitudinaria que la Dolorosa despierta. Al llegar a San Martín, se entonan en su honor los Cantos de la Pasión, verdaderas joyas musicales de la idiosincrasia callosina.
Sábado de Pasión, 4 de Abril
Callosa guarda un silencio inestimable, como quien espera, porque sabe que algo grande va a suceder. Dos hermandades son las encargadas de romper el mutismo al compás de unos roncos timbales, de anunciar con solemnidad y desde el verdadero corazón de la ciudad, el Santuario de San Roque, que Dios va a morir en pro del género humano, y que, como cada primavera, su Pasión vencerá a la muerte.
Los Nazarenos de Cristo encaminarán sus pasos hacia el venerable eremitorio subiendo las cuestas de la Callosa medieval hasta la atalaya que nos defiende y protege. El hermanamiento vuelve a ser vigente y patente, con un testigo excepcional, Ntro. Sr. San Roque. Tras la ceremonia, la Hermandad de los Moraos hará el descenso con su titular hasta la ermita de los Dolores.
Domingo de Ramos, 5 de Abril
Valiente y decidido, aun con el miedo inminente de la lluvia, parte, desde las puertas del templo de San José, Jesús Triunfante. Los innumerables callosinos que han querido acompañarle miran recelosos a un cielo que se debate entre el sol y las nubes. Sorprendida finalmente por la lluvia, es cubierta la majestuosa talla, decidiendo continuar con la Procesión Litúrgica hasta la Arciprestal.
Sobre un mar de paraguas, la Burrica avanza arropada por las numerosas familias que a pesar del mal tiempo han querido continuar junto al Triunfante hasta llegar a San Martín.
El silencio se ha apoderado de la plaza Reina Sofía, y donde un instante antes todo era bullicio, ahora la emoción contiene el aliento, suena “Virgen de los Dolores”, y la Dolorosa va al encuentro de su hijo cautivo y preso. El Perdón, humilde y maniatado, parece querer desprenderse de la soga cruel para acoger en sus brazos a María. Jesús mira a la tierra, la Madre clama al cielo.Y el pueblo entero aplaude ese gran amor que es Dolor y Perdón a un mismo tiempo.
La estación de penitencia es encabezada por la imagen de Jesús del Perdón, tras de sí, María Magdalena, magistral obra de Pinazo. María Salomé y María Cleofás, leales devotas del Nazareno, se encaminan tras la flor de Magdala. Siguiendo a su Maestro, Juan, el Hijo del Zebedeo, manteniendo en su siniestra la palma blanca, y cuya talla ha sido recientemente restaurada en su policromía, devolviendo a la luz la excepcional paleta de colores con la que se ideó. Los Santos Juanes de Catral, emblemática banda de cornetas y tambores preceden a Ntra. Sra. De los Dolores, a la que acompañan un gran número de mujeres ataviadas con su mantilla, indumentaria propia de las mujeres españolas para las ocasiones más solemnes.
Al finalizar la estación de penitencia, todas las cofradías participantes se reúnen en el Paseo de la Estación y, en presencia de las sacras imágenes, realizan una oración, rogando a Cristo y a María Santísima por las almas de los cofrades que han fallecido recientemente.
Lunes Santo, 6 de Abril
Desde el interior de San Martín, parte el tradicional Via Crucis que la O.F.S., colaborada por el Grupo Beata Godoya, realiza cada Lunes Santo con la imagen del Cristo de las VII Palabras. Año tras año es más numerosa y heterogénea la multitud que realiza el rezo de las estaciones. Los seglares de la Tercera Orden de Asís, fuente de la que emana gran parte de la tradición cofrade callosina, muestran con humildad y afecto, como su regla demanda, un recogimiento excepcional a lo largo del Via Crucis, que concluye en la capilla de San Francisco.
Martes Santo, 7 de Abril
La estación de penitencia que la Hermandad de los Nazarenos de Cristo realiza desde la Parroquia de San José hasta la Arciprestal, se ve revestida hoy de una expectación singular. Los talleres jienenses de los Hermanos López han elaborado un nuevo trono para el Cristo de la Caída, que cuenta en sus cartelas y escudetes con relieves labrados en la propia madera y diseñados por nuestro muy querido artista D. Pascual Martínez Alfosea.Todo el trono es una filigrana de gubia, realizado en madera de cedro.
Durante el trayecto, la gente puede apreciar la magnifica obra de arte que la hermandad de losVerdes brinda a Callosa.
Miércoles Santo, 8 de Abril
La Pasión de Cristo hecha talla vuelve a los callosinos como cada Miércoles Santo. En esta estación de penitencia, los pasos de misterio, muestran con exaltación y sencillez los momentos más singulares de nuestra Redención.
Abre el cortejo procesional la Hermandad del Silencio, con el salzillesco misterio de la Oración en el Huerto.Tras él, la Cofradía del Ecce Homo con la Flagelación, custodiado por la banda de tambores y timbales de la cofradía, y el Ecce-Homo, acompañado por los sones de la marcha homónima, de D. Antonio Aguilar. Le sigue Ntro. Padre Jesús, precedido en su cortejo por su magnífica banda de cornetas y tambores, que se ha convertido en un referente del arte musical callosino; destaca en su procesionar una cruz guía llevada al estilo cartagenero, y María Stma. de la Amargura, que celebra su décimo aniversario como titular de la cofradía, portada por los hombros de sus numerosas costaleras. Sucedida por el Cristo del Madero, expresión palpable del saber hacer de José A. Hernández, y el misterio del Santo Calvario, guiado en su crestería por algunos retazos de la venerable puerta en la que se plasmara hace 600 años el Peregrino de Montpellier. El Cristo de la Expiración, siguiendo el cortejo, es causa de gran impacto por su manera de ser portado; estrena hoy la cofradía de lasVII Palabras tres varas de mando arbóreas en forma de cruz latina. Cerrando la estación de penitencia, los costaleros del Señor de la Agonía, meciendo al crucificado a los compases de “Y después de la Cruz”, del insigne compositor D. José Albert, marcha recuperada en honor del X aniversario de sus portadores; y Ntra. Sra. de las Angustias, máxima expresión del dramatismo hecho talla.
Jueves Santo, 9 de Abril
Las calles se obscurecen, y la candelería que ilumina su imagen muestra una luz entre las tinieblas: la Esperanza, la Esperanza Macarena. Presiden la capilla frontal de su trono las reliquias del Portón de San Roque. Meditando junto a la Madre, una numerosa feligresía que es alentada por las palabras de nuestro vicario, D. Juan Bautista Llinares.
La plaza callada espera, atraviesa las murallas del templo una cruz transfigurada en sangre. El Silencio se adueña de las calles y los corazones de la ciudad. Una cruz blanca sobre raso negro identifica a los incontables hermanos que acompañan al Salvador.Tras el Credo, el Crucificado vuelve a reposar en el interior de la Arciprestal.
Viernes Santo, 10 de Abril
Con el alba, parte del antiguo convento alcantarino Ntro. Padre Jesús, fabulosa talla completa de los Talleres Peris (Valencia); es acompañado por numerosos devotos, que recorren las calles que nuestra venerable y preclara Juana Ángela Godoy recorriera allá por el siglo XVI, viendo a su paso a Cristo mismo cargar con la Cruz.A un tiempo, desde la ermita de los Dolores, parten las Santas Marías, María Magdalena, San Juan, con su aureola, datada en el s. XVIII, completamente restaurada; y la Dolorosa, hacia la plaza del Calvario. Tras el rezo y canto de las XIV estaciones, da paso el Encuentro en laVia Dolorosa. En él, las sacras imágenes son acompañadas por la interpretación de un diálogo muy emotivo. No obstante, recuerdo de mi niñez que se interpretaba en lugar del texto actual uno más antiguo, y mucho más conmovedor, que no debiera perderse en el olvido. Culminado el Encuentro, descienden la empinada cuesta que conduce al Calvario desembocando en la Arciprestal.Y finalmente Ntra. Sra. de los Dolores es devuelta a su ermita, entonándose a su entrada “Salve Virgen Dolorosa”.
El pórtico gótico de la Arciprestal se convierte en un marco inmejorable para el Sermón de las VII Palabras, que la cofradía homónima ha tenido a bien reinstaurar. El Santísimo Cristo de la Expiración, verdadero protagonista del mediodía del Viernes Santo, se yergue exultante ante los sillares de piedra. Nuestro Párroco, D. Joaquín Rodes, maestro en oratoria, sabe bien acercarnos a esas tres últimas horas de Jesús en el madero. La emoción llega a su clímax cuando la muy venerada imagen de nuestro patrón San Roque interviene en la prédica como ejemplo más cercano de la entrega que nuestro Salvador realizó. Al finalizar la meditación, el Crucificado de la Expiración es transladado solemnemente hasta la capilla de las Hermanas Carmelitas Misioneras Teresianas, en la que recibe veneración pública y donde es muy apreciado por la feligresía .
Son las siete de la tarde, una tromba de agua cae sobre la imponente sierra y las calles son ríos de lluvia. Convocados en la ermita de los Dolores, los representantes, mayordomos y presidentes de las distintas cofradías que participan en la Procesión General de Viernes Santo muestran en sus rostros y en sus gestos una preocupación palpable.Tras una hora de conversaciones y debates, se delibera por mayoría suspender la estación de penitencia. La reunión se disuelve y la noticia pasa de cofrade en cofrade, que van llegando al lugar de guarda de cada trono: La Oración en el Huerto en la calle Hispanoamérica, la Magdalena en el Paseo de la Estación, el Ecce Homo en Felipe II, N. P. Jesús, los Moraos y la Santa Cruz en la Avenida Rey Juan Carlos I, las Santas Marías en la Alameda, San Juan en el Museo, y el Cristo de la Caída en la Arciprestal. Cada casa, cada guarda, cada lugar es un revuelo de gente que desespera, y no es extraño oír algún que otro llanto y ver alguna mirada vidriosa. Pero es tal el patrimonio artístico, cultural y emocional, que es preferible preservar las imágenes, tronos y enseres de cualquier peligro. Otro año será.
Sábado Santo, 11 de Abril
Encabezando el cortejo del Santo Entierro, el Caballero Portaestandarte, D. Juan Antonio López, con el pendón negro; seguido por los Cargos de Honor de la Junta Central, D. Manuel Carmelo Serrano y D. Juan José Pelegrín. Tras la Cruz Parroquial revestida de luto, la representación de cada una de las hermandades y cofradías, encabezadas por la cofradía de Sta. M. Magdalena y Jesús del Perdón, que este año preside nuestra Semana Santa.
Un extraordinario número de hombres, vestidos de riguroso luto, acompañan al Yacente, al que le precede el trono insignia con el escudo floral de la cofradía, guiado por los niños comulgantes. Los costaleros, lucen en su pechera un escudete con el rostro del Cristo del Santo Sepulcro.
Tras el Hijo, la Madre, que en su Soledad se ve arropada por un sin fin de mujeres, de todas las edades, que procuran acompañar la desolación de María tras el cuerpo inerte del Redentor. Cerrando la solemnidad del entierro, los sacerdotes de la Arciprestal y la Corporación Municipal.
Domingo de Resurrección, 12 de Abril
Partiendo desde la capilla de San Francisco, y precedida por el Caballero Portaestandarte portando el pendón negro, se encaminan hacia la Arciprestal la totalidad de las cofradías, hermandades y entes que componen nuestra Semana Mayor, representadas por sus estandartes y por numerosos cofrades. Tras ellos, María enlutada camina hacia el sepulcro.
En la plaza Reina Sofía, aguarda, portado por el sacerdote, el Santísimo Sacramento bajo palio. Ese silencio inexplicable deja oír el ondear de la bandera negra, y tras la triple reverencia, el Caballero Portaestandarte procede a despojar el luto de María. Un estallido multicolor de pétalos, oropel y globos inundan las dimensiones de la pequeña plazuela.
Concluyendo la Solemne Misa de Resurrección, la pequeña y querida imagen de Ntra. Sra. de la Portería es devuelta al convento, acompañada por la Madre del Amor Hermoso, de la cofradía de las Santas Marías y Cristo Resucitado, del Ecce Homo, que estrena marcha homónima, como colofón de un año de esfuerzo en pro del reconocimiento pascual como verdadera razón de nuestra fe.Al volver a San Martín, ambas imágenes realizan un esperado y aplaudido encuentro en el que el caballero portaestandarte ondea la bandera alba de la resurrección y donde se suceden los aplausos y los vítores.
Son destacables las numerosas restituciones y adquisiciones de patrimonio que las cofradías llevan realizando en los últimos años. Especial mención requieren la Cofradía de Jesús Triunfante, que ha inaugurado su nueva sede en la calle Doctor Díaz; la Cofradía de San Juan, que ha restaurado la policromía de su titular, y la secular aureola de la antigua imagen del Evangelista; la Hermandad de los Nazarenos de Cristo, que ha adquirido dos nuevos tronos, para su titular y para su cruz insignia, ambos de gran maestría que se convierten en nuevos tesoros del arte cofrade; la celebración del X aniversario de María Stma. de la Amargura, y de sus costaleras; y así mismo, el décimo aniversario de la instauración de los costaleros del Stmo. Cristo de la Agonía. Finalmente, honrar a la Cofradía del Ecce Homo, que ha desarrollado un auténtico ejercicio apostólico centrado en la Resurrección, refrendándolo con la composición de la marcha procesional Cristo Resucitado, del compositor callosino D. Farncisco Albert.
Finalmente quisiera destacar la fraternidad existente entre los numerosos entes que componen nuestra Semana Mayor. Muestra de ello es la apreciable solidaridad y cariño con el que se recuerda a los grandes cofrades, que parten de este mundo para celebrar la Semana Santa allá donde cada día es Domingo de Resurrección.
Al escribir estas líneas, y ante tal cometido, no puedo dejar de agradecer a dos personas que han hecho posible que ustedes lean esta crónica. Son pues para ellos mis primeras letras como cronista: a D. Francisco Zaragoza, mi antecesor en el cargo, modelo y maestro siempre; y a D. Miguel Martínez, ejemplo a seguir y emblema de la cultura callosina, que ha confiado en mi juventud para desempeñar esta y otras muchas responsabilidades. Gracias, hermano mayor.
De antemano, solicito su benevolencia mientras lean estas pobres líneas y pido disculpas por los posibles desaciertos, esperando sepan excusar las deficiencias de este cronista novel.
Viernes de Dolores, 7 de Marzo
Son las doce del mediodía, la pequeña campana de la ermita lo anuncia, la Madre vuelve a abrir sus brazos para acoger al pueblo. Los costaleros arriman su hombro soportando los dolores del mundo, numerosos sacerdotes custodian la venerada imagen, suena “Virgen de los Dolores” de D. Francisco Grau. El pequeño trayecto que separa la ermita de la Arciprestal se ve ensanchado por una innumerable masa de fieles devotos de Ntra. Sra. de los Dolores. A la llegada al templo se entonan los tradicionales Cantos de la Pasión, que inundan las bóvedas de San Martín.
Sábado de Pasión, 15 de Marzo
La ciudad ha preparado sus calles y sus corazones para recibir a Cristo de nuevo, para portarlo en su Pasión, acompañarlo en su Muerte y aclamarlo en su Resurrección. Un vínculo de fraternidad une a dos hermandades protagonistas de esta preparación: Los Nazarenos de Cristo (Los Verdes) y Los Moraos. Suben los Nazarenos al santuario del patrón, pidiendo bendiciones y la fuerza necesaria para que el espíritu pueda asimilar y renacer en estos días de misterio y fe. Tras el entrañable acto de hermanamiento en el que ambas fraternidades solicitan el auxilio celeste, descienden los Moraos la cuesta con su imagen titular portada desnuda sobre los hombros a los sones de la marcha “Cristo de los Moraos”, de D. Antonio Salas.
Domingo de Ramos, 16 de Marzo Despierta la Jerusalén callosina con la bendición de palmas, olivos y ramos en la parroquia de San José.
El imponente Jesús Triunfante espera a las puertas del templo. Grandes y chicos, familias enteras, centenares de niños acompañan a Cristo en su entrada triunfal. Las calles, que han quedado estrechas para la multitud, son un revoloteo de palmas blancas, rizadas y espigadas. Con más detenimiento se pueden observar las excelentes obras de arte que suponen las palmas rizadas, realmente trabajadas por los artesanos del lugar. Abren la comitiva los Consejos Pastorales de ambas Parroquias y el trono insignia con el excelente estandarte bordado. Este es sin duda un año importante para la cofradía, pues tras diez años a extramuros de la Junta Central, vuelve al seno que la vio nacer y crecer. Los costaleros al grito de “Hosanna” elevan hacia lo más alto la fabulosa talla, meciéndola a los sones de “Jesús Triunfante” de D. Antonio Aguilar. Hacen su última parada frente a la Casa de Cultura, donde, como cada año, se declama un hermoso texto. Llegando a la Arciprestal, resuena el himno de la cofradía y un arrebol de globos, pétalos y hosannas cierran la procesión litúrgica.
La noche, que se presenta fría para acoger la Procesión de las Mantillas, no es obstáculo para que cientos de nazarenos y mujeres ataviadas con la singular teja rindan culto público en este primer día de Pasión.
El encuentro entre la Madre Dolorosa y el Hijo del Perdón llenan de emoción a cuantos se agolpan en la pequeña plazoleta Reina Sofía, la impresión realzada por los sentimientos que inspiran ambas tallas hacen brotar las lágrimas de muchos. Estas cofradías estrenarán un nuevo itinerario, ya oficial, que tuvieron que emprender el año anterior a causa de las inclemencias del tiempo. Comienza el cortejo procesional el Cristo del Perdón, portado por costaleras y a los sones de “Jesús del Perdón” de D. Enrique Muñoz, le sigue, incansable y atenta, María Magdalena, acompañada por la marcha homónima de D. Francisco Albert. Tras ella, las Santas Marías, que acertadamente han sabido combinar las nuevas tecnologías con las antiguas tradiciones, incorporando una pequeña cámara en la crestería de su reciente trono que da una mayor visibilidad al conductor del mismo gracias a una pantalla incorporada al armazón. Además estrenan, “Santas Marías”, marcha procesional compuesta por D. Antonio Salas; los relieves de las cuatro capillas en las que se representan el escudo de la hermandad, las Santas Marías y la Madre del Amor Hermoso; y el nuevo bordado del faldón realizado por Dña. Finita Valdés. Le sigue a continuación la soberbia imagen de san Juan, discípulo amado y fiel, que guía con su índice el camino. La banda de cornetas y tambores de los Santos Juanes de Catral anuncian la llegada de la Madre, un centenar de mantillas acompañan a María en sus Dolores. Los costaleros haciendo las delicias del numerosísimo público arrebatan aplausos a su paso.
Lunes Santo, 17 de Marzo
Tras el acto de culto que la O.F.S. ofrece en veneración de la imagen del Stmo. Cristo de las VII Palabras, comienza el popular Via Crucis que la orden auspicia, en colaboración con el Grupo Beata Godoya. Las Cartelas de las 14 estaciones que representan las escenas de la Muerte y Pasión de N.S. fueron restauradas el año anterior por el conocido artista callosino y vicepresidente de esta Junta Central, D. Moisés Marco, desde estas líneas mi enhorabuena por esta y por tantas otras obras desconocidas que desde su pequeño taller enriquecen el patrimonio semanasantero callosino. Debemos destacar en este Via Crucis principalmente, la asistencia de tantos fieles, que a pesar del frío, acuden con devoción a perpetuar esta entrañable tradición. Las distintas meditaciones que en cada estación se realizan, son predicadas por nuestro párroco D. Joaquín Rodes, cosa inusual, ya que suele ser un fraile mínimo el que cada Lunes Santo exhorta a los fieles frente a cada escena de la Pasión. Los seglares de la Tercera Orden de Asís, nos sorprendieron haciendo uso de uno de sus privilegios dentro de la Seráfica Regla, portar los hábitos de San Francisco, si bien fueron adecuados en cuanto a su forma y modo, las sayas tenían forma de cruz o de tau, no estuvieron muy acertados en el color, puesto que el propio de la V.O.T. es el gris ceniciento “ni blanco ni negro”; vestían sin embargo el hábito negro, particular de los Menores Conventuales.
Martes Santo, 18 de Marzo
Por segunda vez, la parroquia de San José abre sus puertas en esta Semana Santa para ofrendar un silencio, un apacible murmullo de antorchas y redoble de tambores. Los penitentes, muchos de ellos descalzos, portan sus cruces, con su sayal glauco. Tres cruces mayores, representan a los tres reos camino del Calvario. En verdad, se vislumbra en esta herman- dad más que en ninguna el sentido que de penitencial tiene como fin primero. La majestuosa talla de Liza Alarcón, único titular de la hermandad, custodiada por varias vecinas del barrio Lucas y este año por D. Joaquín Rodes adjutor de San José, cierran el cortejo. Con la llegada del Cristo de la Caída ante los muros de San Martín, frente al pórtico de la Comunión, un cantaor entona una última saeta.
Miércoles Santo, 19 de Marzo Extraordinariamente se celebra hoy en el calendario la festividad de san José, no para la liturgia, que lo antepuso al Sábado de Pasión. A causa de las inclemencias del tiempo, la prontitud de la Cuaresma, y a los numerosos actos que se desarrollan durante la misma, excepcionalmente, se celebra hoy el Certamen de Bandas de Cornetas y Tambores en el parque de D. José Gilabert Reselló; con gran participación del público que alienta a las numerosas bandas participantes.
En la procesión de la Pasión de Cristo se ve reflejada una verdadera tesis catecumenal. Los pasos de misterio, que por primera vez salen en masa a la calle en este año, asoman a nuestras almas el trance en que se vio Nuestro Salvador en su Pasión y Muerte.
La Hermandad del Silencio, abre la estación de penitencia con su magno paso de la Oración en el Huerto, a los sones de “Cristo del Silencio” y “Oración en el Huerto”, ambas de D. Antonio Aguilar. Le sigue la Cofradía del Ecce-Homo, con sus pasos de la Flagelación y el Ecce-Homo, mostrando su detallada espalda, maestría de la gubia de Ponsoda. Continua Ntro. Padre Jesús, que con su cruz al hombro, carga sobre sí todas nuestras faltas, y María Stma. de la Amargura, primera imagen mariana de este miércoles, tras la cual un grupo de nazarenos acompaña una cruz portada al estilo cartagenero. El redoble de timbales anuncia la llegada de Los Moraos que nos presentan el encuentro con la Santa Mujer Verónica y el conjunto escultórico del Santo Calvario. La Cofradía de las VII Palabras, con su acostumbrada sobriedad, enseña la verdadera humildad portando la sobrecogedora imagen del crucificado de la Expiración desnuda sobre sus hombros. La Santa Cruz, magistral broche de oro, cierra el cortejo con el Cristo de la Agonía y la majestuosa talla de la Señora de las Angustias, éxtasis pasional.
Jueves Santo, 20 de Marzo
Ante la Arciprestal, los costaleros de la Esperanza Macarena, ansiosos por llevar sobre sus hombros a la titular de la Cofradía de San Juan esperan ante un leve retraso del apagado oficial del recorrido. Numerosos fieles, con gran recogimiento, hacen estación de penitencia junto a la Madre, Callosa reprime su llanto contemplando su mirada inconsolable y esperanzadora.
La Arciprestal se ha envuelto en sigilo. Tras la meditación de los hermanos, costumbre ya en la fraternidad, atraviesa el dintel de la Comunión el Cristo del Silencio, las calles enmudecen a su paso rindiendo tributo al titular. Al llegar a San Martín y tras unas palabras del párroco, se reza el Credo.
Viernes Santo, 21 de Marzo
El popular Via Crucis y el Encuentro en el Calvario llenan de emoción a los asistentes que sobrecogidos por los diálogos y conmovidos por la contemplación de las sacras imágenes preparan su espíritu para iniciar esta sagrada jornada.
A las 12 del mediodía, ante el pórtico principal de San Martín, la Cofradía de las VII Palabras comienza un acto solemnísimo queriendo reavivar la antigua tradición del Sermón de las VII Palabras. La predicación del párroco, llena de espíritu, la música barroca y la sobriedad del crucificado ante el marco gótico nos introducen a una mayor reflexión. Se auspicia así la renovación de esta cofradía, que reabre antiguos valores. Finaliza el acto con el translado de la imagen del Cristo de la Expiración a su reciente sede, la capilla de las Hermanas Carmelitas Misioneras Teresianas.
La Procesión General inunda nuevamente las calles de nuestra ciudad sirviendo de inspiración y de recogimiento a cuantos la contemplan. Comienza la estación de penitencia, el paso de la Oración en el Huerto, seguido por Jesús del Perdón y Santa María Magdalena. La Flagelación y el Ecce-Homo, acompañados por destemplados timbales. Tras ellos las Santas Marías y San Juan, precediendo a Ntro. Padre Jesús y a María Stma. de la Amargura. El Cristo de la Caída, la Verónica y el Santo Calvario dan el último toque de sobriedad. Les sigue el Cristo de la Agonía y Ntra. Sra. de las Angustias, que cierran el cortejo.
Sábado Santo, 22 de Marzo
Tras la recogida del caballero portaestandarte, D. Antonio Marco Ruiz, la Junta Central hace entrega del Pendón Negro, que simboliza el luto universal por la muerte de Nuestro Salvador.
El cortejo del Santo Entierro, encabezado por los cargos de Honor de la Junta Central, Dña. María Dolores Martínez y Dña. Antonia Rocamora y la Cruz Parroquial, dispuesto ante la plaza de España, con la representación de cada una de las hermandades y cofradías, rinde así tributo al cuerpo lacerado y yacente de Nuestro Señor.
La Cofradía del Santo Sepulcro por primera vez en muchos años vuelve a portar la imagen de su titular sobre los hombros de un gran grupo de costaleros. La estructura del trono ha sido remodelada en los talleres Hnos. Noguera para facilitar su nuevo procesionar. Los niños que en el anterior año hicieron su Primera Comunión, acompañan un trono insignia con el emblema de la cofradía y en el que se representan alegorías del sepulcro. A los sones de la marcha La Muerte no es el Final, quizá no muy apropiada a mi parecer, es transladada con gran solemnidad la imagen del Yacente, tras el cual, los sacerdotes de la ciudad, revestidos, dignifican el Sacro Entierro.
Un extraordinario acompañamiento de mujeres enlutadas y con mantellina, muchas con media teja, muestran su devoción a la singular talla de Ntra. Sra. de la Soledad. Como es costumbre, el Excelentísimo Ayuntamiento cierra el cortejo. “La Filarmónica” en pleno, toca tras su paso Virgen de la Soledad, reciente creación de D. Antonio Salas.
Domingo de Resurrección, 23 de Marzo Desde las puertas del antiguo Convento Alcantarino, parte María Enlutada, precedida por los Cargos de Honor, los miembros de la Junta Directiva de la Junta Central, los estandartes y pendones de todas las hermandades y cofradías, hacia la plaza Reina Sofía. Encabeza el cortejo D. Antonio Marco, portando el Pendón Negro.
Al llegar a la plazoleta, se vislumbra entre el numeroso publico al Santísimo Sacramento bajo palio que llega desde la Arciprestal. Tras el ceremonial, el caballero portaestandarte arrebata el luto de María y un sinfín de pétalos, globos y aleluyas celebran el Glorioso Encuentro.
Tras la Solemne Misa de Resurrección, parten hacia el convento con Ntra. Sra. de la Portería, en romería, acompañados por las cofradías de las Santas Marías y del Ecce-Homo, que tras dejar la pequeña y querida imagen mariana en la Capilla de San Francisco, continúan su procesión, con los pasos de la Madre del Amor Hermoso y Jesús Resucitado, verdaderos emblemas de la alegría pascual, hasta San Martín, donde ambas tallas realizan un esperado y aplaudido encuentro bajo la presencia del caballero portaestandarte, llevando ya el Pendón Blanco de la Resurrección.
Es destacable principalmente la participación popular a pesar del indescriptible frío con que hemos afrontado nuestra Semana Mayor. Felicitación especial requieren la Cofradía de Jesús Triunfante, por su adhesión a la Junta Central; la Cofradía de las Santas Marías por enriquecer su patrimonio artístico, tecnológico y cultural; la Cofradía de las Siete Palabras, que con su juventud y dinamismo renuevan nuestra cultura, remodelando las tradiciones callosinas; y así mismo, la Cofradía del Santo Sepulcro que ha conseguido realizar un proyecto largamente perseguido, como es solemnizar la imprescindible talla del Yacente, portándola por fer vientes costaleros.
En fin, un año repleto de novedades y renovaciones, que asegura un fructífero porvenir a la mayor expresión pública de fe callosina, que es nuestra Semana Santa.
INTRODUCCIÓN:
Inicio este relato ilustrativo de aconteceres nombrando a la que, sin duda alguna ha sido la protagonista de este año: la lluvia. Necesario líquido elemento que nos ha tenido a todos ¡como nunca! Pendientes del cielo, en una primavera revuelta y cuya presencia impidió realizar varias procesiones. A pesar de ello, felizmente, nuestro mundo cofrade ha contado con una alta participación y su rico patrimonio ha seguido aumentando y mejorando.
La mejor prueba de lo dicho ha sido la inauguración, días antes de la cuaresma, del nuevo edificio para el Museo de Semana Santa, algo inimaginable hace tan sólo unos años y hoy esplendorosa realidad. Además de nuevas varas, banderines, faldillas, ramos de luces, bordados y como culmen el precioso trono, relicario de plata, para las Santas Marías.
VIERNES DE LA BAJADA 23 DE MARZO
Entrando ya en materia, la primera de nuestras procesiones: “La Bajada de la Virgen de los Dolores”, gozó del ambiente jovial que proporcionan los cientos de escolares que acuden puntuales, gracias a la favorable labor que prestan al tema los centros educativos. Nuestra Señora volvió a lucir el vestuario estrenado el pasado año y que permite apreciar mejor la belleza de su busto. El adorno floral, como de costumbre precioso y, en el acompañamiento presidencial, numerosos sacerdotes callosinos y el entrañable Rvdo. José María Bernabé.
DOMINGO DE LÁZARO 25 DE MARZO
Dos días después, el domingo vespertino acoge al Cristo de los Pasos, que recorre las calles céntricas en Vía Crucis hasta el Convento y regreso a la Arciprestal. Como novedad este año, aprovechando su regreso, la Orden Franciscana Seglar trasladó juntamente a su Cristo de las Siete Palabras hasta la Iglesia Arciprestal, de donde regresará Lunes Santo con su acto tradicional que de esta manera acorta su recorrido. Un público fiel acompañó a las imágenes haciendo gala de Fe y nueva devoción.
SÁBADO DE PASIÓN 31 DE MARZO
Tiempo revuelto y anuncio de lluvia que a las 22 h. se hizo efectivo, mojando la procesión de subida de los Nazarenos de Cristo, que no obstante llegaron hasta su final. Instantes después del comienzo de dicha procesión y ante el riesgo existente, la Hermandad de los Moraos suspende su procesión. El tiempo inestable les jugó una mala pasada ya que a la hora de salir ya no llovió.
DOMINGO DE RAMOS 1 DE ABRIL
La mañana aparece despejada y el paso de Jesús Triunfante que ha sido arreglado por vez primera en lo que será su sede social y lugar de guarda de enseres en un gran almacén sita en la calle Doctor Díaz, se dirige hacia la Parroquia de San José, lugar de salida de la Procesión de las Palmas. Días antes, en el acto de presentación de la revista de su 20 aniversario, la presidenta de la Cofradía anunció su intención de regresar a la Junta Central, por lo que los que en este mundillo semanasantero estamos, disfrutamos especialmente este día en el que nos sentimos más próximos a dicha cofradía. Como en los últimos años la procesión la abría la banda de la cofradía y tras la misma, trono insignia portaestandarte y miembros de los Consejos Pastorales Parroquiales. Numerosos callosinos con sus palmas lisas y rizadas, y el trono a hombros con su presidencia. La llegada a la Arciprestal como siempre emotiva, entre recitaciones, himno y globos, dando sus costaleros calor y color a esta preciosa procesión. Por la tarde el Encuentro entre Jesús del Perdón y Nuestra Señora de los Dolores se produce rapidísimo, aunque cargado de emoción, en una plaza abarrotada de gente que escucha y observa atenta las evoluciones de ambos pasos portados a hombros. Precioso preámbulo para una noche que se vio malograda por la lluvia y que, si durante toda la tarde lució un cielo azul y abierto, con la llegada de la noche aparecieron las primeras gotas, inquietando a toda la organización, que optó por acortar el recorrido oficial de la Procesión de las Mantillas, por la calle Antonio Calvo hacia Constitución. Las formaciones como de costumbre, presentando estrenos la Cofradía de Santa María Magdalena con las galas que portaban dos señoritascostaleras ante Jesús del Perdón; y la cofradía de las Santas Marías con su nuevo trono de plata cincelada, obra de los talleres sevillanos de Hermanos Brihuega. Las imágenes de María de Salomé y Cleofás se veían relucientes, era la conclusión a un gran esfuerzo que ha llevado a cabo la junta directiva y de la que todos nos sentimos orgullosos. La Cofradía de San Juan estuvo dentro de su línea habitual en estética y participación. Finalmente la Cofradía de la Virgen de los Dolores, tras varios avisos para no salir, inició su recorrido, pero la presencia de la lluvia sobre las 22’30 h. determinó que suspendieran su procesión, retirándose el paso a la altura de la Rambla para refugiarse en la sede de Jesús Triunfante. Este hecho propició escenas bellísimas como la presencia de la Banda Santos Juanes que le acompañaba y que, a pesar de estar lloviendo y mojándose, continuó tocando y acompañando el paso hasta su lugar de guarda. Emociones y oraciones salidas del alma musical de una agrupación que son mucho mas que tambores y cornetas. El resto de cofradías, unas terminaron felizmente y otras tuvieron que acelerar su paso para no mojarse. El paso de San Juan llegó al Museo completamente mojado, siendo secado a conciencia y no habiéndose producido daños aparentemente.
LUNES SANTO 2 DE ABRIL.
De nuevo el tiempo es protagonista. Un viento fresco y nubes negras presagiaban la lluvia que finalmente no apareció. Así, tras la celebración eucarística, partió la Orden Franciscana Seglar desde la Arciprestal hacia el Convento realizando su Vía Crucis con el Cristo de las Siete Palabras, siendo una de las novedades de este año. Estación tras estación se fueron escuchando las palabras de nuestro paisano «Rvdo. Agustín Marco Ruiz» que calaron entre los fieles asistentes.
MARTES SANTO 3 DE ABRIL
La noche huele a procesión por el Barrio de Lucas y Panificadora, calles despejadas y un pasar de gentes que quieren ver la Procesión de Penitencia. En el interior de la parroquia de San José se congregan todos los hermanos Nazarenos de Cristo, para realizar una meditación previa y posteriormente salir en procesión de su interior, aunque la imagen del Cristo de la Caída en su trono permanece en el exterior. Han estrenado nuevos soportes para las andas y una faldilla que las tapa y el titular no puede estar en el templo como en años anteriores. La procesión transcurre serpenteando el barrio hasta llegar a las calles anchas, y en su recorrido tres saetas recuerdan las caídas. Como novedad, dos hermanos portan cadenas de penitencia en sus pies, añadiendo otro sonido al de los timbales y matracas que marcan el ritmo y anuncian las paradas.
MIÉRCOLES SANTO 4 DE ABRIL.
Sigue la incertidumbre del tiempo, pero salen puntualmente los pasos de la Procesión de la Pasión de Cristo y enseguida se llenan de público las calles. Como el domingo, se acorta el recorrido para evitar el posible riesgo de lluvia. La Hermandad del Silencio, con su paso de la Oración en el Huerto, estrena dos banderines, réplicas del estandarte principal, realizados en talleres de bordado de Valencia. El paso de la Flagelación estrena nueva iluminación de ramos de luces en las esquinas del paso, original composición realizada con los farolillos de sus antiguos círios. La Cofradía de Nuestro Padre Jesús y María Santísima de la Amargura, solemniza con su presencia la noche, y de nuevo entre sus filas la guardia pretoriana de Orihuela. Le siguen el sonido de timbal de los Moraos que llevan y acercan sus pasos de laVerónica y el Calvario. La Cofradía de las Siete Palabras también utiliza una nueva forma de llevar el Cristo de la Expiración, directamente sobre los hombros de sus cofrades. Como es costumbre, la Santa Cruz cierra con sus dos magníficos pasos, el Cristo de la Agonía portado a hombros y la Santa Cruz.
JUEVES SANTO 5 DE ABRIL.
Problemas en la estructura del paso, junto con la nueva salida del mismo desde el Museo, hacen que se rompa una de las patas que lo sostiene, estimando sus directivos que era imposible poder realizar la Procesión de la Esperanza Macarena. En la puerta de la Arciprestal quedan, a las 22’15 h. un público expectante que ante la noticia se acerca al Museo a interesarse y ofrecer su ayuda. Gestos que hablan de solidaridad y amor fraternos.
A las 23 h. y tras la acostumbrada meditación en el interior del templo, la Hermandad del Silencio inicia su procesión con el recorrido completamente apagado. Mucha gente en la salida y llegada que obra en detrimento del resto del recorrido, y Cristo Crucificado que puede cumplir sin ningún problema con su cita anual.
VIERNES SANTO 6 DE ABRIL
Vía Crucis y Encuentro del Calvario tienen lugar sin problemas, pero acabando la procesión de bajada aparece de nuevo la lluvia, que estropeó este bonito instante final de pleitesía. Nubes y más nubes hacían temer lo peor y a las 19 h., ante la inestabilidad del tiempo, se suspende la Procesión General. En los almacenes y Museo quedan los pasos preparados, en las casas los caramelos adquiridos por los capuchinos, impidiendo una nueva ocasión de compartir el preciado obsequio con otros. Las nuevas costumbres de viajar hacen que la posibilidad de su celebración el sábado sea nula, ya que muchos callosinos aprovechan el puente para desplazarse de vacaciones, lo que hace imposible que tronos a hombros puedan salir ese día.
SÁBADO SANTO 7 DE ABRIL
Nueva cita para la participación oficial. Previo a la salida, la Junta Central con su banda al frente fue a recoger a su domicilio al Caballero Portaestandarte, Francisco Javier Pérez Trigueros, acompañándolo hasta la Arciprestal, donde estaban preparados los pasos del Santo Sepulcro y la Soledad.Tras unos minutos y siendo su hora de inicio, arranca la Procesión del Santo Entierro, abierta por el portaestandarte y seguida de la nueva cruz de guía y ciriales de la Junta Central que también estrenaba varas de presidencia para sus componentes, obra de talleres Vicente Martínez de Orihuela. Todas las cofradías y hermandades están representadas, cerrando los miembros de la Junta Central y su presidente. Tras los mismos, la Cofradía del Santo Sepulcro con muchos cofrades y niños/as de comunión.Acompañando a la Virgen de la Soledad también muchas señoras de luto. Al llegar, todos esperan el final dentro de la plaza de la iglesia, lo que da especial marco a las palabras de nuestro párroco, que redundan en la seriedad y respeto que se palpa en el ambiente.
DOMINGO DE RESURRECCIÓN 8 DE ABRIL
Amanece despejado y parte, a las 8’30 h, la Procesión del Encuentro desde el Convento. Como viene sucediendo, hay mucha participación de cofrades vistiendo sus vestas y acompañando a su estandarte. Este año portaban la imagen los miembros de la Hermandad del Silencio y Oración en el Huerto, que vivieron de cerca la experiencia de quitar el manto a laVirgen. La plaza Reina Sofía, llena de un público expectante desde tempranas horas, estaba adornada con los cubrebalcones del Silencio, con su cruz blanca sobre fondo negro. La ceremonia tradicional fue realizada por el portaestandarte con total precisión, transmitiendo emoción y alegría por haber llegado al final de la Semana Santa.
Un domingo de Pascua que se completa con la celebración eucarística y posterior Procesión del Resucitado, llena de algarabía y gozo al ver por las calles de Callosa a laVirgen del Amor Hermoso y al Cristo Resucitado, que ponen broche de oro en el segundo encuentro en la puerta de la Arciprestal entre el ondear de la bandera blanca.
Llego al final de la crónica de una Semana Santa pasada por agua y en la que seguro se han producido muchísimos más detalles, aspectos y emociones entre los numerosos callosinos y callosinas que han participado, sufrido y vivido una nueva semana de pasión. Felizmente todas las cofradías pudieron procesionar al menos en una ocasión y así revivir su Fe en Jesucristo un año más.
Para este cronista también es el final de unos años tratando de contar, de cronicar lo acontecido y en el que espero haber dejado fiel constancia de unas celebraciones que se encuentran en lo más alto de su historia moderna.
Desde hace unos años, esta crónica va adquiriendo una estructura y ritmo de la mano de este cronista, y ello es debido a la inexcusable necesidad de recordar lo vivido año tras año en nuestras cofradías y hermandades dejando constancia de quienes y como celebramos la Semana Pasional del año 2006.
Por eso el esquema obliga a incluir:
– La enumeración de las cofradías, hermandades, sus titulares, sus pasos procesionales en una repetición constante que no por conocida es sabida.
– Las pertinentes anotaciones sobre el tiempo y la participación tanto dentro, (cifras facilitadas gentilmente por José Mora Moreno), como fuera de la procesión.
– Y a indicar las novedades producidas, entre las que se encontraron, la restauración del trono del Ecce-Homo, la presencia de la Escuadra de Romanos de Pinoso y Guardia Pretoriana de Orihuela, el cambio de orden en la general de Viernes Santo, amen de otros pequeños detalles.
Conozcamos pues lo que este cronista observó a lo largo de los días 8 al 16 de abril en que pascuamos este año de 2006.
Como desde hace casi tres siglos el Viernes de la Bajada de la Virgen de los Dolores es la puerta que abre los desfiles pasionales. La alegre procesión transcurrió con la absoluta normalidad y gran participación a la que nos tiene acostumbrados, trasladando su cofradía y todo el pueblo callosino a su imagen desde su ermita a la arciprestal.
Al domingo siguiente el GrupoVía Crucis Beata Godoya realizó por segundo año un acto penitencial con su imagen del Santo Cristo de los Pasos. Imagen y grupo que parecen quieren buscar un lugar en nuestros actos procesionales.
Sábado de Pasión antorchas y velones iluminaron la primera noche de procesiones. Subida, Bajada y hermanamiento entre “Moraos y Nazarenos” que nos ofrecieron sus dosis de estética austera y rítmico acompasar de timbales.
Domingo de Ramos por la mañana los callosinos recibieron con su Hosanna al Hijo de David exultante en su trono portado a hombros rodeado de palmas artesanas y artísticas y gentes con sus mejores galas es la Procesión Litúrgica de las Palmas abier ta por los Consejos Pastorales de las Parroquias y cerrada por la cofradía y paso de Jesús Triunfante.
Caída la tarde las calles próximas a la salida procesional se llenaron de un público bullicioso que se reunió y abarrotó la plaza de La Bacalá para presenciar el Encuentro entre Jesús del Perdón y Nuestra Señora de los Dolores. Una vez finalizado dió inicio a la Procesión de las Mantillas. De ella destacamos la aportación de la Cofradía de Santa María Magdalena con la dignísima presencia de la Centuria Romana de Pinoso acompañando al Cristo del Perdón, al que siguieron el paso de Santa María Magdalena y las cofradías de las Santas Marías, San Juan y cerrando Nuestra Señora de los Dolores con las mantillas que en número de 85 la acompañaron junto a costaleros, acólitos, etc. sumando 187 personas en su cortejo.
El recorrido estuvo lleno de espectadores, especialmente en su inicio donde es difícil colocar una silla para contemplar el paso de la procesión. Lamentablemente dos problemas hicieron sufrir un gran parón, primero y un posterior corte en su discurrir, lo que la deslució un tanto, así como hizo aflorar sentimientos y palabras en algunas personas que no entienden el sentido profundo de sacrificio y voluntad que tienen todos los que participan en la organización de las procesiones. Habrá que seguir trabajando para solventar los problemas que puedan aparecer.
Lunes Santo la Orden Franciscana recuperó la salida de la imagen del Cristo de las Siete Palabras en su Vía Crucis, portándola sobre sencilla estructura metálica. La plática sumergió en silencio las calles que unen el Convento con la Iglesia Arciprestal, para escuchar la palabra del padre predicador.
Martes Santo la penitencial procesión del Cristo de la Caída continuó uniendo las parroquias de la ciudad y provocó un flujo de espectadores hacia el Barrio de Lucas que la siguió desde su inicio hasta su final. Entre las novedades, la imagen apareció sobre una nueva sierra y sin ningún adorno floral, contribuyendo al carácter austero que posee la Hermandad.
Miércoles Santo Procesión de la Pasión de Cristo. Primera cita para muchos capuchinos que llevaron repletas sus bolsas para repartir caramelos y de nuevo mucho público en las aceras, quizás más que domingo. El orden como de costumbre se inició con el primer paso la Oración en el Huerto y sus capuchinos con vestas blancas y verdes, en su presidencia, por vez primera nuestro presidente de la Junta Central Miguel Martínez que repitió el gesto el Viernes Santo con la Cofradía de Nuestro Padre Jesús. La Flagelación y el Ecce-Homo (con su trono magníficamente restaurado y remodelado por los Hermanos Noguera de Espinardo, trocaron el color en grana, que evoluciona hacia el morado de Nuestro Padre Jesús, tras el mismo y entre sus titulares una impresionante Guardia Pretoriana venida de Orihuela y la imagen de María Santísima de la Amargura. Continuaron La Verónica y el Santo Calvario rodeado de sus “moraos”, seguidos por el Cristo de la Expiración al que acompañan sus capuchinos granates y negros. Finalmente el Cristo de la Agonía y la Santa Cruz pusieron el broche azul y blanco a una noche de contrastes en los colores de sus vestas, en los sonidos de música o timbales, en el caminar pausado o rítmico, volviendo a ser ejemplo de que se puede caminar juntos para escenificar la Pasión de Cristo. Finalizada la procesión niños ilusionados con sus bolsas repletas de caramelos y adultos fatigados de ver pasar tantos capuchinos durante las casi dos horas que dura la misma.
Jueves Santo la adoración al Monumento en la Arciprestal se vió gratamente sorprendida con la recuperación de la presencia del Cristo Yacente al pie del mismo. En la calle, finalizados los oficios, el paso de Nuestra Señora de la Esperanza Macarena recibió los saludos de numerosos callosinos que la veneran. Puntual la procesión recorrió a oscuras las calles de nuestra ciudad en compañía de 142 personas (según el ojo de nuestro atento contador) que alumbraron en su procesión y los amorosos hombros de sus cofrades que la portaron por las calles de nuestra ciudad. A las 23 h. sale la Procesión del Cristo del Silencio del interior de la Arciprestal. Lento arranque de una comitiva cercana a las 365 personas y una salida y entrada llena de público en una plaza a oscuras, pero que faltó en otros puntos del recorrido.
Viernes Santo amanece temprano con su Vía Crucis y Encuentro en el Calvario, que este cronista contempló desde la abarrotada terraza de Concepción Calderón Ramón. Una plaza repleta era testigo del mismo y de su posterior procesión de bajada. Mucha emoción, mucha gente, muchos tambores…
Por la tarde la Procesión General se hace temprano para los primeros ya que se inicia con luz diurna a las 20’15 horas y el contador nos dice que 140 cofrades acompañaron en la Hermandad del Silencio y Oración en el Huerto, a los que siguieronn la Cofradía del Cristo del Perdón y Santa María Magdalena con 311 (la segunda en número), Cofradía de las Santas Marías con 106, Cofradía de San Juan Evangelista con 97, Cofradía de la Flagelación y Ecce- Homo con 126, Cofradía de Nuestro Padre Jesús y María Santísima de la Amargura con 365 (la más numerosa), Hermandad de los Nazarenos de Cristo con 101, Hermandad de los Moraos con 151, Cofradía del Cristo de las Siete Palabras con 46 y Cofradía de la Santa Cruz con 105. 10 cofradías y hermandades con 15 pasos en la que siempre ha sido la más larga de todas pero la coordinación permitió transcurriera con normalidad.
Sábado Santo lloviznó por la mañana y por la tarde, intranquilizando a los organizadores aunque toda la Procesión del Santo Entierro pudo llevarse a cabo con normalidad. Quizás fuera eso lo que hizo apreciar un menor número de espectadores. En la apertura la Dama Portaestandarte Leticia Serna Amat y representantes de todas las cofradías – hermandades y Junta Central le dieron el toque oficial a esta procesión que lo es. Acompañando al Santo Sepulcro 131 cofrades y a la Virgen de la Soledad 216 mujeres enlutadas, amen del clero y autoridades. Final que volvió a llenar la plaza de la Iglesia consiguiendo un precioso momento que va mejorando poco a poco.
Domingo Resurrección se inicia con el Encuentro. Este año le correspondió el privilegio de quitar el manto a la Cofradía de la Soledad cuyas cofrades resueltas y participativas supieron contagiar de esa ilusión a todos los vecinos y asistentes al acto. En la procesión las cada vez más numerosas representaciones del resto de cofradías y hermandades precedían a la Virgen de la Portería enlutada. Lástima que el público se concentre en la Plaza de la Bacalá y las calles por donde transcurre la procesión estén prácticamente vacías.
En la posterior Procesión del Resucitado la presencia de la Virgen del Amor Hermoso, recientemene restaurada, como en los últimos años brillante y jovial a la que siguió el Cristo Resucitado cuya imagen ha sido colocada por vez primera sobre el trono a ruedas de la Dolorosa, saliendo de dentro de la Iglesia, facilitando con ello a la Cofradía del Ecce- Homo la labor de preparación y traslado. Un acierto pleno del que les quiero felicitar desde esta crónica y ejemplo de colaboración entre cofradías que debiera presidir todos nuestros actos. Ambas con ilusión a raudales ponen con esta procesión y el encuentro final un, cada vez mejor, broche de oro a esta semana pasional en la que el callosino ha participado totalmente, viendo recompensado el trabajo que durante todo el año realizan dirigentes, directivos, jun tas de nuestra Semana Santa. Este 2006 hemos seguido en lo que yo denominaría “Etapa del Esplendor” de nuestra histórica Semana Santa Callosina.
Atrás quedan las discusiones, los diferentes criterios sobre el mismo tema, los errores organizativos, que no deben servirnos más que para ilusionarnos en la vivencia y preparación de un nuevo año.